Y aquí volvemos a empezar, una de tantas frases sin sentido que siempre repetimos, como por ejemplo: ya para que?, es demasiado para mí, ni en mil años me vería así, es demasiado bello para ser real, la risa no me durará mucho, eso solo le pasa a otras personas y no a mi, no lo merezco.
Y así es como nos llenamos de excusas y pretendemos convencer al cosmos de que no merecemos más de lo que tenemos o alcanzamos pero la pregunta es porque?, suena repetitivo pero porque pensamos de esa forma?. Acaso nos levantamos cada mañana pensando en hacerle daño a alguien?, claro que no, no es así, siempre pensamos en los demás, o por lo menos yo lo veo así, y no estoy hablando de mi, hablo de mi mejor amigo, sí, a veces cree no merecer nada, ni si quiera plasmar su historia en estas líneas, pero les contaré algo sobre el, tiene una mente brillante, un sentido del humor espectacular, un pedazo de su ser llamada Valentina y alguien que se a robado su atención llamada Emma, la dedicación con la cual trabaja para verlas bien es única, a veces no puede ni dormir por pensar en su futuro, cree que es incapaz de hacer feliz a alguien, pero se equivoca, a veces se siente confundido, solitario, triste y abrumado, como cualquiera en un día difícil, pero insisto es increíble tenerlo como amigo, se que no puedo cambiar la manera de pensar de las personas, cada uno tiene formado su criterio personal, tampoco es mi intención hacerlo, sino, que chiste tendrían los debates, solo quiero que sepa, que el simple hecho de pensar en el bienestar de alguien más, lo hace merecedor de todo, así que, mi querido mejor amigo Andrés, te mereces cada micro gramo de aire que reciben tus pulmones, cada gota de lluvia que puedan sentir tus manos, y todas las sonrisas de la gente que amas. Si eso no te basta y sigues pensando en que no lo mereces, por lo menos tendrás algo para leer esos días malos y recordar que el sol sale para buenos y para malos.
Con amor Carito.
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Pequeñas acciones grandes cambios
Teen FictionEl modo en que vivimos una vida atareada llena de complicaciones, leyes y mandatos a seguir hacen que nos olvidemos de lo esencial de la vida del porque estamos aquí.