Capítulo 10

5.4K 521 142
                                    

Lo miré un tanto incrédula sin saber muy bien que responder mientras mi corazón palpitaba fuerte y rápido.

— Claro — Respondí por fin devolviéndole la sonrisa mientras tomaba su mano.

Sin decir nada más me condujo hasta la pista de baile, ya ahí me atrajo más hacia él, rodee su cuello con mis brazos y él colocó los suyos alrededor de mi cintura.
Nos sonreíamos el uno al otro mientras nos movíamos al ritmo de "Thinking Out Loud", sin duda se podía percibir una clase de Química entre los dos, sentía algo mágico, que jamás había sentido con alguien más. Era la primera vez que me sentía en las nubes al estar bailando de esa manera con un chico, por más que lo negará yo sabía muy bien el porque me sentía así, y era hora de admitirlo. Me gustaba Mark Tuan incluso más que eso, empezaba a quererlo.

Mark me dio una vuelta haciendo que saliera de mis pensamientos.

— Pensé que no sabías bailar — Comenté al estar junto a él de nuevo.

— Que no lo demuestre no significa que no pueda — Confesó para luego darme otra vuelta.

Al acercarme otra vez a él, sin pensarlo, arrecoste mi cabeza en su hombro mientras cerraba mis ojos deleitándome con su exquisito aroma. Era tan... Mark.

— Hailee — Musito en un tono que no sabía cómo interpretar — Recuerda lo que me dijiste la otra noche — Me separé un poco de el para verlo algo confundida — No eres de las chicas que se ilusionan fácil ¿Verdad? — Sentí como mi corazón se hacía pequeño al darme cuenta a que se refería Mark.

— No, para nada — Respondí con una risa nerviosa — Yo no me ilusionó con un simple baile — Volví a reír nerviosamente

— Sí, me alegra porque... —Me alejé completamente de él, interrumpiéndolo.

— Voy al baño — Dije sin más y me alejé de ahí prácticamente corriendo, huyendo de él.

Entre al baño el cual estaba vacío, le puse seguro y me acerqué al espejo.

— ¿Porque soy tan estúpida? — Dije para mí misma mientras me observaba al espejo al borde de las lágrimas — ¿Porque carajos te gustó Mark? ¿Porque? — Solté una lágrima la cual limpie y reí irónicamente — ¡Dijiste que nunca llorarías por alguien! ¿¡Porque lloras por el!? — Grite al espejo mientras más lágrimas salían por mis ojos arruinando mi maquillaje.

Me quede sentada en el piso del baño por al menos unos 30 minutos. No quería salir, me sentía una estúpida por haber creído que algo pasaría entre Mark y yo. No quería verlo a él.

El sonido de la manecilla de la puerta del baño me saco de mis pensamientos.

Era la tercera vez que intentaban abrir la puerta, seguramente habían muchas personas que realmente necesitaban ir a hacer sus necesidades, valga la redundancia. Así que no podía seguir más tiempo ahí.

Me mire al espejo por última vez para estar segura que no tenía señas de haber llorado, dado que tenía, trate de arreglarlo y aunque se notaba poco esperaba que la poca luz que había lo disimulara bien. Luego salí sigilosamente del baño.

De lejos pude divisar a Mark sentado en nuestra mesa, mirando al reloj de plata que compramos y luego mirando a todos lados. Así que mejor me di la vuelta y me dirigí hacia uno de los pocos pasillos de la mansión que estaban vacíos y me senté en una de las sillas que se encontraban ahí.

Concentré mi mirada en el suelo mientras no dejaba de reprocharme por qué había dejado que Mark entrará tan fácilmente a mi corazón.

— ¿Que hace una chica hermosa aquí sola? — la voz de un chico hizo que dejará de pensar y alzara la vista para ver de quien se trataba. Era un chico alto de ojos negros al igual que su cabello negro azabache, tez blanca, vestido con un traje color blanco y corbatín rojo. Era sin duda un chico muy apuesto. — Yo te puedo acompañar si estás sola.

— Quiero estar sola — Dije apática

— y... ¿Cuál es tu nombre? — Me preguntó sentándose a mi lado ignorándome completamente

— Quiero estar sola — Le repetí frunciendo el ceño.

— Mucho gusto "Quiero estar sola" — Dijo extendiendo su mano hacia mí lo cual me hizo reír — Te hice reír, un punto a mi favor — Dijo también sonriendo. Tenía una linda sonrisa que hacía que sus ojos se cerrarán por completo pero no era tan linda como la de Mark — Mi Nombre es Park Jinyoung

— ¿Jinyoung? — Pregunte casi atónita, el solo me dedico una sonrisa amplia — ¿Jinyoung, mi mejor amigo?

— ¿Cómo has estado Hailee Preminger? — Pregunto dándome la confirmación de su identidad.

Park Jinyoung era hijo de una de las mejores amigas de mi madre, por lo que desde el vientre materno ambos habíamos sido mejores amigos, compartíamos todo juntos, éramos inseparables, hasta que luego de que perdiera a su madre en un trágico accidente automovilístico cuando teníamos 7, él se mudó lejos y nunca más volví a saber de él. No hasta en la fiesta.

¡Vaya que los años le habían asentado bien! Era todo un galán.

— Todo perfecto — Mentí — ¡Dios! Ha pasado mucho tiempo — Me abalance a él para abrazarlo, de verdad que lo había extrañado cuando se fue.

De pronto sentí como alguien tomaba mi mano con brusquedad se parándome de la misma manera de Jinyoung y al voltear me topé con Mark quién tenía una expresión dura y fría, bastante atemorizante he de decir.

— Ven conmigo — Dicho esto jaló de mi mano obligándome a levantarme de la silla para luego empezar a caminar arrastrándome.

En todo el trayecto le suplicaba que me soltará pues me estaba agarrando muy fuerte y me lastimaba, pero el hizo caso omiso a esto.

Llegamos al Jardín de la mansión el cual estaba vacío y me soltó bruscamente.

— ¿¡Que carajos fue eso!? — Le pregunté enfadada

— ¿¡Donde te habías metido!? — Me Preguntó igual de enfadado que yo o incluso más ignorando lo que le decía

— ¡Estaba en el baño! ¿No te lo dije? — Exclame sin calmarme ni un poco

— ¿¡Estabas en el baño!? Coquetear con un chico ¿¡A eso le llamas Estar en el baño!? — Grito molesto, jamás lo había visto así ¿Que le pasaba?

— Pero ¿¡De que carajos estás hablando!? Yo no coqueteaba con nadie — le aclare igual de molesta.

— ¡Si no es coquetear! ¿¡Que era eso!? — Todo su rostro estaba tensó

— ¿¡Y eso a ti que te importa!? — Le grité — ¡Si yo coqueteo o no con alguien, es mi problema, no tuyo!

— ¡SI ME IMPORTA! — Me grito aún más fuerte

— ¿¡POR QUE TE IMPORTA!? — Le grité nuevamente él solo me miró desafiante — ¿¡POR QUE!? — No respondía y eso me alteraba más ― ¡YO NO TE TENGO QUE IMPORTAR! — Estaba al borde de las lágrimas de nuevo al recordar las palabras que me había dicho cuando bailamos — ¡SOY SOLO TU ALUMNA! — Grite

De pronto Mark tomó mi rostro y sin previo aviso posó sus labios en los míos en un beso desesperado y un poco brusco. 

EDUCATING A BAD GIRL | M.T [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora