Capítulo 15

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Dedicado a CarolinaRiquelme7 quien me ayudó a escribir parte de este capítulo

Corrí lo más rápido que pude para alejarme de él hasta llegar a mi habitación y cerrarla con un portazo tal cual dramática.

— Hailee, por favor — Dijo tocando a la puerta.

— ¡Lárgate! — Grite

— Lo siento, no quise decir eso

— Bien, pues lo dijiste, ahora hazme el favor y ¡vete!

— Hailee...

— ¡VETE!

No escuche nada más, así que sabía que ya se había marchado y lo confirmé cuándo oí el portazo que dio a la puerta de su habitación.

Me lance a la cama y comencé a llorar al estilo Princesa Disney. Me sentía lastimada, muy lastimada. ¿Cómo Mark podía lastimarme de esa manera? ¿Acaso no dijo que no se iba a arrepentir de haberme dicho lo que sentía por mí? Bueno si acaso eso sentía, porque por la manera que me había tratado no parecía eso.

— Estúpido. — musite bajo entre cada lagrima, para tratar de sentirme mejor al insultarlo. Pero no resulto así, al contrario cada vez me sentía peor y más aún por el hecho de encontrarme aquí, haciendo un drama total. Pero sentimientos son sentimientos, y él me los había dañado.

Me levante de mi cama y me dirigí hacia el baño, fui a lavarme la cara, para borrar las lágrimas que habían recorrido por mis mejillas dejando rastros. Trataba de pensar en otra cosa que no sea en las palabras de Mark pero me era imposible.

Me sentía como una muñeca, antes era una de porcelana en una vitrina, ahora me sentía como una de trapo, doblada y quebrada. Y la única culpable de eso era yo, porque yo había permitido ser esa muñeca de trapo.

Me senté al borde de mi bañera, observe el piso tratando de perder a Mark y alejarlo de mis pensamientos, pero tampoco funciono. Tire de la toalla que estaba a un lado y la puse como almohada, me recosté adentro de la tina, y entre pensamientos que inundaban mi cabeza y uno que otro momento de lágrimas, logre quedarme dormida.

Comencé a sentir mis brazos y piernas frías, fui despertando poco a poco, entre sueños me di cuenta de que la ventana estaba abierta, por eso entraba tanto aire. Por lo menos ya había dejado de llorar, por el momento.

Me dolía todo el cuerpo, creo que fue una idea tonta haberme quedado a dormir en la bañera, aunque cuando lo pensé parecía una buena idea. ¿Cómo que porque se me cruzo por la mente que dormir en una bañera era buena idea? Simplemente una razón. Era una estúpida.

Salí del baño, me tire a mi cama, con la cabeza hacia arriba mirando el techo, cada vez que cerraba los ojos su imagen estaba allí, no podía dejar de olvidarlo aunque quisiera. De pronto el rugido de mi estómago anunciando que tenía hambre hizo que saliera de mis pensamientos. Mire la hora en mi celular, eran las 8:45 de la noche así que con justa razón tenía hambre, no había cenado ni mucho menos almorzado, mi estómago estaba completamente vacío pero no iba a salir y arriesgarme a que Mark me viera, no, de ninguna manera, así que mejor me dormí.

Los rayos del sol que atravesaban por mi ventana lograron despertarme. Con los ojos aún cerrados me senté en mi cama y al abrirlos con algo de dificultad tome mi teléfono y mire la hora.

— 13 horas de sueño — Hable bajo para mí misma darme cuenta que eran las 9:56 de la mañana y claro luego de contar las horas con los dedos de mi mano.

Me levanté de la cama y me metí al baño, me mire al espejo, mis ojos aún estaban rojos de tanto llorar.

— Maldito

Me quite la ropa y me metí a la ducha para tomar un largo y refrescante baño. Aunque en mis pensamientos aún seguían las escenas del día anterior.

Salí de la ducha y me vestí con lo primero que encontré en mi armario.
El sonido de mi estómago rugiendo capturó mi atención, a diferencia de ayer, hoy mi estómago dolía y ardía. Necesitaba comer. Lo pensé una y mil veces si salir o no.

— Diablos — La solución era clara, tenía que comer si no quería morir, lo se soy una exagerada.

Salí de mi habitación mirando a todos lados en busca de señales de Mark como toda una fugitiva pero para mí buena suerte no había ninguna. Seguramente está en la biblioteca pensé.

Baje al comedor en donde se encontraba Nany.

— Señorita Hailee, me tenía preocupada — Exclamó Nany acercándose a mí — ayer no comió nada y ni siquiera salió de su cuarto, ¿Ocurrió algo? O ¿Se siente mal?

— No pasa nada Nany — Mentí - Ayer simplemente no tenía hambre, pero ahora sí tengo mucha, así que por favor pide que me preparen el desayuno

— Ahora mismo — Dijo Nany dirigiéndose a la puerta que llevaba a la cocina — ¡Ah! Por cierto — Se detuvo — El Joven Mark me pidió que le informará que salió por lo tanto la clase de hoy quedaba cancelada.

— ¿Salió? ¿Adonde? — Pregunté curiosa

— No dijo, solamente dijo que saldría — Respondió — Bien, iré por su desayuno — Dicho esto Nany salió del comedor dejándome sola.
— Así que el muy cobarde se fue —sonreí de lado — bien, por mí que ni vuelva.

Las horas pasaron y no había ninguna señal de Mark. Yo me había pasado todo el día haciendo prácticamente nada, solo ver series y películas en Netflix y ver las actualizaciones de mis redes sociales en mi teléfono, y mientras en mi mente no dejaba de pensar en Mark, ¿En dónde estaba?, ¿Que estaba haciendo?, ¿Estaría con alguien?, ¿Se había ido para siempre? y un sin fin más de preguntas. Me quería hacer creer a mí misma que no me importaba lo que sucediera con el pero no podía y al llegar las 7 de la noche me desesperé y decidí que tenía que ir a buscarlo.
Así que tome mi bolso con lo necesario para salir y sin pensarlo dos veces abrí la puerta de mi habitación para salir a buscarlo costará lo que me costará.

Pero para mi sorpresa al abrir la puerta se encontraba Mark con un cachorrito chihuahueño color blanquecino que sostenía o al menos eso parecía, un pequeño cartel que decía "Lo siento"

— Mark... 

EDUCATING A BAD GIRL | M.T [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora