CAPITULO 4.

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Eran las 6, salí de casa rumbo al parque. Cuando llegué al bar donde habíamos quedado solo estaba Sergio, a sí que me senté. De repente alguien aparece por detrás y me da un abrazo.

???: Lo siento mucho.

Irina: ¿Siomara eres tú?

Siomara: Sí, lo siento mucho.

Irina: Pensaba que no ibas a venir, ¡pero me alegro mucho que estés aquí!

Siomara: He sido una tonta, no podemos enfadarnos por un chico.

Irina: Madre mía, tres días sin ti, ¿que querías matarme?

Siomara: Lo sé, perdoname. Además ahora tengo a David gracias a ti.

Irina: Sabía que hacíais buena pareja los dos, ¡te quiero tonta!

Sergio: ¿Y a mi no?

Siomara: ¡Tú vas aparte!

Irina: Jajajaja ni caso, ¿vamos a dar un paseo?

Rodeamos todo el parque andando con muchas risas. Incluso nos metimos en la parte infantil a jugar, fue una tarde genial, tuvo que sacarnos un Guardia de Seguridad por que no dejábamos a los niños pequeños subir a los cacharros.

Al salir del parque pisé el cordón de mi zapato y caí al suelo.

Irina: ¿Hola? ¿Donde estoy? ¿Qué me ha pasado? Me duele todo...

Médico: Hola Irina, estas en el hospital, al salir del parque tropezaste con algo y caíste al suelo.

Irina: De caer al suelo me acuerdo...

Médico: ¿No recuerdas nada más? Irina...al caer al suelo te clavaste un cristal en el pecho y te desmayaste, tus amigos te han traído aquí.

Irina: ¿Qué? ¿Y donde están ellos? ¿Y mis padres?

Médico: Están fuera, ¿quieres que pasen?

Irina: Sí, pero solo Siomara.

Médico: Está bien, haré que pase.

Siomara: Tía, ¿qué te ha pasado? Lo único que vi es que se me cayó el bolso y cuando me levanté Sergio te tenía en brazos, tu estas inconsciente y tenías mucha sangre.

Irina: Dicen que me he caído y que me he clavado un cristal en el pecho.

Siomara: Si es que cuando te digo que tengas cuidado... ven dame un abrazo.

Irina: Ay ay ay, cuidado que me duele.

Siomara: Perdón, me voy a casa, voy a decirle a Sergio que entre.

Sergio: Amor, ¿estás mejor? ¿Te duele el pecho?

Irina: Más que nada me duele la barriga...

Sergio: También te has dado ahí?

Irina: No, es que tengo hambre, jajaja

Sergio: Ya te vale, voy a llamar a tu padres para que te traigan algo.

Se fue, retrocedió y me dio un beso. No me lo podía creer, me había caído y me había clavado un cristal, me daba un repelús solo de pensarlo...

Mamá: Cariño, nos vamos ya a casa, te han dado el alta, ya comes allí.

Que rollazo de semana, todo el día metida en la cama sin hacer nada, ya echaba de menos las gran charlas de Jose Antonio. Se me pasó lenta, pero creo que es la primera vez que estoy deseando que sea Lunes. Mañana iba a ir a clase y ¡era mi 17 cumpleaños! Me levanté radiante, con mucha fuerza, el pecho ni me dolía. Solo quería que la gente me felicitara.

Mi Cheque al PortamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora