Capitulo Catorce

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Al terminar la cena pusieron música y barra libre pero ella prefirió no beber nada con alcohol y tomó un cocktail de fresa. Cuando estaba sorbiendo las últimas gotas Harry le pidió un baile, y ella aceptó sin ningún problema. Pero cuando sus manos tocaron sus caderas y sus ojos verdes impenetrables la miraban fijamente, supo que no había sido buena idea. No se dio cuenta de que la gente salió a bailar después de ellos pues estaba perdida en su mirada y no sabía cómo poder despegar sus ojos de los de Harry, sabía que estaba siendo ridícula, sabía que no había parpadeado ni una vez para no perderse ni un segundo de esa mirada, pero no podía, no podía apartarlos.

Harry le apretó mucho más a él y le hizo apoyar la cabeza en su pecho, dándole un beso en la cabeza. Amy suspiró sabiendo que eso estaba siendo su perdición, que las piernas le flaqueaban y que no tenía nada más en mente que ojala ese baile durará para siempre.

Cuando Harry le cogió de la mano para llevarla a la mesa de nuevo no se dio cuenta de que la canción había acabado y ahora sonaba otra mucho más movida. Sus primos le dijeron que si se marchaban ya pues era un poco tarde, a lo que él asintió y despidiéndose de todos y pidiéndoles que disfrutaran de la fiesta, se subieron en la limusina de nuevo y fueron rumbo a casa .

De camino, el silencio era más notable ya que estaban todos cansados. La inauguración había sido un éxito y los primos de Harry estaban encantados con el estilo sofisticado y lo bien que había quedado todo en general esa noche. Al llegar a casa Frank los estaba esperando preguntando si necesitaban o querían algo en especial. Todos negaron alegando que estaban muy cansados y que querían ir a dormir para recuperar fuerzas. Una vez en la planta de arriba cada uno se metió en su habitación despidiéndose con un buenas noches. 

Amy entró al vestidor para cambiarse y ponerse un camisón y después al baño para quitarse el maquillaje y lavarse los dientes. Fue al piso de abajo y cogió a Grym en brazos que estaba dormido para subirlo a la habitación y ponerlo en la cama, seguramente eso molestaría a Harry y le encantaba, después fue a elegir una novela para leer. No sabía dónde estaba Harry pero no le importaba, tenía una cama gigante a su perro y a una novela sin empezar. Se recostó en la cama y comenzó a leer. Quince o veinte minutos más tarde entró Harry a la habitación y cuando vio al perro encima de la cama y a ella leyendo una novela con un camisón de cuello alto se quedó petrificado.

- ¿Esto es lo que me espera en mi cama después de un duro día de trabajo? A mi mujer leyendo cosas insustanciales con un camisón parecido al de mi bisabuela y a un sucio perro que se ha arrastrado por todo el suelo ocupando mi lado de la cama? - bromeó Harry -

- Grym es más cariñoso y amable que tú – le respondió ella nerviosa mientras él dejaba al perro en el suelo y se metía en la cama -

- Si... Puede que tengas razón pero seguro que él no te hace sentir esto – dijo cogiéndola por debajo del pecho y girándole hacia él, cosa que provocó que el libro se le cayera de las manos antes de que él la besara -

Amy se estaba volviendo loca, en su cabeza decía, no, no, no y no... Pero su cuerpo reaccionaba de otra manera, mientras se decía a ella misma que no podía ser, lo estaba cogiendo del cuello y viendo como su cuerpo no ponía resistencia cuando él la sentaba a horcajadas encima suyo para hacerle notar su erección. Con manos ágiles Harry le quito el camisón quedando en sujetador y braguitas, se siguieron besando mientras él le acariciaba el pecho por encima de la tela. El otro día habían llegado hasta ahí, pensó Amy, si sigo no habrá escapatoria... Ahora es el momento de parar, pero su cuerpo no reaccionó y mientras él le desabrochaba el cierre del sujetador ella se sonrojaba levemente porque jamás un hombre había visto tanto de ella y tan fácil. Harry gimió antes de capturar un pezón con su boca y comenzar a mordisquearlo, en una oleada de pasión Amy gritó su nombre y Harry paró bruscamente subiendo su cabeza para mirarle a esos ojos grises que le miraban contrariados.

- ¿Que pasa? - susurró Amy – Si no quieres hacerlo... No debí comportarme así, yo no sé que decir... No sé que... Lo siento – las palabras le salían atropelladas de la boca y no sabía bien cómo reaccionar a que Harry tan rápido como se había excitado hubiera parado de tocarla como si quemara -

- Amy – Harry le cogió de las mejillas con las dos manos y con los ojos verdes brillando de excitación – Si no hubieras gritado mi nombre no me habría dado cuenta que pensaba poseerte con mi familia durmiendo en la habitación de al lado. Cuando seas mía pequeña, gritarás tanto y tan fuerte que al día siguiente no tendrás que avergonzarte porque nadie podrá escucharte. Créeme que tengo tantas ganas como tú o más... No sé qué me pasa contigo que no soy capaz de controlar mis impulsos. Esta misma noche mientras bailábamos y me estabas mirando así me entraban ganas de devorarte pero la espera traerá consigo una muy dulce recompensa. Ahora... Vamos a intentar dormir.

- Harry – susurró Amy desconcertada por esas palabras que tuvieron un efecto inmediato en su estomago – Si, será mejor que intentemos dormir – sonrió ella desorientada acostándose dirección al balcón y notando como Harry le pasaba un brazo por la cintura para dormir.

Esas dos semanas iban a ser las más difíciles de toda su vida, y no sabía cómo afrontarlas...

Pensó en Louis y en lo poco que le gusto que él le tocará un pecho, y en lo mucho que le había gustado que Harry lo hiciera, y lo desinhibida que había parecido. Todo aquello parecía una novela de amor, de esas en las que el deseo es tan irremediable que acaban locos el uno por el otro. La pequeña diferencia es que ella no creía en eso, creía en lo que había visto desde pequeña.

Un matrimonio como el de sus padres, casados porque no les quedaba de otra pero no enamorados, jamás les había visto darse un beso, o una palabra cariñosa o un abrazo en cualquier momento del día. Ella sabía que a si su hermana se le había bendecido con el amor de Zayn, a ella le tocaría o un matrimonio como sus padres o... Quedarse con su perro y sus novelas para siempre.

No creía que Harry y ella duraran más de dos semanas, cuando pasara la boda de su hermana y no volviera a ver sus padres y cuando él apagará el deseo acostándose con ella, todo habría acabado. Y le parecía muy difícil después de lo de aquella noche remediar lo de no acostarse juntos, le parecía algo inmediato. Y lo sabía. Pero en cambio, allí estaba con los ojos bien abiertos escuchando la respiración de Harry y dudando del trato que había hecho con él.

Hubiera sido mejor no haber aceptado nada.

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