Capitulo Nueve

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Amy asustada por haber seguido el juego, murmuró algo sin mucho sentido y se fue corriendo a la habitación que su madre les había preparado a ella y a Harry, ella notaba como él le seguía y aunque no lo podía ver sabía que se estaba riendo. Entró en la habitación que tanto le había servido de escondite cuando vivía allí, ya que todas las demás habitaciones estaban en la planta superior y allí era estar en otro mundo, tumbada en esa cama que daba al jardín con piscina. Se giró para mirar a Harry que estaba apoyado en el marco de la puerta.

- Cierra la puerta y entra – ordenó la rubia con sus ojos grises llenos de confusión -

- ¿Siempre estás dando órdenes? - preguntó Harry cerrando la puerta -

- Si, siempre que puedo lo hago. No me preguntes porque he seguido con esta gran mentira que no tiene ni pies ni cabeza pero lo he hecho...

- Yo si que sé porque lo has hecho, si quieres que te lo explique... - arrastró Harry esas palabras -

- ¿Y tú que vas a saber? Te crees que lo sabes todo y no sabes nada – dijo Amy enfurruñada porque el supiera algo más de lo que ella no se daba cuenta -

- Sé que estás contenta porque tu madre por primera vez en tu vida te ha abrazado y mirado sinceramente viéndote como si fueras algo nuevo, o su hija ya no fuera la misma. Te estás dando cuenta que tanto tu madre como tu padre te han perdonado el haberte ido a la ciudad a buscar la vida y que siendo más mayor que tu hermana no estés aún casada. Por eso has hecho creer a tus padres que nos hemos casado como yo explique ayer para no eclipsar la boda de tu hermana antes que explicarles que nos casamos borrachos perdidos y que tienes intención de separarte volviéndoles a defraudar – explicó Harry mirándola con sorna, Amy sin saber muy bien como cruzó la habitación en dos zancadas y a menos de treinta centímetros de su cara comenzó a pegarle puñetazos en el pecho que no hacían demasiado efecto.

- ¡¡Todo eso es mentira!! - dijo Amy enfadada, golpeándole el pecho -

- ¿Y porque me pegas? - murmuró Harry agarrándole las manos -

- ¡¡¡Porque te odio!!! - le gritó ella intentando zafarse de sus fuertes manos -

- ¿Estás segura cielo? - susurró Harry a pocos centímetros de su cara antes de capturar su boca, Amy se cogió a su cuello quedando totalmente a su merced, y él aprovechó para tumbarla en la cama y comenzar a acariciarle el pelo -

- Harry... - dijo Amy sin voz dejando el cuello totalmente descubierto para que él pudiera besarle sin obstáculos -

El beso cada vez se hacía mucho más profundo, las manos de Amy aún seguían en el cuello de él y tímidamente iban subiendo hacia el pelo, pero en cambio las suyas estaban subiendo y bajando por su espalda, acariciándole el trasero y acercándose peligrosamente a una zona prohibida. En ese momento aunque ninguno de los dos escuchó una puerta, esta se abrió dejando paso a su hermana y a su madre. Las dos venían a ver qué había pasado ya que Amy había salido precipitadamente del salón. Ellos seguían aún sumidos en el beso sin darse cuenta de que casi su familia entera les estaba mirando divertidas.

Una tos excesivamente provocada sacó a Harry de su ensimismamiento.

- ¿Interrumpimos algo? - dijo Kath con una sonrisa de oreja a oreja -

- Lo siento... No pretendía... - intentó decir Harry levantándose de encima de la rubia aturdida- 

- No te preocupes cielo, sé que los recién casados no pueden esperar para estar juntos y con el trabajo que debes tener estarás muy ocupado. Venía a traeros ropa limpia, Amy tenía aquí un par de mudas, pero a ti te he traído ropa que Zayn ha ido dejando aquí. Tienen un lavabo propio en esa puerta para poneros cómodos. La cena será dentro de una hora. Sigan disfrutando – añadió la madre de Amy picara guiñando un ojo -

- Eso, eso, sigan disfrutando – dijo su hermana divertida con la mirada enfadada de su hermana fija en sus ojos -

Harry se giró en dirección a la cama donde permanecía aún recostada Amy, que le miraba con los ojos echando chispas. Sin decir palabra, el cogió la ropa que la madre de su mujer le había traído y sin decir palabra se metió en el baño, donde pocos segundos después el agua comenzó a correr.

Estaba tan aturdida que no sabía qué hacer así que decidió ducharse en el baño de arriba para desaparecer de esa cama y de esa habitación que tiempo atrás le había dado tanta seguridad y que ahora solo le traía nerviosismo sabiendo que Harry estaba desnudo duchándose a escasos metros de ella. 

Cuando el agua dejó de correr por su cuerpo se puso su albornoz que aún seguía colgado de aquel baño con su nombre grabado en la espalda y se miró en el espejo, sus ojos grises llenos de deseo y los labios hinchados por ese beso le provocaba seguridad en si misma, nunca había dejado que nadie le besara así y nunca había querido que nadie lo hiciera. No sabía exactamente porque había decidido seguir con el juego que se traía Harry entre manos y mucho menos porque en la intimidad le había dejado besarla así pero antes de poder llegar a ninguna conclusión la puerta se abrió y vio a su hermana mirándola fijamente. 

- ¿Que tal estas Amy? - le preguntó su hermana sonriendo, a ella le entraban ganas de borrarle esa estúpida sonrisa -

- Pues mal – intentó finalizar Amy esa conversación -

- Yo no te he visto nada mal en la cama – bromeó su hermana -

- Estoy segura de que lo has visto todo muy bien, ahora recuerdo porque me fui de aquí, no hay intimidad. - dijo la rubia secándose con la toalla -

- También puede ser porque tampoco tuviste ninguna oportunidad de tener intimidad, aunque no me molesta ver a mi hermana besándose con alguien que no sea el estúpido e inútil de Louis. - contraatacó Katherine -

- Muy bien, ya lo has dicho todo. Ahora vete – le ordenó Amy -

- ¿Por qué? Y no te pregunto por qué quieres que me vaya, sino porque has seguido con lo que comencé...

- Porque me da la gana, y si no te vas tú, me iré yo.

Amy esquivó a su hermana y salió escaleras abajo para encerrarse en la habitación del final del pasillo, no había nadie en el comedor, suponía que estarían todos en el jardín. Así que entro en la habitación para ponerse su ropa antigua que tiempo atrás utilizaba en ese pueblo. Al entrar vio a Harry con una toalla anudada a la cintura mirándola fijamente con su albornoz.

- Amy, creo que tenemos que hablar – susurró Harry como si le costara pronunciar esas palabras -

- ¿Que quieres? - le preguntó ella -

- Sé que no quieres seguir con todo esto, pero tampoco creo que quieras desmentirlo ahora mismo. Te propongo un trato – dijo Harry muy seguro de si mismo, como si no hiciera falta proponerle nada porque sabía que iba a aceptar -

- No hago tratos con desconocidos – intentó sonar convincente ella -

- En cambio, ¿Los besas? - comentó Harry divertido, a lo que ella le entraron ganas de pegarle, aún sabiendo que podrían volver a acabar tumbados en la cama – Esta bien, era una broma... El trato consiste en que ya que tus padres están convencidos de nuestra relación y como me explicaste la noche que nos casamos que no vienes mucho por aquí, ya que te incomoda la presencia tanto de tu familia como de Louis, continuar con esto un par de semanas antes de divorciarnos para poder asistir a la boda de tu hermana y que tus padres no estén recordándote lo desgraciada que eres por no tener pareja. 

- ¿Cómo crees que voy a aceptar ese trato totalmente alocado? Me da igual que me traten así, estoy más que acostumbrada... - dijo Amy -

- Lo sé, pero pensaba que te sacaría de más de un apuro, ya que cuando se acabe la boda, pocas veces más verás a tu familia sino es por alguna reunión familiar, en la cual podrás poner alguna excusa de porque ya no estamos juntos... O decir que estoy en algún viaje de negocios – finalizó Harry su explicación - 

- ¿Y que sacas tu de todo esto? - susurró Amy desconfiada -

- El poder estar contigo...

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