Capitulo Quince

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Unos golpes en la puerta la despertaron, se sentó rápidamente pensando en su trabajo, Frank abrió pocos segundos más tarde y le dejo una bandeja con un café, una tostada y una nota. Estaba tan absorta en ella misma que no sabía ni donde estaba.

- Frank, ¿Qué hora es? - preguntó Amy -

- Son las ocho y cuarto señorita, una limusina la espera abajo a las nueve menos cuarto para llevarla a trabajar. El señor Styles me había dicho que usted estaba lista en cinco minutos, por eso no la he despertado antes. Que disfrute del desayuno, si me disculpa – dijo muy cortes él -

En cinco minutos, sonrió ella. Bebió un sorbo de café sentada en la cama mientras leía la nota de Harry, dios que rápido se podía acostumbrar a todo eso.

''Espero que esta noche seas una buena anfitriona con mi familia ya que mañana se vuelven de madrugada a su casa. Estoy en Londres hasta dentro de una semana, no me eches mucho de menos. 

Harry''

Dios... ¿Una semana entera? Entonces cuando volviera les quedaría por pasar cinco días juntos, después la boda de su hermana y ya está. ¿Qué trabajo, y que mujer podía soportar que su marido se fuera una semana entera? Menos mal que aquello era solo una pequeña mentira y ella estaría mucho mejor sola que en constante tensión esperando cual era la que soltaría Harry en ese momento.

Y aunque se acabó el café y fue para la ducha con eso en la cabeza asegurándose que lo que estaba diciendo era la verdad no pudo evitar tener un sentimiento de decepción al saber que no lo iba a ver en una semana.

****************

Ya llevaba tres días sola en esa gigante casa, la familia de él se marchó pidiéndole que fueran a visitarlos a Nueva York y que estaban encantados con su matrimonio. Ella agradeciéndoles por su simpatía y amabilidad les dijo que estaría contentísima si Harry la llevaba a visitarles. Su vida en esa gran casa se volvió una rutina al estar tan sola, solo se dedicaba a trabajar y disfrutar de las comodidades que le ofrecían.

Los dos días siguientes pasaron muy rápido, ella trabajaba durante el día y cuando llegaba a casa se iba a la piscina a relajar mientras Grym la perseguía por el borde de la piscina sin acercarse mucho. Más tarde cenaba en la cocina, no pretendía manchar el comedor con un solo plato mientras veía, en la pequeña televisión que utilizaba la cocinera para entretenerse, un programa de preguntas donde ganabas dinero. Después se acostaba con su perro mientras leía una novela. Cuando el día siguiente llego a las seis de la tarde a la casa subió corriendo las escaleras sin reparar que había una maleta en el salón y bajando las escaleras a toda prisa con su perro persiguiéndola y con un bikini de color azul y blanco fue hacía el jardín y se tiró de cabeza a la piscina. Ese día hacía un calor insoportable en Seattle, algo bastante raro en esa zona de la ciudad y estaba deseando llegar para poder bañarse. Estaba tan relajada que no se dio cuenta de la presencia que había.

En las VegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora