Capitulo Veinte y Dos

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Los camareros hicieron pasar a todos los invitados al banquete, las mesas adornadas con manteles blancos y algunos toques en marrón oscuro precedían en la gran habitación que también tenía un espacio para poder bailar a lo largo de la noche. Harry y Amy se sentaron en la mesa principal la cual estaba en frente de la mesa nupcial, junto a sus primos y familia. Los platos comenzaron a ir de un lado a otro ofreciendo una gran variedad mientras alguien de vez en cuando gritaba algo para los novios y todos reían y bebían felices. 

Amy no podía decir lo mismo ya que sin bolígrafo ni hoja tenía que tener un discurso, al menos presentable, que hiciera que los invitados saltaran de sus sillas y aplaudieran al recién matrimonio. Harry veía su incomodidad y de vez en cuando le decía algunas frases que podía utilizar para el discurso. Parecía que las peleas que habían tenido no significaban nada en esos momentos. Estaba cariñoso, atento y amable… Y a Amy le gustaba.

El problema es que ella misma sabía que no lo hacía por otra cosa que por el trato que tenían. Él se divertía un rato junto a ella esas dos semanas y ella podía darle una patada en la boca a su madre, en sentido figurado, por todas las veces que le había dicho que no valía la pena.

El tiempo transcurría deprisa y en esos momentos ya estaban por el postre, y los camareros rellenaban sus copas para hacer el brindis, el brindis nupcial. Amy comenzó a temblar aún así habiendo estudiado comunicación para su trabajo al ser secretaria. 

- Amy – grito su madre en medio del convite – Mi hija tiene unas palabras para mi otra hija y su marido… silencio – dijo golpeando la copa y mirándola fijamente poniendo toda la presión que podía –

- Está bien – dijo ella levantándose y viendo como todo el mundo la miraba, mientras se alisaba el vestido Harry le cogió la mano y ella rogó que no se la soltara – Katherine esto va por ti.

Te veo tan feliz, al estar al lado de tu marido, veo que no puedes dejar de sonreír y aunque sé que no es cierto, siento que te pierdo. Pero ese sentimiento se va muy pronto y sonrió yo también porque tú eres feliz y eso me hace estarlo a mí también.

El amor entre tú y Zayn es único, es verdadero. Sé que no va a haber otro hombre en tu vida y eso es algo especial… Sentir que puedes llegar a perder a esa persona y que tu barriga se encoja, eso es algo único, es auténtico y a eso se le llama amor. Y lo puedo ver en tus ojos, y en los de mi nuevo hermano, sus miradas se vuelven auténticos espejos cuando están juntos, no es ni necesario que se miren, con el simple hecho de saber que el otro está cerca, hace que brillen mas de lo normal. También veo como se extrañan cuando están separados, y como se pierden en su propio mundo cuando se besan.

Suena como la melodía de una canción que esta escrita con cada minuto de su relación y que esta llena de amor, de comprensión y ternura, de dedicarse caricias, de llamarse con besos, de fundirse en abrazos.

Quiero desearte lo mejor porque has sido en verdad, mi ejemplo, mi amiga, mi consejera, mi alivio, la que siempre ha estado conmigo, la que a pesar de todo lo malo has sabido consolarme cuando yo estaba mal.

Y no lo dudes Katherine, que al verte a ti descubro, aunque tú misma lo dudes, que si existen las princesas y tu eres una de ellas. Sonará un poco chiche, pero eres perfecta, no solo fisicamente, porque lo eres, si no que ademas, eres admirablemente fuerte, sensible y preocupada por los demas. Eres, sin dudas, la persona mas importante en mi vida. Te amo mucho mi hermana pequeña.

– finalizó Amy con lágrimas en los ojos y la voz temblorosa, su mirada que estaba centrada en la mano de Harry posada en la suya elevó su mirada hacia su hermana y la encontró llorando corriendo hacia ella hasta llegar a su lado mientras la abrazaba con todas sus fuerzas –

- Te quiero Amy… Gracias, gracias, gracias… - no podía parar de repetir Kath –

- Y yo también a ti – en esos momentos noto como la mano de Harry se soltaba y muchísimos aplausos se apoderaban de la estancia ensordeciendo cualquier voz que quisiera alzarse por encima del ruido en esos momentos, Amy aún seguía abrazada a su hermana –

- Levanten todos sus copas, este brindis se lo dedico a mi preciosa y encantadora hermana, Amy – Katherine fue hasta su lugar abrazó a su marido y cogió su copa señalando a su hermana –

Harry la abrazó con todas sus fuerzas y llenó su cara de pequeños besos, mientras le decía lo bien que lo había hecho y lo bonito que había sido.

El baile lo abrió su hermana y Zayn, y más tarde los respectivos padres de los dos, después salieron Harry y Amy y después los demás familiares. Un par de horas mas tarde Amy se canso de bailar, ya que no estaba acostumbrada a los tacones y le pidió a Harry que le acompañara a tomar aire a un jardín que había fuera. Caminaron en silencio hasta que llegaron a un pequeño lugar escondido, lleno de arboles gigantes que ocultaban unos bancos de piedra rodeados de flores. Se sentaron en uno de ellos y Amy se descalzó para estar más cómoda.

- Tienes una familia maravillosa, Amy – le murmuró Harry pasándole el brazo por los hombros –

- Lo dirás por mi hermana y mi padre – dijo ella con cara de atormentada – Porque mi madre…

- Tu madre te quiere, pero a su manera… - dijo él – si hubieras visto a mi madre, pensarías que la tuya es lo mejor del mundo…

- ¿Me explicas que te paso con tu familia? Estamos solos y yo no tengo ganas de volver a dentro dijo acomodándose en su pecho y mirando hacia el cielo –

- Cuando yo tenía cuatro años mis padres se divorciaron, mi madre se había acostado con el jardinero, había sido un matrimonio por conveniencia. No se querían, pero así lo habían querido mis abuelos. Más tarde mi madre volvió arrepentida sin dinero ni para poder comer pidiéndole a mi padre otra oportunidad. Mi padre le dijo que no, que había encontrado a otra mujer… - dijo él con la mirada perdida- Más bien a una niña, tenia veinticuatro años, se llevaban treinta años… No he vuelto a saber nada de mi madre. La vi hace dos años en una revista, donde ponía que se había casado con un magnate de los barcos… Mi padre sigue casándose con chicas más jóvenes que él, las cuales solo van por su dinero. Y cada vez parecen más mis hijas que mis madrastras… Mi adolescencia no ha sido marcada por una relación familiar consistente, más bien fue un lio de faldas… En cambio mis tíos – sonrió al pensar en ellos - Ellos sí que se quieren… Por eso me llevo tan bien con mis primos, porque me he criado más con ellos que con mis padres… Que han estado desaparecidos toda mi vida… Por eso jamás me voy a casar, está claro que lo nuestro no ha sido una boda premeditada – rió Harry – No creo en el amor, mis padres nunca se han querido y han destrozado mi adolescencia.

Amy se giró con lagrimas en los ojos mirándole fijamente y le abrazó con toda la fuerza que fue capaz, le dolía escuchar el duro pasado familiar de Harry. 

Estuvieron así, abrazados fuertemente por unos largos minutos, diciéndose con hechos lo que no eran capaces con palabras.

En las VegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora