Capitulo Veinte y Tres

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Después del largo abrazo, se separaron levemente, quedando muy cerca el uno del otro. Amy quiso besarle y nunca dejarle ir, pero se contuvo y se alejó completamente de él. Siguieron hablando de sus infancias, de sus colegios y de lo que hacían de pequeños. Sin darse cuenta llevaban más de una hora en ese banco y decidieron volver. Al entrar la gente seguía bailando y divisaron a Kath y Zayn bailando en el centro de la pista. Amy se acercó y estuvieron bailando juntas todas las canciones, eso sí con un vaso de agua en la mano y nada de alcohol. Más tarde llegó la hora de que Kath y Zayn les dieran a sus invitados una pequeña sorpresa para que recordaran para toda la vida ese hermoso dia para ellos, les regalaron a sus invitados una flor de madera con una foto de ellos dos y una nota donde ponía el día del enlace y sus nombres. 

Después comenzaron de nuevo a bailar y muchos invitados comenzaron a irse a sus casas. Harry y Amy a las cinco de la mañana decidieron que ya habían tenido suficiente por hoy y despidiéndose de toda su familia se marcharon a la limusina que ya les estaba esperando en la puerta.

Se estaban subiendo cuando Amy se dio cuenta de que no llevaba nada más que su abrigo en las manos y la flor que les regalaron Kath y Zayn. Disculpándose por hacerlo esperar más tiempo le dijo que se había olvidado su bolso que volvería enseguida. Salió de la limusina y entró nuevamente en el lugar de la fiesta. Al entrar divisó su bolso en la mesa donde habían estado sentados, fue corriendo lo cogió y cuando se estaba girando para marcharse se topo con su ex novio Louis.

- ¿Qué haces aquí? – Pregunto Amy contrariada –

- Sabía que estarías aquí, te lo dije aquel día que nos vimos en el pueblo, me apetecía volver a verte… He madurado Amy, soy un hombre nuevo y te quiero.

- ¿De qué estás hablando? Déjame Louis – dijo ella intentando que sus pies corrieran tanto que le faltara el aire pero nada se movió –

- Te vi con ese hombre y no pegan nada, tu y yo éramos perfectos, estábamos juntos siempre y nos lo pasábamos bien… - mientras Louis decía esas palabras, la castaña se daba cuenta de lo mucho que quería a Harry, de lo poco que había sentido con el hombre que tenía en frente y lo mucho que necesitaba decírselo a su esposo –

- Si Louis, nos lo pasábamos bien pero no nos queríamos… Como amiga me tendrás siempre que me necesites pero mi corazón pertenece a otra persona… Y si me disculpas me está esperando fuera – dijo Amy sonriendo todo lo posible y viendo como sus piernas reaccionaban. Iba de camino a la limusina donde le estaría esperando el hombre al que amaba y con valor podría decirle todo lo que sentía –

Amy camino rápido porque no se había dado cuenta de que había pasado un buen rato hablando con Louis y no quería preocupar a Harry, pero cuando se subió a la limusina Harry ni la miró y eso la incomodó bastante. Se pasaron todo el camino en silencio y todas las palabras que se le pasaban por la mente a Amy para poder decir se le atascaban en la garganta. Al llegar a casa Grym vino como siempre corriendo a saludarles y mientras lo hacía Harry no la miró ni un solo momento.

- Estoy cansada… - sonrió Amy - ¿Te apetece que vayamos a dormir? – intentó sonar insinuante y sexy, y en ese momento le dio tanta vergüenza que comenzó a acariciar al perro de nuevo –

- No – dijo Harry mirándola por primera vez desde que se había montado en el coche, sus ojos verdes estaban oscuros como el mar más profundo y más aterrador de todos – Tengo que hacer unas cosas en el despacho. Ves tú a dormir. Me sabe mal que nuestra última noche o madrugada la pasemos separados pero bueno… - las palabras estaban rompiendo a Amy en mil pedazos – Ya quedaremos algún día para tomar un café… - y dicho esto se fue hacia el despacho –

Las lágrimas resbalaban con cada escalón que subía, había estado a punto de decirle que le amaba… Estúpida. Ya había acabado todo, la boda de su hermana había finalizado y su matrimonio también. Amy se preguntaba cuanto tardaría en enviarle los papeles del divorcio. 

No creía en el amor, se lo había dicho pocas horas antes y ella pensaba decirle que le amaba. 

Se puso el camisón con los ojos empapados y se acostó dando mil vueltas antes de caer rendida.

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