4. Paisaje

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El "alacrán" desapareció entre las nubes, sin sufrir ningún daño. Me sorprenden mucho los avances tecnológicos, un avión "normal" se hubiera estrellado en cualquier momento, causando graves daños, en fin, trato de olvidar por un momento lo que vi, y me concentro en lo que dice mamá cuando regresa de haber llamado a papá.

— Ya localicé a tu papá.

— ¿Qué te dijo? – Pregunto, esperando una respuesta positiva.

—  No te preocupes, él está perfectamente bien. – Responde felizmente. – Me dijo que después de dejar los restos de Zizu, comenzó el diluvio, por suerte, el refugio de emergencia de la ciudad está a pocos minutos de la clínica del veterinario, así que se quedó ahí.

—  Menos mal, sabía que estaría bien.

—  Sí, tu padre sabe muy bien lo que hace.

Sin darnos cuenta, el diluvio estaba bajando su intensidad. Solo caían pequeñas gotas, muy ligeras. Las nubes se desvanecían como la espuma en un baño de burbujas, hasta desaparecer por completo, ya no había rastro de ellas. El sol se dejó ver igual de potente como lo estaba hace un par de horas. El cielo resplandeció, con su hermoso color azul. Por si fuera poco, un gran arcoíris que abarcaba de extremo a extremo la ciudad, rutilaba con una fuerza increíble, algo que jamás había visto. Su hermosura dejaba en segundo plano la destrucción que había debajo de él. Si lo observas detenidamente, podrías olvidar por completo lo que sucedió minutos atrás, para transportarte a un paraíso.

Mamá fue la primera en hablar.

—  Es sorprendente. Primero llueve como si Dios quisiera castigarnos por todos los pecados que hemos cometido en todos estos años, y después pareciera que se arrepiente de la decisión que tomó y nos perdona.

—  Pues que bueno que se arrepintió, – Intervengo – no es muy divertido que juegue con nosotros.

—  ¡Tengo que ir por mis pinturas y mi lienzo! – Dice mamá, ignorando todo lo que yo dije - ¡Este paisaje es único y quizá nunca lo volveremos a ver! ¡Tengo que pintarlo antes de que desaparezca!

Sale corriendo de la habitación. El mayor talento de mi madre es el de plasmar hermosas creaciones en los lienzos blancos con sus delicadas manos de artista; no importa lo que le pongan en frente, así sea una mujer guapa y deslumbrante, o una flacucha y fea lagartija, ella los plasmará de una manera excepcional, con su sello único que la caracteriza.

Mi padre una vez nos contó a Kenya y a mí, que eso fue lo que lo enamoró de mi madre, su increíble talento para proyectar lo que sus ojos perciben y transformarlo en fantásticas creaciones para el ojo humano. Yo estoy completamente de acuerdo con mi padre, si fuera él, también me hubiera enamorado de mi madre. Siempre me han gustado las chicas talentosas, que pinten, canten, bailen, escriban, todo lo que pueda considerarse talento.

Despierto a Kenya para que pueda apreciar de igual forma lo que estoy viendo yo a través de la ventana.

— Es precioso. – Dice al ver el gran arcoíris, ni siquiera se dio cuenta del gran desastre que quedó después de la tormenta – Ojalá Zizu estuviera aquí, conmigo, para que lo pueda ver también. - Expresa con lagrimas en los ojos.

— Oye, – Digo, con consuelo, acercándola a mi pecho – no estés triste. Éste arcoíris se creó después de que Zizu muriera, Zizu creó el arcoíris para ti, para que sepas que en cada arcoíris que veas, él estará ahí, cuidándote en todo lo que haces.

— ¿De verdad? – Cambia completamente su expresión, ahora su sonrisa me deja ver ese agujero entre sus dientes.

— Sí. Te aseguro que él está feliz de verte sonreír y quiere que nunca dejes de hacerlo. – Me da un fuerte y cálido abrazo – Pero bueno, mamá fue a buscar sus pinturas y su lienzo, ella quiere pintar este hermoso paisaje, quizá cuando lo termine, lo ponga en el recibidor de la casa, para que siempre podamos apreciarlo – Asiente alegremente.

Mamá entra nuevamente a la habitación, cargada de todos sus materiales, apenas puede caminar.

— Déjame te ayudo – Le digo, agarrando varios de sus valiosos materiales.

— Gracias, – Responde amablemente.

Dejamos todos los materiales sobre el escritorio de Kenya.

— ¡Debes darte prisa mami! – Kenya está muy entusiasmada con la idea de pintar el arcoíris – ¡Si tardas demasiado podría desaparecer!

— Sí, – Dice mamá. Acomoda su tripié, la paleta de colores y los pinceles frente a la ventana – debo apresurarme. No sabía donde estaban todos mis materiales de trabajo, los busqué por todos lados y parecía que se los había llevado la tormenta, pero los encontré en una caja de cartón en el cuarto de baratijas. Hacía tanto tiempo que no pintaba algo, que olvidé por completo dónde los había dejado.

— Pues ya tienes uno de los mejores paisajes que jamás podrás encontrar. - Comento.

— ¡Yo también quiero pintar! – Dice Kenya – ¡Iré por mis acuarelas y mis hojas de papel! - Busca debajo de su cama un cofre metálico color lila, donde guarda sus pertenencias más preciadas. Abre el cofre delicadamente, y saca su estuche de acuarelas, posteriormente, lo cierra y lo deja nuevamente en su lugar —¡Aquí están, ahora solo faltan las hojas de papel! - Deja las acuarelas sobre la cama y va directo al escritorio a buscar las hojas de papel.

— Iré un rato a ver televisión. – Le digo a mamá – Si necesitas algo, estaré en mi habitación.

— No te preocupes, estaremos bien.

Salgo de la habitación, para ir a mi dormitorio, que está justo en frente del de Kenya. Cierro la puerta detrás de mi. Me quito los converse color guinda antes de recostarme en mi suave cama. Tomo el control de la televisión, la enciendo y cambio de canal en busca de noticias sobre el fenómeno ocurrido hace unos momentos, pero, curiosamente no hay nada, todas las programaciones siguen igual, pareciera que no pasó nada, esto es extraño, yo esperaba encontrarme en todos los canales de t.v información para tomar precauciones, advertencias, yo que sé. Da igual, los daños solo fueron materiales y mi familia está a salvo, así que me relajo. Dejo la t.v en el canal de documentales, pongo mis manos detrás de mi cabeza y acomodo las almohadas. Comienzo a sentir mis ojos muy pesados, los cierro por un momento... hasta que un repentino comercial interrumpe el programa que estaba viendo.

« Interrumpimos este programa para traerles las noticias nacionales más importantes.»

El logotipo del programa de noticias desaparece, la pantalla se pone en negro y dos hombres con traje azul se presentan, uno de ellos es papá.

Las Armas de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora