¿Tú nombre es?

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¿Arrepentirme de qué? - Pregunté desconcertada - Simplemente me encontré el celular en el edificio dónde vivo, nada del otro mundo.

El chico simplemente se quedó callado y respiro profundamente, después de unos segundos habló.

Oh, en ese caso mil disculpas ¿Señorita no? Suenas pequeña - Dijo amablemente y más calmado. - Por cierto ¿Es mucho pedir mi teléfono? Estoy marcando de el celular de mi amigo, no creo que me deje seguir la charla así ¿Podriamos vernos en un lugar y así recuperarlo?

- Por supuesto - Asentí sin que me vea y en mi cabeza me doy muchas cachetadas por mi acción - Te veo en el café Starbucks de la plaza principal.

- ¡Perfecto! Ahí nos vemos ¿Tú nombre es?

- _____, mi nombre es _____. ¿El tuyo? - Amablemente pregunté y curiosa a la vez.

- Brian Hanner. - Contestó seco y simplemente colgó.

Me encaminé a la plaza caminando tranquilamente, no llevaba prisa, mucho menos me urgía conocer a el tal Brian Hanner, me daba curiosidad pero no esperaba que pensara que lo había robado, eso pasa por juzgar a alguien que no tiene culpa de nada. Así después de regañarme a mi misma por venir sola y sin conocer a una persona llegué a Starbucks, busqué con la mirada a algún chico o viejo solitario pero no conseguí a nadie así, me senté rendida a esperar que llegara en una mesa fuera del café. Saqué mi celular y lo desbloquee, observé la foto de Pepe y yo, para luego recordar lo de la mañana y me puse a jugar Piano Tiles en él, era entretenido pero nada extraordinario. Después de esperar por el misterioso chico que no aparecía por ningún lado me harté y estaba dispuesta a irme, pero en mi cabeza recordé que tenía un celular que no era mío y debía regresarlo, me senté nuevamente y esperé un poco más. Hasta que vi un chico de pelo desordenado buscando a alguien con la mirada, era muy apuesto y llevaba unos lentes negros que me impedían ver sus ojos, en ese momento volteo hacia mi o eso vi y sonrió, se acercó caminando entre las personas y se sentó poniendo el brazo en la silla, observé todo de el, cada facción de su cara y sus lindas hileras de dientes blancos.

- ¡Hey ____! ¿No es así? Preguntó y me sacó de mis pensamientos.

- Si, así es. ¿Brian? - Respondí a su pregunta dudosa y miré hacia los lados esperando a que no fuera una broma de este idiota tratando de probar que la gente es honesta o simplemente lo contrario.

- Así es nena. - Se llevó una mano al cabello y desperté de mis sueños mientras estaba despierta, este hombre es un dios. - Podrías entregarme mi celular? Lo necesito y es el cuarto que pierdo en estos tres meses. La mayoría que les marco me dice que esta fuera del área de servicio y creó que esta fue diferente. -Sonreía muy feliz y extendió la mano mientras yo buscaba su celular en mi bolso, al final lo encontré y entregué al chico misterioso que apenas conocía su nombre.

- Muchas gracias, nena. Ahora que tengo lo que quiero podríamos charlar un rato y conocernos, si gustas. - Extendió nuevamente su mano y yo la tomé - Un gusto, ____... Soy Brian Hanner.

- Un gusto señor Hanner, encantada de conocerlo. - Así sentí una conexión eléctrica por así decirlo y sonreímos mientras nos estrechábamos nuestras manos.

- Dime Brian.

- Y tú dime ____. - Respondí ganadora y levanté las cejas jugando.

- ¿___? ¿Que haces con este tipo? - Esa voz me distrajo de el encuentro agradable que tenía con Brian, esa voz...

Electric souls. [NoMeRevientes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora