Veinticuatro (final)

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Mi corazón comienza a apresurarse, creo que va a estallar, siento que me desmayo, pero es solo una sensación. La voz de Matías me saca de mi enajenamiento.

―Tranquila, Cata. Abre la caja, y recuerda que puedes devolverlo si así lo quieres, yo no te voy a obligar a nada. Aunque mi deseo es que aceptes este pequeño y simbólico regalo ―comenta.

―Ya, está bien, lo voy a abrir ―digo mientras recibo aquella pequeña caja.

Respiro profundo. Siento que mis manos tiemblan, los nervios me traicionan, me cuesta abrir la famosa caja. Matías me mira atento, expectante, como si quisiera grabar en su memoria cada uno de los gestos que hago y que haré al ver el contenido. De pronto logro abrirla y lo que puedo ver dentro de esa caja me deja más extrañada aún, siento que no entiendo nada y me siento algo frustrada y tonta.

―¿Una llave?

―Sí ―responde ―¿Te decepciona? ―pregunta Matías algo confundido.

―Pensaba que era un... digo ¿Por qué una llave? No entiendo ―evado la pregunta.

―Catalina, esa es una copia de la llave de mi casa. Quiero que vivas conmigo, no quiero que nunca más tengas que ir a buscar ropa a tu casa, que nunca más tengas que andar sola por las calles. Nosotros nos amamos pero yo he actuado mal y tú tampoco quisiste insistir. Mientras estaba en el sur conversé con alguien que me hizo ver lo errado que estaba.

―Matías, no sé si sea una buena idea, tú habías terminado conmigo ―le recuerdo.

―Sí, pero también te dije que iba a pensar en mi decisión, creo que si yo te hubiese propuesto esto antes no habría pasado nada de eso.

―Tal vez nunca te hubieses dado cuenta de que me amabas.

―Puede ser. Pero lo real es que estás viva, estás acá conmigo, compartiendo una maravillosa cena, pero algo falta.

―¿Qué cosa?

―Que me digas si aceptas o no.

―Pero...

―Catalina, quiero evitar que te hagan daño porque quieres estar conmigo y la única solución que veo es esta, que vivas conmigo para no exponerte más a peligros innecesarios. Yo lo único que deseo es que seas mi novia.

En ese momento agradecía enormemente estar sentada. ¿Cómo habíamos llegado a esto? Era el momento que tanto soñé y mejor. Aunque era extraño que alguien te pidiera ser tu novia con una llave en vez de un anillo, pero ya lo he dicho mil veces, conmigo nada es muy tradicional.

―Yo no debería aceptar, Matías lo que me hiciste me dolió más de lo que te imaginas, el daño que me causaste no se borra con esto, además... es extraño esto de la llave.

―Lo sé, tal vez esperabas un anillo. Pero hay muchas cosas en nuestra relación que han sido distintas desde el inicio. Yo, la verdad, es que quiero vivir cada etapa de nuestro amor con calma, sé que eres joven y no pretendo presionarte para firmar un contrato que no cambiará lo que sentimos. Quiero que seamos novios, vivamos juntos y lo que decidamos después será en conjunto.

―Pero Matías, yo no sé qué decir, no puedo aceptar ¿Qué le voy a decir a mi madre? Definitivamente no puedo ―confieso.

―Yo no puedo obligarte a aceptar, pero tal vez pueda persuadirte de alguna forma.

―¿Cómo? ―pregunto ingenua.

―Así.

Se acerca tan rápido a mí que no me puedo percatar de sus intenciones. Su mano se posa en mi rostro y me atrae al suyo. Nuestros labios se unen y disfrutan del dulce sabor de un beso de amor correspondido. Sentir otra vez sus besos me hace estremecer, me deja desarmada frente a él. ¿Cómo podía decirle que no a alguien que besaba como él? ¿Cómo decirle que no al hombre que más he amado en mi vida?

No quería separar mis labios de los suyos, anhelaba con fervor sus besos, sus caricias y ahora que las había vuelto a tener, no las quería perder por nada del mundo, él era adictivo para mí. Pero no se lo iba a poner tan fácil, lo asustaría un poco.

―Matías, vámonos de aquí ―ordené con seriedad.

La expresión de felicidad de Matías cambió de inmediato, sus ojos se tornaron tristes, sus labios se cerraron por un instante. Trataba de procesar la orden que le había dado. Se acerca a mí y toma mi cara para verme directo a los ojos. Aquellos ojos azules que me escrutan me hacen sentir desnuda.

―¿Eso es un no? ―preguntó con desesperación. Yo no puedo más, no puedo hacerlo sufrir.

―Eso es un "vamos a nuestra casa, que quiero hacerte el amor". Es lo único que deseo, te deseo a ti, junto a mí. Vámonos, te necesito ahora.

La cara de Matías cambia de inmediato, el gesto de sorpresa frente a esa última frase fue épico, pero reaccionó de inmediato. Pidió la cuenta, pagó y dejó una propina que es casi un día mío de trabajo y nos fuimos.

Mi corazón latía sobresaltado, a Matías no había nada que le quitara la sonrisa del rostro. No me importaba que hubiese dudado, porque sé que el amor verdadero es el que más cuesta conseguir y el sufrimiento que pude haber tenido hace algunos días, quedará en nuestras memorias como otra anécdota de nuestra relación.

Matías maneja rápido, como si estuviese ansioso de llegar. Yo simplemente disfruto cada instante con él, disfruto de saber que desde ahora será para mí, que nada ni nadie nos va a separar.

Llegamos a la casa y nos bajamos del auto. Tomo mi nueva llave y me dirijo a probarla, mientras Matías me mira atento.

―Bienvenido a casa ―digo cuando consigo abrir la puerta.

―Bienvenida tú a nuestra casa ―corrige―. ¿Sabes? Quiero hacer algo.

―¿Qué?

―Esto.

Se acerca a mí y me besa tan apasionadamente que siento que me quedo sin aliento. Posa su mano sobre mis muslos y me toma en brazos, mientras mis piernas lo rodean y mis brazos lo aprisionan. Doy un empujón a la puerta y la cierro, mientras continuamos besándonos desenfrenadamente, como si la vida se nos fuera en ello. Siento que mi corazón va a estallar de felicidad, me siento tan plena, tan completa que todo el dolor anterior se me olvida.

―Te amo tanto, Matías ―digo entre susurros.

―Y yo a ti, de verdad, no imaginas cuánto. Desde hoy será un nuevo comienzo.

―No hablemos más, por favor, te necesito.

Matías me baja y nos vamos directo a la habitación, a la que es ahora nuestra habitación. Estar en sus brazos es, simplemente algo que no tiene comparación y es lo que me espera todas las noches de ahora en adelante.

Fin.

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Espero que les haya gustado esta novela y gracias infinitas por leerla y hacer que esté siempre en los primeros puestos del ranking. Gracias por las más de 70k y 40k de lecturas en las dos partes de esta historia.

Nos leemos pronto.   



Hasta que me olvide de ti #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora