Cap. 9: Traicionero

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--¿Puedes ponerte de pie?

--Sí, estoy bien... Oye, tu celular está sonando.

El sonido, al igual que la vibración del celular se sintió en el pantalón de Death Mask. Antes de que hubieran hecho una parada en las calles de Kyoto, robaron unas cuantas prendas del tendedero de una casa. Por fortuna, la ropa se había secado, por lo que se dispusieron a quitarse las prendas de los monjes. Aphrodite se colocó un pantalón de mezclilla con una camisa holgada color blanco y Death, por su parte, estaba ataviado con un pantalón de vestir y una playera negra. Sus zapatos los habían conservado, pero aún así, se sentían incómodos.

Death sacó del pantalón el aparato y se dio cuenta de que el número correspondía al celular de Aioria. Descolgó y contestó:

--¿Qué pasa ahora, Aioria?

--Death, algo terrible ha pasado. Shion está muerto y lo mató el hermano de Saga, Kanon. –la voz de Aioria se escuchaba desesperada.

--¿Qué? ¿Cómo pudo pasar? ¿Shion muerto? –el rostro de Aphrodite expresaba preocupación. Death escuchaba lo que Aioria le decía:

--Pues verás, Saga traicionó a la líder de Rusia, pero escapamos a tiempo. Pero eso no es lo más importante, Death, ¡Culparon a Milo, Death! Ahora él tendrá que morir por su castigo...

--Pero, ¿Cómo? ¿Saga lo traicionó?

--Death, corremos gran peligro. Si Saga utilizó a Milo para adueñarse de Europa, hará con nosotros lo mismo. Shura ya se comunicó con mi hermano y dice que le informará a Mu cuanto antes. No podemos cruzarnos de brazos, Death. Deben huir y escondernos.

--Sí eso hacemos, Saga se enterará, Aioria...

--Finge demencia, lo que sea, pero sálvate de ésta ahora...

--Está bien, iremos a China. En cuanto estemos a salvo, te llamo.

--Bien. –colgó. Death se llevó el celular a los labios y Aphrodite preguntó angustiado:

--¿Qué te dijeron, Death?

--Tu líder está muerto y Mu ha subido al puesto. –el rostro de Aphrodite se llenó de horror. –Fue obra de Saga, pero él culpó a Milo, uno de mis colegas infiltrados en Rusia. Aioria teme que Saga nos traicione también y con más razón, debemos de escapar de aquí.

--No lo creo, pero antes de huir, debemos comprar algo de ropa y calzado también...

--Tienes razón, ¿Puedes seguir? –preguntó ayudando a levantar al peliceleste, quien se paró lentamente.

--Sí. Vamos...

Caminaron en la acera cruzándose con los transeúntes hasta que alguien se les acercó por detrás y mantenía su arma colocada en la espalda de Death Mask. Con una voz gruesa le dijo:

--Alto ahí, caballeros. Caminaremos al siguiente callejón y les dejaré ver mi rostro.

Bajo órdenes del hombre, caminaron al callejón indicado. Death sostenía con las manos a Dite y éste seguía su paso con preocupación. Llegaron al callejón y se introdujeron en él. Fue cuando se dieron cuenta de que no era el único que los mantenía cautivos. El hombre del arma no parecía japonés, sino europeo debido a su altura y porte. El otro tenía el cabello negro largo en la espalda y ambos ataviados con trajes costosos. Bajó lentamente el arma y el hombre alto les dijo en una pronunciación españolizada:

--Shura me ha enviado para que escapen cuanto antes...

Death observaba a los dos hombres, escéptico sin dejar de tomar a Aphrodite con sus manos. El suizo sintió que las manos del italiano estaban temblando aún y apretaba cada vez más su piel. El hombre alzó una ceja en señal de desaprobación:

Aunque seamos enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora