Cap. 14: Relax

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La oficina de Aioros estaba decorada con antiguas efigies griegas. En las paredes, se exhibían cuadros renacentistas y barrocos. Shura, por un momento pensó que se trataban de reproducciones, pero su sorpresa fue mayor al descubrir que las piezas de arte eran originales. Tal vez, en un pasado, Shion había comprado esos cuadros en una subasta privada y las había añadido a su colección.

Estaba tan absorto en la observación, que no se dio cuenta de que el dueño de la oficina se encontraba a sus espaldas. El griego tocó su hombro con suavidad y Shura dio un respingo volteando a ver al causante. Fue en ese momento que Aioros sonrió y le preguntó:

--¿Qué te trae por aquí, joven camarada?

--Sólo vine para aparentar que te persigo, Aioros. –respondió el español asombrado. Volteó a ver los cuadros de nueva cuenta y le preguntó. –Son originales, ¿Verdad?

--Tal y como los puedes ver aquí, Shura... pero no creo que sólo vengas a ver las obras de arte. Si es así, puedes dirigirte al Vaticano. –ambos rieron por ese último comentario. Lo invitó a sentarse en el sillón y le ofreció una copa de vino. Después se sentó junto con él y platicaron animadamente sobre trivialidades... hasta que llegó el momento de hablar asuntos serios:

--¿Y cómo van los negocios por aquí? –preguntó el español.

--Pues Don Mu me ha pedido un informe de todos los movimientos de los últimos meses. Y en cuanto a los tratos, el jefe nos ha pedido que cesen, ya sabes, por la treta de tu líder...

--Pues en nuestro caso, te informo que les estamos siguiendo la pista. Pero hay algo que me inquieta... -Aioros lo miró con preocupación y Shura suspiró antes de contestar. –No hemos podido unificar la organización. Tú sabes que es de vital importancia mantenerla unida, pero esto se hace cada vez más difícil. Si Saga no se dedica a lo suyo, temo que la policía nos encuentre y caigamos, ¿Entiendes?

--Sí, lo sé. Por eso no creo que estés muy contento con él... y ahora pienso que debes unirte a nosotros antes de que se derrumbe el poder... -Aioros caviló por unos instantes, pero recordó algo importante.--pero, pasando a otros asuntos, ¿Cómo está mi hermano?

--Está bien. Ahora está con el jefe en Alemania. Después me informará de lo que se efectuó la junta. Pero no te preocupes por él, es un chico muy listo y seguramente está al pendiente de alguna situación "peligrosa". Después de todo, le he adiestrado muy bien... -volvieron a reír, pero el sonido de la puerta los hizo ponerse en alerta.

Ambos se pusieron de pié y notaron que el líder de Italia estaba frente a ellos. Aioros se inclinó saludándolo y le informó:

--Shura ha venido a Roma para tratar de asesinarme, tal y como usted sospechaba, Don Mu.

--Me alegro que no sea así, Aioros. De hecho, me alegra que nos visites con tu mejor postura, Shura. –indicó Mu con una sonrisa en el rostro. Shura le extendió la mano y Mu le preguntó. -¿Cuánto tiempo planeas quedarte, amigo?

--Dos días para aparentar, Don Mu. –su sonrisa fue reemplazada por una expresión de seriedad. –Mi visita no es sólo apariencia, vine porque Aioros me pidió que le diera detalles a usted...

--Bueno, si es así, pasa a mi oficina para hablar de negocios... -le invitó a salir de la oficina con la mano.

***

--¿Cómo les fue, Ojousama? –preguntó Shaka al ver entrar a su protectora en compañía de Shun Rei, Dohko, Milo, Tamashii y Santiago.

--Bien, le han hecho algunas pruebas para diagnosticar su enfermedad. Pero, -volteó a ver alrededor. -¿Dónde está Angello y Aphrodite?

Aunque seamos enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora