Sombra

Profesores II

La mañana era bastante tranquila, debía admitirlo. Sentía que podía relajarse por un momento con Azuré, o al menos eso pensó antes de tener compañía.

-Es un placer verte Malfoy - una voz bastante conocida, y a la vez irritante se escucho, adiós a su momento de relajación.

Pansy Parkinson en persona, acompañada por tres personas mas, una hufflepuf y dos chicos revenclaw. Los cuatro parecían bastante seguros de si mismos.

-¿Acaso ahora solo los animales te quieren Malfoy?- el chico de cabellera castaña y el mas bajo fue quien intento burlarse de él. Lo cual fue ignorado por el rubio.

- ¿Necesitan algo de mi?- Draco se mantenía sereno ante la presencia de el cuarteto, aunque su atención se enfocaba a la única slytherin del grupo, solo se dirigía a ella, quien no le sostenía la mirada por mas de dos segundos.

- ¿Que pasa Malfoy? - la chica rubia de hufflepuf tenia una cabellera rizada y corta, con ojos azules.- sin la protección de tus papis ya no te debes sentir tan valiente.

- imaginó que debe ser humillante ya no tener un séquito detrás tuyo- el ultimo chico, otro revenclaw, castaño también y el mas alto, fue el ultimo en hablar.

Por supuesto que el rubio los ignoraba olímpicamente, a su parecer ellos no eran dignos de tener su atención.

La pequeña ave, quien ya había terminado de comer (o eso quería pensar) ajena de todo a su alrededor, se poso en su rodilla para llamar su atención. Acomodo a Azuré en su hombro y recogió todo lo que había llevado, hasta el hambre se le avía pasado.

- ¿Acaso estas huyendo?- La pelinegra había vuelto a hablar, parecía dispuesta en molestarlo, no le sorprendía su actitud, era algo que ya esperaba de ella.

- Claro, es lo único que sabe hacer; huir.- se bufo uno de los chicos, ni siquiera se molesto en saber quien habló.

Se levanto del pie del árbol, en ningún momento se había movido de su lugar. Y paso junto a Pansy, susurrando palabras tal vez hirientes;
-ahora se asta donde llega tu lealtad.

Y paso de largo ignorando a quienes dejo atrás, quienes seguían intentando ofenderlo. Si no fuera por el autocontrol de Pansy, abría terminado llorando en el suelo, sabia que había traicionado a su palabra, pues en algún momento le había prometido siempre estar a su lado pasará lo que pasara.

El hecho de que Pansy se comportara de esa manera lo había puesto de mal humor, ahora se encontraba caminando por los corredores para su clase de Defensas, que tendría que tomar con los gryffindor, estaba seguro que no sería muy agradable.

Al entrar al aula se dirigió al sitio mas apartado, en la parte trasera, dejo sus cosas a un lado junto con Azuré, quien tenia un espacio en su mochila para que descansara.

Al poco rato empezaron a llegar los demás alumnos, vio a Pansy mas seria de lo usual sentarse junto a otra chica, y a Blase junto a Theodore juntos mas adelante, como no iban a faltar el trio de gryffindor que entraban haciendo mas alboroto, sentándose todos lo más juntos posible.

Ignorar, ignorar, joder era un experto en eso.

El golpe de la puerta cerrándose llamo la atención de todos, un hombre joven pelinegro paso seguro de si mismo hacia el frente de la clase.

- Buenos días muchachos.
Me presento soy Sebastian Elferd, Auror, orgulloso gryffindor y su nuevo profesor de Defensas contra las Artes Oscuras.- a cada palabra dada de frente a los alumnos, hacia exagerados movimientos de manos para llamar la atención - supongo que deben de preguntarse el porque no me presentaron en la cena de bienvenida, y a su otro profesor por supuesto, en mi caso prefiero presentarme ante cada grupo por separado. Esperó que me acepten, y si necesitan ayuda o tienen alguna duda me tomen en cuenta para ayudarlos.

Termino su discurso con una encantadora sonrisa.
Draco lo reconoció al momento, era el tipo de la noche anterior, lo tendría de profesor, peor no podría ser. Y claro, toda la clase le aplaudió feliz de la vida. Jodidos idiotas, solo estaba actuando.

-Antes que nada quiero tener en claro sus limites en cuanto hechizos no verbales. Hací que aremos una demostración.- se había recargado en el escritorio y no quitaba esa sonrisa que parecía tatuada en su rostro.- señor Malfoy, le molestaría pasar en frente.

No era una pregunta, era una orden. El rubio se levantó de su lugar dejando a la pequeña ave dentro de su mochila segura en su lugar.

-No necesitaremos su barita, por favor dejela con sus cosas señor Malfoy.

Se quedo quieto por un momento, luego saco su barita y la dejo dentro de su mochila, junto a Azuré. Con la frente en alto se dirigió al frente de la clase.

Un pensamiento paso por la mente de Draco y la de la mayoría de los presentes;
-Que inicie la tortura-

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Bien, esta parte se me borro del capítulo anterior, por eso lo he rescrito. Lo siento.

Solo quiero aclarar que me enfocare mas en Draco que en Harry, pero no descuidaré a ni uno.