Otra vez

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Hermaione tenia la habilidad para adaptarse a ciertas circunstancias, y eso le ayudaba en todas las clases (excepto adivinación), ahora usaba esa habilidad para repartir su tiempo, y vaya que era buena en ello.

Ante todo tenia a sus dos amigos, Harry y Ron, contando con que Ron era su novio y pasaba mas tiempo con él. Tenia todo el horario de clases, que si bien no era tan ajetreado como en su tercer año, seguía teniendo mas clases que los demás, además de las horas que estudiaba por su cuenta o ayudaba con tutorías a quien de lo pedía (Harry y Ron mayoritariamente). Además de todo tenia un "tiempo de chicas" con algunas compañeras de distintas casas, aunque fuera un par de veces a la semana. Hablaba con quien quisiera tener una charla con ella, aunque esto no le agradaba del todo, pues sabia que lo hacían mas por la fama de ser amiga del niño-que-vivió, así que no le ponía mucho interés, solo a las personas que ya conocía les daba su completa atención.
Y ahora, se hacia un espacio entre todas sus actividades en intentar tener una relación amistosa con Draco Malfoy. Y aunque ya había sido interrogada, avisada y le habían echo malos chistes sobre su repentino interés en platicar con el chico, a ella no le podría interesar menos. Ella no era una persona que le tenia lastima a los demás, ni pensaba jugarle una broma a Malfoy como todos pensaban, en su vida seria capas de algo así. En cambio a todo lo que los demás pensaran, ella solo tenia curiosidad y una fuerte convicción. Curiosidad por saber que fue lo que hizo cambiar tanto al slytherin, tanto que parecía ya no importarle siquiera su propia salud, lo único en lo que ponía su entero interés eran sus estudios y el pequeño Azuré.
Y convicción en ser su amiga, o lo mas cercano que consiguiera, quería que confiara en ella, pues sabia que él también necesitaba alguien con quien poder hablar y desahogarse, ya ansiaba tener largas charlas de sus temas en común, charlas que sabia no podría tener con muchas personas.

Y mientras todos le advertían que lo que hacia tendría malas consecuencias, a ella no le importaba siempre y cuando sus verdaderos amigos (que eran en verdad pocos) la apoyaran y entendieran. A Ron no le pareció bien en un principio, simples celos, ella le aseguro que no debía preocuparse, y él como buen novio confió en su palabra y le dio todo su apoyo. En cuanto a Harry, no sabia que decir, él chico lo tomó bien, pero se comportaba extraño, ya averiguaría que era lo que lo tenia así.

Y esa mañana, como venia haciendo desde varios días ya, fue directo a la mesa de slytherin y ocupo un asiento junto a Draco Malfoy, tomando su desayuno con calma e incitando al rubio a que comiera mas, discretamente claro.

Para Draco, la presencia de la castaña a su alrededor ya era normal, aunque solo llevaran hablando unos días, sentía que podía bajar la guardia ante ella, pues además de que ella no tenia interés en hechizarlo, los que si lo hacían se detenían por respeto -o más bien miedo- hacia la chica.

Gracias a la presencia de Granger podía comer tranquilamente, y ni él ni Azuré eran hechizados.

Y con ese momento de tranquilidad, iniciaba su desayuno.

- Deja los dulces para el postre, te hará daño comer solo eso.

Esa era una de las cosas que no le gustaba del todo de la chica, el ser tan correcta, al punto de decirle que comer, como en ese momento.

- Es lo único bueno de la mesa.- contesto mientras tomaba pastelillos de chocolate antes de que alguien mas los tomara.

- Eso si que no- la castaña tomo el plato en el que se estaba sirviendo los pastelillos para cambiarlo por uno con macarrones y un poco de verdura.- Te pedí que tomaras conciencia de lo que comes. Terminaras enfermo.

- Granger, devuelve mi plato.

- Nadie tocara los pastelillos. Ahora come.

- No estoy jugando Granger.

SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora