Una Nueva Vida (ElRubius y tú)

23. Una noche para recordar.

El agua caliente golpeaba suavemente mi espalda ayudando a que mis músculos se relajaran. Necesitaba dejar de pensar un rato en todo lo que estaba sucediendo o si no, volvería al estado de antes.

Si, me encontraba nerviosa no por pensar que él quisiera algo esta noche, sino por el hecho de saber que yo SÍ quería, por lo que lo permitiría.

'_____, no. Concéntrate en el agua'.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mi pequeña ensoñación, acelerando mis latidos nuevamente.

Rubén: ¿Estas bien, _____? Llevas mucho tiempo dentro.-le oí decir desde la habitación.

Cierto. Con lo que me había costado llegar a ese estado de tranquilidad, había olvidado el tiempo que llevaba dentro de la ducha. Observé mis manos dandome cuenta que mis propios dedos se empezaban a arrugar por la humedad.... ¿Cuánto tiempo llevaba debajo del agua?

Recogí mi cabello en un moño alto y me envolví el cuerpo con la toalla. Me miré al espejo unos segundos y respiré profundamente. Me volví, dando la espalda al espejo para vestirme y salir del baño.

Rubén estaba sentado en la cama mirándome con una sonrisa y un ligero tono de preocupación en la mirada.

_____: Perdón, pero con lo bien que se estaba debajo del agua se me ha pasado el tiempo.- dije sin mirarle directamente a la cara.

Él se acercó a mi y me acarició la mejilla suavemente.

Rubén: Voy a ducharme yo ahora.

Asentí y avance para dejar la toalla colgada sobre la puerta abierta del armario que se encontraba justo delante de la cama.

'Bien, ____, deja de pensar cosas raras'. Asentí para mí misma y me giré hacia la cama. Aparté las mantas gruesas y me metí debajo de ellas, entrando en calor. Sé que es invierno, pero, ¿porqué tanto frío? Me acurruqué debajo de las mantas hasta cubrir mi cabeza hasta recuperar la temperatura corporal y volví a sacar la cabeza.

Rubén estaba de pie, riendo al verme. Apartó las sábanas y se metió a mi lado en la cama. Sus brazos me atrajeron dulcemente. Esta vez mi pulso no se aceleró de aquella manera nerviosa que me incitaba a querer escapar, al contrario, sentía que este era el lugar donde pertenecía.

Sus manos se deslizaron debajo de mi camiseta por la espalda. Cuando iba a protestar sus labios atraparon los míos impidiéndome articular palabra.

Minutos después de una intensa sesión de besos, mi camiseta y la suya habían acabado en algún rincón de la habitación.

_____: Rubén...-murmuré contra mis manos, pues intentaba cubrir mi rostro por la vergüenza.

Rió suavemente, apartando mis brazos para dejar libre mi cuello y pecho. Sus labios se deslizaron por mi cuello, succionando por momentos y fueron avanzando hasta la altura de mis pechos donde empezó a besarme suavemente.

De repente, sus labios se detuvieron y se separaron de mi piel. Aparté las manos para ver qué había pasado.

Él me miraba con una sonrisa. Me sujetó por la cintura y sin previo aviso, rodó sobre sí mismo, hasta acabar yo encima de él.

Mis mejillas se volvieron aún más rojas. Oculté mi rostro en el hueco de su cuello con demasiada vergüenza, ¿qué planeaba hacer ahora?

Sus manos rozaban mi piel con tanta delicadeza que se me hacía imposible ocultar la vergüenza que sentía.

Me incliné hacia adelante, deteniendo sus caricias. No quería demostrarme tan vulnerable ante él, yo también podía actuar.

Atrapé sus labios en un beso, cogiendole por sorpresa. Mis manos subieron hasta su cabello, donde di pequeños tirones. Empujé mi cuerpo contra el suyo a la vez que nuestras respiraciones empezaban a acelerarse.

A pesar del frío que hacía realmente, la temperatura de la habitación empezaba a subir.

Mis manos acariciaron su pecho, arañando de vez en cuando, cada vez que sus fríos dedos rozaban mi cuerpo.

Rubén: Si sigues así no voy a ser capaz de detenerme.-murmuró contra mis labios.

_____: ¿Y porqué ibas a detenerte?- pregunté con una sonrisa.

Al parecer la frase acabó con su autocontrol, pues giró con fuerza, tumbandose sobre mi en la cama.
Sus manos sujetaban mis muñecas por encima de mi cabeza y sus ojos se habían oscurecido por el momento.

Rubén: Si no quieres que me detenga, no lo haré...