1.2. ¿Te molesta limpiar todo?

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El instituto no estaba tan lejos de casa, eso lo pensaba cuando iba en auto. Parecía que nunca llegaría y con esta lluvia... pero no todo era tan malo, a pesar de que estuviera lloviendo tan fuerte me relajaba un poco el caminar sola y sentir la lluvia caer. Obviamente me resfriaría pero resulta que ya me encontraba estornudando, tal vez no era tan relajante.

Al fin llegué, entré rápido por la puerta principal y la cerré despacio, estaba por irme a mi habitación cuando...

—Taylor, Dios mío —dice mamá abrazándome, Liam venía bajando por las escaleras—. ¿Qué pasó? ¿Por qué estás mojada? ¿Qué no te habías ido en el autobús? —pregunta colocando sus manos en mis mejillas mojadas.

—Tuve problemas al salir y el autobús me dejó—dije mientras que le lancé una miradita a Liam, quien se quedó para escuchar lo que hablábamos.

—Taylor ¿qué pasó en la escuela? —pregunta mi madre tomándome del brazo.

—Nada mamá ¿sí?, estoy cansada iré a mi cuarto —dije e hice un gesto de despreocupación. Cuando estemos solas le contaré todo, no por ser chismosa, es que tengo una muy linda relación con mi madre donde nos contamos todo.

Al llegar a la habitación lancé el bolso todo mojado al suelo, luego verificaría lo que se salvó. Entré al baño y me di una corta ducha, luego salí en toalla y me llevo la gran sorpresa de tener a Liam justo en frente de mí ¿qué no tuvimos suficiente?

—Nunca pensé verte en el bajo mundo —dije cruzada de brazos—. ¿No fue suficiente con lo de esta tarde? —pregunté pero no respondió, solo se acercó a mí y acarició los brazos cuyas manos estaban marcadas gracias a él.

—Lo siento, yo... no quería lastimarte —dijo con la voz ronca, ¿ahora es bipolar?—, no era lo que quería hacer —aún los acaricia—. Perdóname.

Solo lo observo, me he quedado atónita, esperaba la segunda parte del acoso pero ¿que se disculpe?

—¿No dirás nada? —pregunta alejándose apenado.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Sabes que me hiciste regresar a pie mientras caía un diluvio? Y no sé por qué te pregunto, sabes lo que hiciste.

—Lo sé y... lo siento, en serio —parecía arrepentido de verdad.

—No respondiste a la primera pregunta pero... lo pensaré —me intrigaba saber el porqué ese trato, pero estando en toalla no sería el mejor momento para hablar sobre eso por lo que falsamente tosí para que "note" la gravedad del asunto. A lo que me responde con una sonrisa.

—Espero no verte resfriada —dice y aún se queda parado viéndome en toalla. Le gusta lo que ve seguramente.

—Ya somos dos, ¿crees que puedas dejarme cambiar? —arqueo una ceja.

Levanta la mirada y asiente, luego de eso se marcha.

¿Qué acaba de pasar?, después de que se fuera me quedé un rato repasando todo una y otra vez. ¿De verdad lamenta lo que me hizo, o fue una trampa? Da igual, si no le demuestro que me afecta se cansará y dejará su plan de "hacerme la vida infeliz".

Salí del trance y me cambié, quería ver que se salvó del agua, lo cual se ve que no es mucho, el bolso está mojado por completo. Dios ayúdeme.

—Ya cuéntame —dice mi madre quien entró sin darme cuenta.

—¿Contarte qué? —hice cara de confusión, tenía que ganarse la primicia.

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