1.10. Salgamos después de clases

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Devuelta a la realidad, clases otra vez. Antes me gustaba mucho la escuela pero con todos los insultos y malos ratos que he pasado dentro de ella, ese entusiasmo se ha ido desvaneciendo.

Pero estoy segura de que será tan fuerte para impedir que me gradúe, vaya a la universidad y pueda ejercer la profesión que elegí, nada podía desviarme de la meta que yo misma planteé.

Pero no todo es malo, está Lin y ahora Marian, quienes han logrado que mi vida no sea un total fracaso social. Si no fuera por mi constante trabajo de sirvienta, saldríamos más seguido y hasta nos juntáramos a ver películas en casa, pasa mucho que cuando estoy disponibles, ellas no y viceversa.

—¿Ya estás lista? —pregunta mi mamá arreglándose.

—Sí, ¿vas a salir? —le pregunto y me sentía por esta situación, mi madre se la pasaba trabajando aquí y buscando trabajo por fuera, eso era menos tiempo para nosotras.

—No hoy no —responde dándome un beso en la frente.

—¿No seguirás buscando trabajo? —pregunté.

—Sí, ya he ido a entrevistas y sabes que ahora toca esperar a que me escojan
—, sonrío abrazándome—, me voy, cuídate mucho.

Que se le va a hacer, todos pasan por situaciones en sus vidas, cada día, ella luchaba con la presión de mantenerme segura y con el estómago lleno, lo mejor que podía hacer por ella es no molestarla y dejar que haga lo que tenga que hacer. 

Estaba entrando lo que me llevaría a la escuela en mi bolso y alguien toca la puerta.

—Soy Liam, ¿puedo pasar —pregunta desde el otro lado de la puerta y respondí con "adelante"

—Buenos días —dije sonriendo y él me saludó después.

—Vine por ti, para irnos a la escuela —dice con las manos dentro de sus bolsillos mientras me miraba fijamente.

—¿Seguro? —pregunté cruzándome de brazos.

—Ven —dijo riendo y saliendo de la habitación. Tomé mi bolso y salí.

Debí tomar esta confianza por la cita de anoche porque no me creía lo fácil que había aceptado ir con él.

—¿Alice no viene con nosotros?
—pregunté estando en la camioneta.

—Se fue en su auto —respondió y puso a andar la camioneta.

Miré la hora y era tarde, bueno, no tan tarde pero como mucho tendría 5 minutos para llegar al curso y eso era algo que me asustaba.

—Tranquila, llegaremos a tiempo —dijo, al parecer notó lo preocupa que estaba por la hora.

—Lo siento, es que no me gusta llegar tarde a ningún lado —dije y era cierto, la puntualidad y la palabra eran dos cosas muy sagradas para mí.

Pero siendo sincera no era lo único que me preocupaba. A Liam antes le avergonzaba que nos vieran juntos y después de todo lo qué pasó sus amigos lo verán mal y a mí como una puta oportunista. Tenía ganas de preguntarle si no le daría vergüenza que me vieran con él, pero se ha portado tan bien conmigo que no quisiera poner tenso el ambiente, pero debo preguntar, prefiero morir sabiendo que con las ganas.

—¿No te avergüenza que nos vean juntos? —le pregunto mientras lo veo conducir, se veía muy bien en eso.

—Ya maduré —me mira sonriendo.

—Claro —reí, no quería seguir insistiendo con lo mismo, estoy dándole el beneficio de la duda.

Llegamos a la escuela y bajamos de su camioneta. Todos nos miraban y él hacía como que no fuera alguien influyente en los estudiantes. Yo estaba nerviosa, no puedo aguantar el contacto visual con una persona, imaginen el de 20 personas. La verdad me resultaba tonto que se fijaran en quien llega con quien, a nuestra edad eso debería darles vergüenza. Seguí caminando y llegué a mi casillero.

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