2.1. Fue especial

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Y los 50 minutos pasaron, como varias horas después en la mañana.

—Taylor, ¿por qué no sales a dar una vuelta? Hoy el día está hermoso —dijo mi madre organizando los cojines.

—No mamá, tengo que quedarme para ayudarlas a limpiar, y también porque es mi trabajo —dije y reí mientras recogía los vasos del suelo.

—No es necesario, somos muchas aquí, no necesitamos de tus manitas.

—Ya no insistas —la miré fingiendo estar indignada—, además estas manitas son más ágiles.

—Ok me dijiste vieja —dijo dejando de lado lo que hacía—. Hace mucho me hablaste de que te gustaría practicar un deporte, ¿por qué no vas por la natación? ese te gusta mucho.

—Sé a donde que quieres llegar, ¿y si mejor busco trabajo?, así tendríamos el dinero necesario para mudarnos —dije terminando lo que hacía.

—Eso depende de mí, y si tardamos mucho es porque aún no he encontrado el lugar perfecto para nosotras, el dinero está —me mira alzando una ceja—, aunque no creo que tengas tanta prisa ahora —siguió con esa mirada y ya sentía vergüenza ajena pero cuando le iba a responder señaló la escalera, donde se encontraba Liam dejando sus zapatos, venía de hacer ejercicio.

—Buenos días —dijo saludando a todas las que estaban en la sala pero su mirada solo estaba en mí.

—Buen día señor Evan —saluda mi madre.

—Puede decirme Liam, no se preocupe —dijo mirándome, fue muy tierno. Yo solía mirar a cualquier lado, su mirada me ponía nerviosa y con lo que pasó ayer, me ardían las mejillas y me temblaban las manos.

—Ya vuelvo, el vomito del recibidor no se limpiará solo —dice mi madre y ambos reímos. Quedamos solos hasta que decidí hablar.

—Te levantaste muy temprano —fue lo que se me ocurrió decir.

—Anoche no pude dormir —me mira, le sonreí dándole la espalda.

—La fiesta terminó muy tarde... —estaba tomando las mantas para llevarlas a lavar pero Liam me toma por la cintura y me gira quedando frente a frente.

—La causa fue nuestro beso —dijo y solo nos miramos, quería besarlo, de veras mucho y Liam se acercaba para juntar nuestros labios pero me alejé.

—Nos pueden ver —digo y me alejo.

—¿Te avergüenza que nos vean juntos?

—No, pero me avergüenza que me vean con el jefe —reí y él también.

—Lo sé, y los¿ siento, es que de verdad anoche fue especial —dijo dándome un beso en la mejilla y alejándose.

—Lo fue —dije para mí y grité en mi interior.

Luego de esto llevé las mantas a la lavadora, no podíamos perder más tiempo y la verdad quedaba mucho por limpiar. Pensaba que la fiesta era en la gran sala, pero al parecer llegó hasta la cochera, esta juventud empeora cada día más.

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Estaba muerta en vida, no aguantaba ni un solo segundo de pie. Si veo otra esponja en mi camino lloraré, necesito hibernar. Eran las 4:35 p.m. y pues tenía en mente salir y encontrar algo con que matar el tiempo o tal vez enfrentar lo que he estado evitando todo este tiempo, ir al psicólogo. Debo hacerlo, solo Alice sabe mi historia, no es lo mismo y no me siento bien al no poder contar mi historia. Con Liam las cosas van bien, me convencí de que no fue quien me violó y que culparlo no sería justo o no lo sé, estoy confundida. En el fondo acepto que es su culpa y no sé como sus encantos me han hecho estar así, debo buscar ayuda.

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