Aburrimiento

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Al día siguiente fuí el primero del grupo en despertarse, incluso antes que el perrete, ese sofá era inhumano. Decidí hacer café, para poder aclararme las ideas. No sabía si los demás querían, así que hice bastante, porque si no lo hago seguro que quieren, y para que queremos más.

Cuando Javi bajó y me vió en la cociana me soltó un gruñido, nuestro saludo. Le contesté con otro gruñido de vuelta.

-¿ Qué haces?- me preguntó mientras se estiraba.

-Café, si quieres píllate una taza y sírvete, he hecho de sobra.

-¿ Dónde has dormido?- me preguntó mientras se servía una taza de café-. Y no digas que en la cama grande, porque anoche te oi bajando las escaleras, pero no subiéndolas luego.

-Me fuí a dar una vuelta y no me sentía con ganas de volver a subir la escalera otra vez- me pilló desprevenido, no me había preparado ninguna excusa-. ¡Cosas de la vida!

- Ya, seguro, tú cansado- dijo con sarcasmo-. ¡Cúrrate una excusa mejor para la próxima vez!- me gritó mientras subía para arriba y se encontraba con Andrea, a la que echó una mirada rara.

-¿ Qué le pasa a ése?- preguntó ella extrañada.

- Nada, que no ha dormido bien.

-¿ Y a tí que te pasa conmigo?- me dijo ella.

-¿ A mí?- pregunté sarcástico-. Nada.

- Bueno, si tú lo dices. Evitas dormir contigo, te vas a dar paseos nocturnos, y cuando estáis hablando y partiéndoos el culo y aparezco de repente todo se vuelve más serio. Desde lo que pasó con mis padres no has vuelto a ser el mismo.

Interrumpió su reprimenda Víctor que bajaba a por otra taza de café, que Javi le había dicho que había abajo.

- Mierda de cama, está como una piedra- se quejó cuando nos vió abajo.

- Pues en el s... en la de matrimonio se está bien- le contesté, y vi como Andrea se iba diciendo algo entre dientes.

-No hace falta que finjas- me dijo él cuando Andrea se fue-. Javi ha subido arriba y nos ha despertado a todos menos a Miguel, que estaba sopa, para decirnos que te había pasado algo con Andrea y que no habías dormido con ella.

-¡ Cabrón!- grité sin darme cuenta-. No se le puede decir nada.

- La única solución es tirárt...

- Cállate tío, no me apetece nada oír hablar sobre ese tema- le contesté-, me siento raro.

- Si no tienes el cuerpo para eso pero eres un tío, algo serio te pasa- contestó mientras se iba al patio.

Cuando todos terminamos de desayunar y esas cosas nos reunimos abajo.

-¿ Qué hacemos hoy?- dijo Miguel.

- Quedémonos aquí- contestó Víctor.

- Ni de coña, ¿no hay nada que hacer aquí?- le pregunté a Andrea.

- Hay un centro comercial no muy lejos de aquí, a unos tres kilómetros.

- Podríamos ir allí y coger nueva ropa- propuse yo.

- Nos hace falta, llevamos la misma ropa desde que salimos de mi casa, y porque os dejé algo de ropa para poneros, que si no desde el internado con la misma ropa- dijo Miguel.

-Bueno, pues iremos al centro conercial- dije yo mientras iba a la ducha-. Pero ducharos primero.

El último que se duchó se quedó sin agua caliente, y cuando Andrea se duchó tuvimos que sujetar a Javi para que no entrara en el baño.

- Yo me quedo aquí para investigar más sobre las zonas seguras y todo eso- dijo Rubén cuando vió que nos estábamos preparando.

- Vale- dije mientras salíamos a la calle. Vamos chavales... y chavala.

Zombie History 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora