Noche de Sillón

70 2 0
                                    

Pero ese problema ya se vería cuando llegáramos a casa. Aunque Andrea respondió casi después de que yo preguntara.

- Fácil, yo con ella en la cama de matrimonio, y Alex en el sofá- dijo.

- Alguien está celosilla- comentó burlándose Víctor.

- Ese sofá ya es mío- la contesté en broma-, he pasado más horas en el que encima de el de mi casa, y estaba las noches del fin de semana entero en él tumbado; y eso que me acostaba a eso de las cuatro de la mañana.

- Sí, bueno, mientras que lo limpies; a mi me da igual lo que hagas con él, o en él- dijo Javi.

Le miré con cara de: ¿me estás vacilando? Él hizo un gesto como de lo siento, pero sonriente, y seguimos la marcha hacia la casa.

Cuando llegamos a casa nada más entrar a la casa, fuimos a ver a Rubén, que estaba tan embobado en el ordenador que no nos oyó llegar y cerrar la puerta principal de un portazo, que dió Javi para anunciar nuestra vuelta a casa de una pieza, después de estar todo el día fuera y de haberle dejado sólo allí, sin más compañía que la de un ordenador.

- Empanado- gritó Miguel cuando llegamos al despacho.

- Coño, no os había oído llegar- se asustó Rubén al vernos.

-¿ Y si resulta que éramos zombis y no humanos?- dijo Víctor.

- Los zombis no tienen llave, como vosotros- contestó Rubén mientras seguía tecleando en el ordenador.

- Ahí os ha pillado- dije yo a Miguel y a Víctor-,¿ qué has descubierto?

- Mucho y poco- dijo preocupado-. Resulta que las ciudades son seguras, pero no sé en que estado están ni cuánta gente hay en ellas, ni todas esas cosas, lo único seguro es que no han caído ante los caminantes. Lo malo es que seguramente toda la gente que ha ido llegando haya ido también atrayendo con ellos a más caminantes, así que lo mas normal sería que la zona de alrededor estuviera llena de zombis. Y estoy completamente seguro de que dentro de las ciudades habrá una mafia y un mercado negro, como siempre pasa; y seguramente sólo los que tengan armas tengan el control en la ciudad. Aparte de eso el camino principal, que va por aquí- y señaló una linea marcada en un mapa en la pantalla-, seguramente, casi al cien por cien; esté llena de caminantes por los rastros que la gente haya ido dejando hasta llegar allí, sólo que en el camino no habrá guardias que lo despejen, como en la puerta de la ciudad.

- Vaya lío, lo mejor será que lo hablemos mañana más tranquilamente- dijo Miguel.

- Sí, yo casi no he descansado- contestó Rubén-, aunque me ha dado tiempo a explorar la casa mientras algunos Blogs cargaban, también tengo que decir que después de diez minutos con alguno he tenido que cerralo e intentar abrir otro; y tengo más datos sobre la casa que nos podrían interesar. Pero como habéis dicho lo mejor sería hablarlo mañana mas relajados y descansados, después de intentar dormir un poco.

- Ja, dormir dice- se río Javi.

-¿ Qué quieres decir con esa risa?- preguntó Rubén intrigado.

- Que te lo explique aquí el amigo- dijo Miguel mientras me cojía de los hombros y apretaba-, que es el que nos ha metido en el lío.

- No me asustéis, cojona- contestó Rubén preocupado-,¿ qué ha pasado?

- Tenemos- le contesté-, un nuevo... miembro.

- No es para tanto- me contestó más aliviado-.¿ Dónde está el chaval?

- Eso es lo mejor- dijo Miguel-, es otra muchacha.

- Pues vamos abajo y me la presentáis- sugirió él.

Parecía que Andrea y Rebe estaban discutiendo y que se cayaron cuando oyeron unos cuantos pasos bajando la escalera. En cualquier caso Andrea se subió arriba cuando vió que en realidad sí que bajábamos y que seguramente la cosa no iría con ella, y que si iba lo mejor era que se fuera de allí por si acaso.

- Rebe- dije a Rebe después de que los pasos de Andrea se perdieran por la escalera-, éste es Rubén, el miembro que no conocías, que estaba aquí buscando información de las ciudades que te comenté en la sala. Rubén, esta es la nueva integrante del grupo, Rebeca, o como quiere que la llamen los amigos, Rebe, así que no la llames así; o al menos eso hemos decidido mientras veníamos de camino, que estaba en la sala de seguridad del centro comercial, el cómo llegamos hasta allí te lo explicaremos alguno después; y que venía con sorpresa incluida: AK-47 al hombro y un machetazo a la cadera.

- Vaya el famoso Rubén del que tanto he oído hablar- dijo Rebe después de que les presentara elogiándolos.

- Veo que compartimos los gustos con las armas, yo también tengo una AK por alguna parte en la habitación que me ha tocado en la casa- contestó Rubén a Rebe- ¿dónde vas dormir, por cierto? porque aquí andamos justos de camas.

- Bueno, a mí me han dicho que voy a dormir con Andrea, aunque preferiría hacerlo con otra persona- y me echó una mirada que no pasó desapercibida para mis compañeros-,¡¡ Dormir digo, que seguro que habíais pensado otra cosa, mentes enfermas!!

- En fin, cenemos y vayámonos a dormir- zanjé yo de una vez, poque veía salir humo de las cabezas de mis amigos pensando en una respuesta para hacerme quedar mal ante Rebeca.

Después de una cena en la que comimos algunas de las cosas que nos habíamos llevado del centro comercial, y que fue la mejor que tuvimos en mucho tiempo, o al menos que yo recuerde; nos fuimos al salón a hablar un poco de todo y a dejar a las preocupaciones a un lado durante un rato. Después de una hora, más o menos, hablando y riéndonos, cada uno se fue a dormir donde lo había hecho la noche anterior, menos yo, que dormiría en el sofá, pero esta vez la noche entera.

Aunque estaba más relajado que la noche anterior, no pude dormir mejor; y a eso de las dos y cuarto de la mañana oí a alguien bajar las escaleras, y supuse que sería Andrea para echarme una regañina sobre Rebe. Pero lo que pasó fue bien distinto.

Resulta que era Rebeca la que estaba bajando las escaleras, pero no pude saberlo hasta que se puso delante de mí, a todo esto yo me estaba haciendo el dormido, pero lo hago fatal y me empiezo a reír sin control hasta que me pillan, y como el sillón era extendible hacia fuera se puso a mi lado, y yo la puse mi brazo encima, para arroparla y que se sintiera protegida, ella se dió la vuelta y se acurrucó a mi lado, señal de que aceptaba que la pusiera el brazo en esa posición, y me dijo algo al oido.

- No seas tan capullo como los demás, porque entonces me harás mucho daño.

- No lo haré- y la dí un beso en la mejilla mientras la rodeaba y la abrazaba y los dos nos dormíamos.

Zombie History 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora