De vuelta en casa

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  • Dedicado a A Rebel, que sé que la gusta ;)
                                    

Después de aceptar a Andrea en el grupo, llegamos a la ciudad en el tiempo que habíamos previsto desde el principio. La ciudad tenía las calles desiertas, pero como Andrea dijo la plaza estaba sembradita de cadáveres, así que nos alejamos de allí por si quedaba algún caminante por la zona. Para sorpresa nuestra, la mayoría de tiendas estaban en 'perfecto' estado de conservación para la situación en la que nos encontrábamos

-¿Veis? hay cosas pero me fuí porque creo que soy la única de la ciudad viva que no ha huido o cuyos restos están en la plaza- dijo Andrea.

-En fin, a saquear cadáveres, como en la playstation- ordené yo.

-Oye- propuso Miguel-, ¿ y si nos separamos para buscar cosas y quedamos aqui en media hora?

-Bueno, puede ser peligroso, pero... Está bien yo iré con Andrea, Miguel y Víctor irán con Pordiosero, y Javi y Rubén iran solos- dije yo. E id con cuidado chicos.

-Oye, oye ¿por qué te vas con la tía tú?- dijo Javi enfadado.

-Porque no es como tú, cabronazo- contestó Andrea tan rápido que no me dejo a mí decirlo.

-Aquí en media hora- dijo Rubén mientras daba una palmada y un media vuelta hacia atrás y salía corriendo en la dirección indicada; dejando a Javi con un poco de retraso en responder.

-Vamos, Pordie, Miguel. Por aquí- dijo Víctor.

-¿Quién te ha puesto al mando?- se quejó Miguel

-¿Vamos por allí?- le propuse a Andrea..

-Sí, ¿por qué no?- dijo Andrea más relajada.

Pero allí había tres sombras vigilándonos y ni yo ni los demás nos habíamos dado cuenta.

-Sus probabilidades de sobrevivir son muy altas, y si se unen a las nuestras seremos casi inmortales- comentó el jefe del grupo.

-Yo no me fío de ellos- dijo el más fuerte de los tres.

-No seas tan negativo, ¡me minas la moral!- gritó el loco de la banda

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-Ahora que me acuerdo; tengo unas katans en mi casa, y recuerdo dónde se me cayó la otra_ gritó Andrea de repente.

- Vayamos a por ellas- la contesté.

Su casa no estaba muy lejos de dónde estábamos, así que tardamos poco en llegar.

-Cuantos recuerdos- djo Andrea apenada cuando llegamos a su casa-. En fin, voy a mi habitación, donde tengo las katanas, tu vigila.

Pasó un rato, y al volver ella con las katanas nos fuimos de allí cuanto antes, cuando ví que iba a llorar. Pero a las salida nos sorprendieron una pareja de zombis. Andrea no se inmutó ni sacó la katana, y se acercó a ellos con las armas en sus estuches, y las espadas envainadas.

-¿Papá? ¿Mamá?- dijo Andrea al borde de las lágrimas.

Pero lo que quedaba no se podía llamar ni padre ni madre, ni nada. Sólo le movían las ansias de comer carne humana.

-Andrea, aléjate- la advertí, mientras desenfunfdaba la pistola y los apuntaba-. Ésos no son tus padres.

-No, sí que lo son, son mis padres- pero el hombre se avalanzó contra ella para morderla, ella consiguió esquivarlo de milagro.

-¡Tengo que disparales, o te matarán!- la grité por última vez.

-¡No, no lo hagas!- pero el zombi se avalanzó una vez más y casi no le pudo esquivar.

-Lo siento- me lamenté mientras le volaba la tapa de los sesos al padre primero, y después a la madre; que venía a por mí.

-¡¡Maldito!!- dijo mientras se tiraba a abrazar el cadáver sin cabeza de su madre.- ¿Por qué?

-Eran ellos o tú, y te prefiero a tí.

-¿Qué quieres decir?- me preguntó llorando.

-Prefiero que tengas que sufrir por la muerte de alguien, a que los demás tengamos que llorarte a tí, y muramos por ello- hizo que Andrea llompiera otra vez en llanto, y admitiera lo egoísta que era.

Zombie History 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora