Comienzo de una Historia

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CAPÍTULO 1:

Aquel mazazo de ver al director siendo devorado nos impactó y sentimos náuseas, aunque en ese momento no era nada comparado con lo que vendría después, así que cogimos unos cuchillos de las cocinas y nos dispusimos a avanzar por el internado, inspeccionándolo. Nos encontramos a nuestro profesor de Educación Física tirado por el suelo, aquel que tenía que predicar con el ejemplo de resistencia había sido devorado. No encontramos más supervivientes en toda la escuela y salimos afuera. Por suerte para nosotros había un coche con gasolina y con las llaves puestas, así que decidimos adentrarnos en la ciudad. Al volante se puso Víctor, el más experto de los tres en vehículos, por las enseñanzas de su primo Kefri. 

El panorama era más desolador; con barricadas militares en las calles principales, la que se había montado en menos de dos semanas. Y había más cadáveres desperdigados. Al girar una esquina dos zombis se abalanzaron sobre el coche, con tan mala suerte que sus cadáveres chocaran contra el parabrisas, dejando el coche para el arrastre. 

- Me cago en todo Víctor, ten más cuidado- Lo único que dijo Rubén fue eso. 

- Vale que te enseñara tu primo, el que va desplazando niños vivos en las plazas, pero éste no es momento de jugar al que te pillo- El que intervino fue Javi.

Por suerte para nosotros había armas "fáciles" de usar cerca del siniestro. Cogimos 4 Colt's con 10 cargadores y 2 9mm con 4 cargadores más, de entre los restos devorados de lo que antes era una patrulla de la policía nacional, para darles el descanso que no habían tenido en sus últimos momentos de vida, cogimos una lona de por allí y los tapamos.

- ¿Cómo hemos caído tan rápidamente?

- De la misma forma que todas las civilizaciones corruptas caen, como paso con Roma y con otras muchas antes y después- Esa reflexión filosófica fue dicha por Rubén.

 De repente oímos un ruido raro y apuntamos con las armas, era un pastor alemán perdido.  

- Un perro salvaje apareció. 

- ¿Cómo le llamaremos?- Comenté. 

- Bonifacio- El primero en contestar fue Víctor. 

- Cacatúa- Comentario ahora de Rubén. 

- Perro comedor de zombi hijos de su madre- Sugirió Javi. 

- ¡Hala el otro! ¿Qué tal Pordiosero?- Intervine yo. 

- A mi me parece bien- Dijo Víctor. 

- Pues en Pordiosero se queda. 

Decidimos recogerlo y llevarlo con nosotros, nunca viene mal tener un animal fiero por si las cosas se ponen feas. De repente recordé que en unos pocos kilómetros vivía un antiguo amigo mío, con el que perdí el contacto cuando fui al internado, y con la peligrosa afición de las armas nos alegraría contar en esos momentos, que también contaba con un campo de tiro. Era hora de visitarle. Seguro que él se uniría a nuestro grupo, y con un poco de suerte nos daría armas y munición. Era hora de armarse de valor e ir a por todas de una vez por todas, así que cogimos unas latas y unos botes de conserva, unas cuantas botellas de agua, unas mochilas y todo lo útil que encontramos por ahí, aunque fue difícil tras el saqueo de las tiendas por los desesperados habitantes, y nos dispusimos a ir a buscarle, aunque tuviéramos que ir a pie, entre incontables zombies.

Zombie History 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora