LA ORGIA
— ¿Estás de broma? — mi voz salió de milagro.
— No preciosa. Hemos venido a una orgía. — parecía que se divertía al ver mi reacción.
— Pero yo no quiero. — negué, desesperada. — Ruth... Ruth no me dijo nada sobre esto.
— Ruth está loca.
— Drew, por favor, ayúdame. — le rogué.
— ¿Cómo? — frunció una ceja.
— ¿Entrarás a esa orgía? — pregunté con los pelos de punta.
— A eso he venido. — se encogió de hombros.
— Pero... — me quedé paralizada.
— Vamos... Nicole. — estaba emocionado, lo podía notar en su voz. — Tienes que vivir la vida, Eres joven y hermosa. Que te valga el mundo, solo diviértete, has locuras, esas que nunca pensaste que harías. Relájate y disfruta de tu juventud.
— Y según tú... Una orgía me hará disfrutar la vida. — espeté, todavía nerviosa.
— Es una locura, Lo sé. — rió. —Pero se siente jodidamente bien hacer estas locuras y sentir la adrenalina que recorre tu cuerpo al hacer esas cosas que son prohibidas. Inténtalo.
— No, Drew. — negué, angustiada. — No soy capaz de esto.
— Entonces... ¿Piensas quedarte aquí?
— No. Quiero irme. — pedí.
— ¿Para donde vas a coger? Estamos lejos de tu casa. — informó.
— Tomaré un coche y volveré a casa.
— Vale. — asintió. — Espero que el dinero esté a tu alcance.
Bajé la mirada a mi bolso, y busqué mi billetera. Revisé adentro y no encontré un solo centavo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
— Drew, necesito que me ayudes. — alcé la mirada para encontrarme con sus ojos miel.
— Nicole... — se llevó una mano a la cabeza, y se pasó los dedos por su cabello castaño claro. — Mira. Me encantaría ayudarte... ¿Si? Pero no sé como podría hacerlo.
— Préstame dinero para volver a casa. Cuando quieras puedo pagártelo, es más, Con intereses si eso quieres. — tragué saliva.
Me miró por un momento. Parecía estar en una guerra consigo mismo. — No tengo dinero ahora. — dijo al fin.
— Joder. — exclamé, ya mucho mas angustiada que antes.
— Pero quiero ayudarte. — mencionó.
— ¿De verdad? — pregunté.
— Sí. — asintió. Ahora se veía serio.
— Drew, Nicole... — escuché a Ruth. — ¿No van a venir? — preguntó cuando estuvo cerca.
— ¿Por qué no me dijiste que esto era una orgía? — salí del coche para reclamarle.
— Porque no me lo preguntaste. — contestó tranquilamente.
— Te pregunte para donde veníamos.
— Sí, Pero no me preguntaste si veníamos para una orgia. — se encogió de hombros.
La desconocía.
— Ruth... ¿Qué es lo que te pasa? Mira lo que haces. Sabes perfectamente que yo no soy así. — me acerqué a ella, quería darle una bofetada, al menos. — No soy la clase de chicas a las que les gustan las orgías.
ESTÁS LEYENDO
Cody el Posesivo
Fanfiction¿Qué tan posesivo puedes llegar a ser cuando tu novia rompe contigo? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?