Capitulo 56 ∞

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ARREPENTIDA


—¡Nicole! —lo escuché gritar mientras me iba a paso rápido.

No me importó. No, no quería preocuparme, pero la única verdad era que a mí también me dolía. Me dolía dejarlo ahí, con el anillo de compromiso que tanto había estado esperando tirado en el suelo. Pero él se lo merecía. Por sucio, bastardo y gomoso. Que se fuera con Hailey.

Entonces, una mano agarró mi brazo y me hizo girar. Era Angie, la madre de Cody. —¿Qué es lo que te pasa, Nicole Miller? —reclamó alterada.

—Angie, tú no sabes nada.

Se quedó observándome con sus pequeños ojos, los cuales estaban rodeados por unas cuantas arrugas. Se veía decepcionada, alterada. No dejó de sujetar mi brazo.

Miré por encima de su hombro y vi que Geoff estaba acercándose lentamente con Cody en la silla de ruedas. Sentí pena por Cody, si no estuviese ahí seguramente me habría tomado cargada y me hubiese montado a su coche mientras yo pataleaba y gritaba.

—¿Es por la incapacidad de Cody? —preguntó, sorprendiéndome.

¿Cómo podía pensar eso de mí? Me había tomado por sorpresa con aquellas palabras, ¿Por quién me había tomado? Yo no era de esa clase de chicas. Yo amaba a Cody incondicionalmente. Aun y cuando él me hubiera engañado.

—No —murmuré frunciendo el entrecejo. —Cody me ha engañado. Me ha engañado con su maldita prima —solté indignada, mientras sentía que mi corazón latía con más fuerza que nunca.

Se le hizo difícil de creer, pues se quedó como una estatua mientras miraba al suelo. Se veía tan sorprendida y alarmada, seguramente así me veía yo cuando escuché los gemidos de Cody en su maldita habitación.

—¡Hey! —Cody luchaba para agilizar el paso de su padre, colocando las manos en las ruedas de la silla para impulsarse. —¡Dame una explicación a lo que acaba de pasar! —exigió.

Estábamos en el estacionamiento del restaurante, el cual estaba lleno de coches y personas que pasaban por la acera y que observaban la escena. Incluso había personas mirándonos desde el restaurante.

—¿Quieres una explicación? —exclamé enfadada. ¡Era el colmo del escaro! ¿Cómo se atrevía a pedirme una explicación? —¡Estuviste follando con tu prima! ¡Yo los escuché con mis propios oídos! —señalé mis oídos mientras él se detenía con el ceño fruncido.

—¿Qué? —preguntó fingiendo estar conmocionado.

Vaya... actorazo.

—¿De qué estás hablando, Nicole? —él prosiguió con su sarta de mentiras. —¡¿Cómo podría fijarme en mi prima?! ¿Por qué estás inventando estas cosas? —negó aterrado mientras me miraba con los ojos aguados. Desvié mi mirada hacia otro lugar para no ablandarme. —¿Es porque estoy así, verdad? Es porque no puedo caminar, ¿verdad Nicole?

Oh mi... creí que iba a desmayarme.

—¡Yo te escuché Cody! —lo señalé, mientras que con la otra mano me limpiaba las lágrimas que comenzaban a aparecer en mis ojos. —¡Escuché cuando le dijiste a tu prima que era la mejor!

Negó rápidamente, su intensa mirada me destruía por dentro y hacía que todo mi cuerpo comenzara con retorcijones. —¡Yo no te he engañado, Nicole! —su tono era tan serio, incluso desesperado. —¡Sólo era un masaje! ¡Por Dios, mis padres estaban en casa!

—¿Un masaje? —reclamé, caminando hacia él. —¡Será un masaje en tu jodida polla! —le grité iracunda. ¿Cómo se atrevía a decirme que le estaba dando un masaje y se quedaba tan pancho?

Cody el PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora