Capitulo 47 ∞

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ME HA DEJADO PLANTADA


Punto de vista de Nicole.

— ¡Cody! — exclamé en cuanto le vi.

Caminé hacia él rápidamente. Parecía que estaba molesto. Me acerqué y me paré frente a él para luego darle un tierno beso en los labios.

— ¿Tuviste una mala mañana?— pregunté, abrazándolo y mirándolo a los ojos.
Se quedó mirándome, luego miró a otro lugar y finalmente volvió la mirada a mí.

— No... No pasa nada, solo que tuvimos unos problemas con el equipo. — tomó mi mochila y la colgó en uno de sus hombros. — ¿Vamos?

Asentí, tomando una de sus manos y entrelazando nuestros dedos. Más feliz no podía estar... había vuelto con Cody y él estaba portándose muy bien conmigo. Estaba tratando de arreglar nuestra relación.

— ¿Qué fue eso que pasó en el equipo? — pregunté, mientras caminábamos hacia su coche.

Hubo un momento de silencio.

— No quiero pensar en eso ahora. — se detuvo. — Lo importante es que tú y yo estamos juntos. Debemos recuperar todo el tiempo que perdimos por andar haciendo estupideces. ¿Vale? — me dio un beso en la frente.

Reí.

— ¿Y según tú como vamos a recuperar el tiempo perdido? — nos detuvimos en cuanto llegamos al coche. Cody me miró antes de abrir la puerta. — Anda, Cody, suéltalo. — le dije animada.

— No lo sé, tal vez podamos ir a la playa — murmuró.

Sonreí ampliamente.

— ¡Sí! Me parece una buena idea. — entré al coche inmediatamente.

Estaba de buen humor, contenta, animada. Antes que nada pasamos a nuestras casas para recoger nuestros bañadores. Luego Cody condujo hacia la playa. Durante el viaje escuchamos música y platicamos de todo un poco, pero aún seguía sintiendo que estaba molesto por algo. ¿En realidad tenia que ver con su equipo de fútbol? Yo que no me lo creía.

En cuánto llegamos a la playa, nos dimos cuenta de que estaba repleta de personas. El sol estaba en todo su furor. Nos buscamos un lugar que no estuviese tan rodeado de personas, pero fue mínimo lo que encontramos. Tuvimos que conformarnos.

Extendimos las toallas encima de la arena. Me senté en una de éstas y busqué dentro de mi bolso un bronceador. Cody se sentó a mi lado.

— ¿Qué no piensas nadar? — preguntó.

— Quiero broncearme, estoy muy pálida. — lo miré.

Frunció el ceño y tomó el bronceador. — Yo te lo echo. — dijo, y me indicó que me diera la vuelta. Así lo hice.

Comenzó a esparcir el contenido, primero por mis piernas. Cuándo sus manos tocaban mi cuerpo me hacían sentir plena y tranquila, al mismo tiempo que enviaban un cosquilleo por todo mi cuerpo. Cerré los ojos y me relajé, mientras Cody esparcía el bronceador.

— ¿Qué? — entonces escuché su voz. — ¿Acaso no puedes mirar para otro lado? ¡Serás imbécil!

— ¿Cody? — apoyé mi cuerpo en mis codos para mirarlo. Entonces vi que un hombre se marchaba rápidamente. — Cody, ¿Qué es lo que te pasa? — pregunté.

— Nada, Nicole date la vuelta nuevamente. — pidió.

— Cody, dime porque le gritaste a ese hombre. — exigí. — ¡No me digas que has vuelto con tus ataques de celos! — exclamé.

Cody el PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora