Capitulo 3 ∞

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LA RUPTURA


Encontramos a Cody con sus amigos y su entrenador, estaban practicando para el partido de fútbol, Cody era el capitán. Llevaba la indumentaria de fútbol, su camiseta estaba completamente sudada y eso hacía que se pegara a su torso, marcando todos sus músculos. Me estremecí al pensar en ellos. Cody no era un chico con músculos exagerados, pero era uno de los chicos más atractivos, esos que volvían a las chicas locas en el acto.

Me sudaban las manos, mi corazón latía dolorosamente, mi respiración era entrecortada. Cody nos vio y una sonrisa se formó en su rostro mientras corría hacia nosotras.

-No puedo hacerlo-murmuré, intentando alejarme.

Ruth puso un brazo sobre mis hombros y me dio un abrazo tranquilizador.

-Por supuesto que sí. Es fácil.

-Sí, fácil para ti decirlo-dije medio riéndome.

-Vamos, hazlo-me animó, dando palmaditas en mi espalda. -Piensa en lo bien que estarás una vez que acabemos con esto, cuando vuelvan a estar juntos, los dos estarán bien al cien por cien. Serás capaz de ir a fiestas conmigo, divertirte, hacer lo que quieras.

Sí, tenía razón. Esto sería mucho mejor para ambos. Tenía que hacerlo. Me acordé de cuando Cody no me dejaba salir, cuando no me dejaba hablar con los chicos. Tomé respiración profunda, mientras Cody se paraba frente a nosotras.

-Nicole tiene que hablar contigo-soltó Ruth, caminó alrededor de Cody hasta posicionarse detrás de él.

Cody levantó una ceja, mirándome fijamente a los ojos.

-¿Qué pasa?

Tomé otra respiración profunda, tratando de calmarme.

-Cody, tengo que...

Dejé la frase en el aire ya que sus manos agarraron mi cintura, acercándome a él.

-¿Por qué estás tan nerviosa? Dime.

Tragué saliva. Maldita sea. Miré por encima de su hombro a Ruth, «Puedes hacerlo» leí en sus labios.

-Cody, quiero romper contigo-espeté a toda prisa.

Sentí las manos de Cody apretar mi cintura con más fuerza.

-¿Qué?-preguntó, riendo con incredulidad.

Estaba segura de que me había oído, pero quería que lo repitiera. Sentí que iba a llorar, vamos, no era real, iba a volver con él, pero todo parecía real, parecía que mi corazón se rompía. Me dolía. Cerré los ojos, incapaz de mirarlo.

-Cody, quiero romper contigo-dije con firmeza.

No hubo respuesta, sólo hubo silencio, parecía que mi corazón iba a estallar. Abrí los ojos para ver el rostro de Cody cerca del mío, me miraba sorprendido, pero a su tiempo enojado. Me presionó firmemente contra él. Mi corazón latía dolorosamente.

-No-sus palabras fueron tranquilas y lentas.

Sabía que estaba enfadado... muy enfadado para ser honesta. Era un milagro que pudiera mantenerle la mirada. Mis ojos comenzaban a aguarse y mi corazón pedía a gritos que huyera de la cancha.

-¿Cómo? -pregunté, sorprendida.

-Te he dicho que no; no vas a romper conmigo-apretó la mandíbula.

Entonces, me enfadé. Él era tan jodidamente posesivo. Esa era la razón por la que tenía que romper con él, necesitaba darle una lección.

-Cody. Voy a romper contigo-dije con firmeza.

Acercó la boca a mi oído y me estremecí ligeramente ante sus acciones y palabras.

-Y yo te he dicho que no. Eres mía y nunca te dejaré ir.

Comenzó a darme besos bajo el lóbulo de mi oreja, bajando por mi cuello y finalmente separó sus labios para succionar mi piel. Me estremecí y mordí mi labio para tratar de evitar que mi cuerpo respondiera.

-Cody-me costó alejarme de él. -Cody, eres tan posesivo y protector, esto ya me cansa, tienes que controlarte.

-Nicole-susurró, agarrándome de los brazos.

No me iba a dejar ir. Me atrajo nuevamente hacia él, y siguió mordiendo mi cuello, succionando mi piel hasta dejarla de un color morado-seguramente.

-¡Cody, esto no es gracioso! Déjame ir, te he dicho que hemos terminado.

Se alejó furioso, frunciendo el ceño y apretando la mandíbula.

-Entonces dime que no me quieres.

Me quedé inmóvil, mirándolo a los ojos. Por supuesto que lo quería. Por suerte, en ese momento, apareció Ruth, tirando del brazo de Cody para que me dejara ir. Él por su parte, me soltó a regañadientes, sin dejar de mirar mis ojos.

-Cody, ya la has oído. Vámonos Nicole, tenemos una cita con la Sra. Blanca.

La Sra. Blanca era la enfermera, y no, teníamos una cita con ella. Le dimos la espalda a Cody y nos alejamos. Oía a Ruth decirme lo fuerte que era y que podía con ello. Pero no podía concentrarme, en todo lo que podía pensar era en lo que Cody me había dicho al oído.

"Eres mía. Nunca te dejaré ir. Y eso es una promesa que voy a mantener."

Me asusté ante sus palabras, Cody era alguien que siempre mantenía sus promesas. ¿Qué iba a hacer?

Cody el PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora