Capitulo 55 ∞

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Después de haberle dado una oportunidad y haber llorado tanto por él, de lo que me había dicho que pasaría con nosotros cuando ya estuviéramos fuera del hospital, después de las promesas y juramentos que me hizo, después de decirme qué a la única mujer que quería en su vida era yo.... ¿Después de eso se atrevía a engañarme con su prima? Su maldita prima.

Estaba que echaba humo.

Toda la noche estuve mirando hacia el techo y rodando en la cama sin poder pegar el ojo. Me los imaginaba haciendo sus cosas, Cody diciéndole lo buena que era y ella diciéndole lo fantástico que la hacía sentir "Me haces volar, Cody" Seguramente le dijo miles de cosas como esas.

Era el colmo. Cody era un maldito desgraciado, maldito, maldito, maldito. Mientras yo sufría con Ruth en la jodida carrera él se follaba a su prima, y lo peor de todo es que lo hacía a conciencia de que estaba incapacitado. ¡Ella también lo hacía a conciencia!

No estaba tan mal como decía.

Al parecer el jodido golpe en la cabeza le afectó más de lo que pensábamos. Pero si algo quería ver, era a su jodida prima sirviéndole y ayudándole con su incapacidad, seguramente se iba a cansar tarde o temprano.

Y decidí que por el momento no iba a decirle nada. Se lo diría de frente, delante de sus padres y el mío. Quería que se dieran cuenta de la clase de hombre que era Cody. No es que quisiera hacerme la pobrecilla, pero quería que supieran los alcances de Cody.

Así que cuando la mañana se llegó me arreglé lo más que pude (No quería que Cody me viera echada a la pena) y le pedí a mi padre que me acompañara a la casa de los Simpson. Por supuesto, el accedió y en el camino compró unas frutas para llevarle a Cody.

Me quité los audífonos en cuando sentí que mi padre aparcaba el coche, abrí los ojos y me di cuenta de que ya estábamos en la casa de Cody. Para mi mala suerte él estaba esperándonos en el patio junto a Angie y Geoff.

Se veía tan impedido en esa silla de ruedas pero pensar en lo que había hecho esfumó todos los sentimientos de compasión que habitaban en mí.

—¿Cómo amanecen? —preguntó mi padre mientras le daba unas palmaditas a Cody en la espalda.

—Bien —contestó Cody y me miró mientras levantaba la mano para alcanzar la mía. —¿Cómo estás preciosa? —preguntó, mientras sus padres y el mío entablaban una conversación.

—Bien —contesté secamente.

Vi que Hailey se asomaba por la ventana para echar un vistazo. Tenía ganas de gritarle miles de cosas pero tuve que contenerme. Al fin y al cabo, ella sabía que Cody tenía novia. Meterse con un hombre de esa manera, sabiendo que tiene novia y está incapacitado la convertía en una puta.

—Nicole, cariño —Angie me tomó del brazo. —Cody quiere almorzar en otro lugar, así que iremos a un restaurante que queda cerca, ¿te parece?

—Vale —asentí. —¿En dónde está Ruth? —tuve que preguntar.

—En la cama —Geoff anunció mientras hacía una mueca. —Será mejor que no la despiertes, ha llegado de muy mal humor. —añadió.

—Vale, dejaré que descanse —asentí, tratando de sonreír.

Cody apretó mi mano y me sonrió tiernamente. Cabrón.

Me tranquilizaba un poco saber que Ruth había salido del enredo en el que se había metido el día anterior. Gracias al cielo había llegado sana y salva a casa. Por lo menos. Luego tendría que contarme lo que hizo con aquel hombre. Estaba segura de que había sido una experiencia muy desagradable para ella.

Cody el PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora