Capítulo 2

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Llegué a la casa golpeando la puerta desenfrenadamente. Había perdido mis llaves hace un mes y no me darían otras hasta que entrara a la escuela. Intentaba hacer más ruido del necesario para que me dieran unas copias cuanto antes.

-Deja de tocar como si alguien estuviera a punto de asesinarte- Dijo mi mamá mientras abría la puerta y me saluda con un beso en la mejilla- Me asustas.

-Perdón- le dije sin sentirlo realmente y pasaba por debajo de su brazo- Sabes, en media hora tengo una entrevista de trabajo.

-Eso es realmente maravilloso hija, ¿De qué es el puesto?

-¿Puesto? No trabajaré como secretaria si a eso te refieres- Le gritaba mientras subía las escaleras con dirección a mi cuarto y cerraba la puerta tras de mí.

-¿Entonces?- Ella preguntó desde abajo

-Abrí la puerta, asomé mi cabeza y grité

-Voy a ser niñera.

*****

Manejé sin prisa hacía las adineradas mansiones de la calle Monmouth en mi destartalado Mustang Shelby del año 67. Vestía unos jeans ajustados grises y un sueter largo azul que me había regalado mi madre que hacían juego con mis Vans. Duré aproximadamente 10 minutos en llegar y cuando vi la enorme casa estuve a punto de caerme en el paviemento; tenía proporciones inmensas, realmente era la más enorme de la calle. Había plantas por doquier y una fuente en medio del patio delantero.

Volví a mirar el papel arrugado en el que había anotado la dirección y me cercioré de que era el lugar correcto. Limpue mis sudorosas palmas en los jeans y caminé hacia la puerta. Toqué el timbre.

<<Debería irme corriendo a casa>>

Volví a tocar el timbre.

<<Probablemente no haya nadie aquí>>

Esperé.

<<Bien, me iré ahora. O ¿Debería quedarme?>>

Decidí que no valía la pena, moría de nervios, así que dí media vuelta y caminé hacia mi auto. Tenía las llaves sobre la manilla cuando una voz gritó mi nombre por detrás de mí. Me giré.
La señora Sangster caminaba rápidamente hacia mí. Tenía la piel muy pálida, y el cabello rojizo recogido en una coleta alta. Vestía un traje rojo que mamá solamente podía soñar que compraba y sus zapatillas eran más caras que todo mi guardarropas. Tragué duro. Me arrepentí de haber venido ran informal y por un momento deseé tener un vestido elegante, tal vez así no pareciera tan vaga. Demonios, debí irme cuando pude.

-_____carinó ¿Podrías venir aqui? Me es imposible caminar a través del césped en tacones- dijo la señora Sangster con una sonrisa en la cara, aunque sus ojos expresaban tristeza inmensa. Qué extrano...-.

-Uh, Ho-Hola señora Sangster- Dije mientras extendía una de mis manos hacia ella. Me devolvió el saludo-.

-Llámame Tasha- me dió un guiño y me invitó a pasar en su casa.

-Está bien señora Sangster.

Me miró alzando su ceja derecha

-Disculpa, Tasha- le dije avergonzada mientras metía las palmas de las manos en los bolsillos delanteros de los jeans- Asi que... ¿Cuándo empiezo?

-Primero tenemos que discutir algo.- Dijo Laura moviendo sus manos con nerviosismo- Acompáñame al estudio.

La seguí a través de la enorme casa. Camino de aquí y allá conmigo siguiéndola por detrás, hasta que se detuvo en un salón verde donde había un inmenso escritorio de madera oscura y estantes llenos de libros que probablemente nunca leían. Me denté frente a ella y comenzó:

-Seguramente te preguntarás cómo es posible que nadie aún haya aceptado el trabajo con tan buen salario ¿no?- dijo Tasha mientras me miraba fijamente. Yo asentí- Bueno, primero tengo que decirte que me parece maravilloso que estés aquí, y que si al final no quieres quedarte está bien...

¿Acaso tenía unis hijos demonios o qué? No podría ser tan malo después de todo, valdría la pena por Oxford.

-No importa, yo quiero el trabajo. Sus hijos estarán en buenas manos. Tengo experiencia con mis primos pequeños y sé con cuales historias pueden quedarse dormidos...

-Eso es uno de los problemas. Verás _____, no quiero que cuides a ningún pequeño. Quiero que cuides a mi hijo de diecinueve años.

-¿Eh?

Es decir, ¿Qué? ¿Realemente su hijo de diecinueve años no puede cuidarse por si mismo? ¡Es dos años mayor que yo!  

-Sé que esto es extraño, pero mi pequeño Thomas no puede cuidarse por sí mismo. Él perdió la vista hace dos meses y desde entonces se ha negado a salir de esta casa. Tal vez tú podrías ayudarlo. Eres de su edad, ¿no?

-Soy menor que él- Caí en la cuenta de lo que ella decía- ¡No puedo! ¡Es demasiada responsabilidad!- le dije atemorizada con la idea de cuidar a alguien mayor que yo- Probablemente si le leyera "La Cenicienta" me sacaría a patadas de su cuarto.

-¡Te pagaré el doble!- Dijo Tasha mientras se ponía de pie y hacía una mueca en la boca. Me miró.- Por favor, confío en que podrás. Si no soportas una semana te puedes ir, pero porfavor, inténtalo.

La miré frunciendo el seño mordiendo mi labio inferior con fuerza.

Al final, cedí.

-Está bien, acepto. Cuidaré a su hijo.

<<Aunque sea mayor que yo>>

Corazón Ciego - Thomas SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora