A pesar de que me encontraba en un estado físico que daba pena, tomé los últimos centavos que guardaba en uno de los bolsillos traseros de mis jeans, y con eso pagué un asiento trasero de un taxi. Le dí la dirección de la casa de Thomas al menudo señor con pinta de asiático, no sin antes recibir una mirada de curiosidad y asco de su parte. Preferí ignorarlo y clavé la vista más allá del vidrio sucio de la ventana.
Me sentía cansada y sin ánimos de nada «bueno, talvez sí tenía ganas de algo» quería tomar uno de esos largos baños calientes en la tina que solían despejarme de las dudas y liberarme de toda tensión.
También me hacía falta una buena taza de té caliente, y probablemente también un móvil nuevo, que no estuviera estropeado como el mío por la lluvia. Suspiré y apoyé mi fría frente en el asiento delantero del copiloto...Una decena de minutos más tarde me encontraba frente a la mansión de los Sangsters. La gran fuente seguía emitiendo luces, al igual que los farloes; mas sin embargo, la casa estaba completamente a oscuras. Sabía que era una falta de respeto entrar a su hogar, así como así, sin avisar, ni nada, pero es que la casa parecía completamente sola. Al parecer, ni Thomas ni Tasha habían arribado el lugar.
Tomé aure y froté las palmas de las manos contra los jeans, y después crucé los brazos por encima del pecho, protegiéndome del frío. La lluvia no habia cesado, solo aminorado la fuerza, por lo que aún estaba completamente empapada y expuesta a una enfermedad viral. Mordí mi labio inferior y decidí que no quería pasar toda la noche de pie en este lugar, por lo que accedí a ingresar a la casa, aunque probablemente era un delito.Caminé con cuidado hacia un extremo de la casa. En el trayecto había comprobado que las llaves habían quedado tiradas por ahí. Así que tenía ninguna forma de entrar, y tampoco quería formar parte de un tutelar para menores, así que lo mejor sería si solo me quedaba dormida en el patio trasero hasta el amanecer, para después levantarme antes de que elguien me viera, era muy sencillo.
Me colé entre las húmedas enredaderas y escalé sin mucha dificultad el muro de piedra, hasta aterrizar dentro del patio con perfección. Para mi fortuna, el tobillo que me había lastimado no era una cosa tan grave, por lo que no me importaba. Heché varias miradas y me percaté de que nadie estuviera por ahí, entonces, salí de mi escondite y corrí hacia una pequeña banca, tirando sin cuidado mi bolso y aventándome sobre ella. Crucé los brazos por encima de mi cabeza y con ellos formé un tipo soporte para esta. Cerré los ojos y exhalé fuertemente. Por lo que menos podría pasar la noche con tranquilidad, o al menos, eso esperaba.Me levanté con brusquedad cuando sentí que alguien se recostó a mi lado.
Thomas se encontraba pensanye a mi lado, con una expresión de serenidad que no conocía en él. No estaba tan empapado como yo, pero aún así, el agua había logrado que sus delgadas ropas de adhirieran a su piel como una segunda capa. Él hacía lograr que cualquier cosa se viera perfecta, pensé.
-Que sorpresa encontrarte justo aquí- Dijo él, sin despegar su mirada del cielo.-Yo... Eh, pe-perdón. Pensé que-que..
-¿Que no había nadie en la casa?- preguntó el, irónico. Por alguna extraña razón, yo asentí. -¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?
-Lo siento, no tengo donde pasar la noche..- le dije sincera después de un par de segundos, agachándo la cabeza un poco.- Espero que no te hayas molestado, me iré si quieres.
-No, no. Está bien. Quédate.- Dijo él, girando lentamente su cabeza hacia mí, lo miré. -.... ¿Podrías acercarte?
-¿Uh? Oh... Está bien- Me acerqué hacia él y me senté justo a su lado. Él se acercó un poco más, su cuerpo girado en mi dirección, y sus manos a sus costados. Dejé de respirar por un segundo.
- _____ quiero conocerte- Susurró él lentamente mientras pasaba sus palamas de sus manos con muchísimo cuidado por las facciones de mi rostro. Cerré los ojos mientras pasaba sus largos dedos tibios por mis cejas, nariz y mejillas. Después continuó por mi barbilla y al final trazó mis labios con la punta de su dedo pulgar. Sentí mi cuerpo sacudirse en calor, electricidad y sobre todo deseo. Abrí mis ojos cuando su tacto se alejó de mi rostro y contemplé con fascinación. Sus oscuros ojos permanecían clavados en mis labios, revelando ansiedad en su mirar. Abrí los ojos como platos cuando él se acercó a mí, ocupando tres cuartas partes de mi espalda con sus manos sobre ésta.
-Eres tan hermosa como te recuerdo, _____. Es una lástima que no te pueda ver más.- Y después de haber susurrado aquello, presionó sus labios contra los míos y me fundí en su abrazo, mientras miles de fuegos artificiales bailaban a nuestro alrededor y mi corazón nadaba en un mar de felicidad..
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Corazón Ciego - Thomas Sangster
Fanfic"Si quieres a alguien por su belleza, no es amor, es deseo. Si quieres a alguien por su inteligencia, no es amor, es admiración. Si quieres a alguien por por su dinero, no es amor, es interés. Si quieres a alguien y no tienes idea porqué, eso es...