Corazón Ciego - Thomas Sangster

Capítulo 5

Bien, tal vez estaba exagerando un poco ya que no me fui realemente de casa o algo parecido,de hecho, ni si quiera había bajado hacia el primer piso, pero ese era otro caso.

Fui directamente hacia la sala de entretenimiento y encendí el gran televisor con el control remoto. Me senté en un gran sillón de cuero rojo que se encontraba al centro y cerré con fuerza mis ojos. Llevé las manos hacia la cabeza y apreté. No podía creer lo testarudo y grosero que era ese tal Thomas. Ni si quiera había tenido una conversación realmente con él, como para que me hubiera tratado así. Insolente, terco, creído, hermoso y con unos ojos preciosos que....
Esperen, no <<Detente>> me dije. Tendría que dejar de pensar así sobre él. Nadie con ese horrible carácter merecía la pena.

No me dí cuenta de que alguien permanecía sentado a mi lado.
Tampoco me había dado cuenta de que el televisor estaba apagado.
Abrí los ojos y miré a Dylan mientras revolvía su cabello con una mano y estiraba sus piernas, respándolas en la mesa café cuadrada frente nosotros.

Dylan tenía una complexión delgada pero bien formada y también era alto pero no tanto como Thomas. Su piel era blanca pero no pálida, tenía varias marcas de belleza, mejor conocidas como lunares, recorriendo desde su nariz hasta su cuello. Su cabello era castaño muy oscuro casi negro y alborotado peinado ligeramente hacia arriba.
Y sus ojos eran demasiados marrones, me parecían tiernos, aunque nunca los compararía con los de Thomas. Me sonrió nerviosamente.

-Hola- dijo, lo saludé con la mano y después las crucé por delante de mi pecho, me sentía un poco incómoda con él.

-Asi que _____, um ¿Realmente estás aquí para hacerle compañia a Thomas?

-Bueno, supongo- dije extrañada por la pregunta. Él asinitió para sí

-Entonces los rumores son ciertos

-¿Rumores? ¿Qué rumores?- pregunté mientras lo veía fruncir el ceño y sacudir su cabeza levemente-

-Thomas me comentó algo ayer, pero pensé que estaba haciendo una broma de mal gusto. Ahora entiendo su enojo- dijo mientras se levantaba del sillón y comenzaba a caminar a la salida.

-¿Sobre qué? ¡Hey! ¡No te vayas! ¡Espera!- le grité mientras me levantaba del sillón y corría tras de él. Se detuvo debajo del marco de la puerta y me miró divertido- ¿Qué dijo Thomas?

-Que su mamá le había conseguido una niñera- respondió divertido

-¡No soy una niñera!- respondí enojada

-¿Entonces? ¿Para qué te contrataron?

-Uh, yo...- y ahora ¿qué le digo? vamos _____ piensa- Yo, um...

-¡DYLAN! ¡Ven aquí!- Thomas gritsba desde su cuarto. Dylan le gritó un "Ya voy" en respuesta.

-Nos vemos luego ______- Dylan me dijo mientras me brindaba una sonrisa. Después se marchó rápidamente al cuarto de Thomas y me dejó sola. Decidí seguirlo.

-Creo que ella es molesta- dijo Thomas en forma arrogante. Me detuve, escondiéndome detrás de la pared.

-No lo es. _____ parece ser realmente amigable.

Gracias Dylan, te has ganado tres puntos.
Thomas esperó un momento antes de preguntar:

-¿Cómo es ella? Quiero decir, físicamente.

-Tiene el cabello largo y liso. Mmm, ¿qué más?- asomé mi cabeza un poco para obtener una visión concreta de la plática de ellos. Dylan estaba de espaldas hacia mí. Pero Thomas me estaba mirando fijamente. Mi corazón se detuvo por un segundo antes de darme cuenta que realmente no podía verme. Dylan volvió a hablar.

-Tiene mejor cuerpo que Alice, eso te lo puedo asegurar.

-¿Qué hay de sus ojos?- preguntó Thomas, un poco más entusiasmado que antes. Hombres.

-Son verdes, bueno con tonos cafés, me recuerdan a los de Alondra. Olvídalo, me recuerdan a los tuyos.

¿Está bromeando? ¿Verdes? Mis ojos son cafés. C-a-f-e-s

-Ósea que está ciega, lo que me faltaba.

-Vamos, tu sabes a lo que me refiero- de pronto el teléfono de Dylan comenzó a sonar- Un mensaje de mi mamá. Lo siento, tengo que irme. ¿Podrías ser lindo con _____?

-Cállate.

Dylan salió rápidamente por la puerta y recordé que estaba espiando. Corrí de nuevo hacia el cuarto y me aventé en el sillón.
Segundos después, Dylan entró.

-Tengo que irme. Nos vemos luego______.

-Bien, hasta pronto- le dije con el pulso a mil por hora y la respiración entre cortada. Levantó una ceja y después salió.
Él le había dicho a Thomas que fuera agradable conmigo- A eso se refería, ya que no podría ser más lindo de lo que ya era. De nuevo, tengo que determe- .

Supuse que los dos eran mejores amigos, ya que, Thomas era un gruñón como lo había demostrado, nunca hubiera dejado que Dylan estuviera a su lado. Así que, como buenos mejores amigos, tendría que hacerle caso.

Salí del cuarto y bajé las escaleras de dos en dos, con dirección a la cocina. Serví un poco de té negro con limón e hice algunos emparedados para nosotros dos, y de nuevo me dirijí al cuarto de Thomas.

Entré cuidadosamente y coloqué la comida sobre una silla de madrea que se encontraba a la derecha de la puerta. Contemplé el cuarto. Era enorme. Las paredes eran de color azul marino, al igual que las cortinas sobre los grandes ventanales con dirección al jardín trasero. Había una gran cama blanca y un par de sillones de cuero negros, en forma de "O". No había tantos adornos y me sorprendió que estuviera tan limpio. Quiero decir, para ser un hombre.

Thomas estaba sentado sobre la cama mirando hacia la nada. Pensé que podría llegar de sorpresa pero él habló.

-Que no pueda ver no significa que no te pueda sentir.

-Ehm... Hola.- Me senté frente a él sobre el suelo- Soy _____.

-Ya lo habías dicho. ¿Qué quieres?

-So-solo quería ha-hablarte. Te hice algo pa-para comer- le dije tartamudeando mientras me levantaba y le ofrecía un emparedado. Lo tomó.

-¿Cuánto te paga mi mamá? ¿Eh? Te pagaré el doble si te vas a hora mismo.

-¿¡Por qué eres tan testarudo y maleducado?!- le grité mientras aventaba la taza de té hacia atrás. Él sonrió.

-Así me gusta ser. Probablemente así podrás irte sin que tuviera que soltar un solo centavo.

-Mira, Thomas- Le quité el emparedado y lo empujé hacia la cama. Él se sorprendió un poco pero rápidamente volvió a su habitual rostro de sarcasmo y "Yo soy el mejor"- No me importa qué tan irritante puedes ser. Estoy aquí apra ayudarte y tienes que poner algo de tu parte. De todas formas, tu madre me pagará, así que tu sabes.

De repente sonó el timbre y salí del cuarto. Bajé las escaleras y la señora Sangster se encontraba sonriente en la puerta.

-¿Cómo ha ido tu primer día?- preguntó mientras dejaba su bolso en el sillón.

-He tenido días mejores.

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