Un profesor muy especial

Capitulo 1: Vacaciones.

Por fin habían terminado las clases, iniciaba el verano, me encontraba hablando con Camila, mi mejor amiga desde que tenía memoria.

—Nicky, ¿lista para el verano?— me pregunto Camila

—¿Se supone que lo estaría?— le conteste sin pensarlo

—Hey vamos, ¿Por qué esa actitud?... entiendo lo que paso con tus padres pero tienes que estar feliz, ¿no van a salir de viaje?

—No lo creo, sabes creo que mi madre dará clases de verano, además unas vacaciones sin papá no me las imagino, en fin... y ¿tu saldrás con tu familia?

—Sí, iremos a DisneyWorld.. Estoy muy emocionada...

— bueno, al menos una de las dos tendrá un verano divertido, no vi a Christian en la salida— le dije a Camila tratando de cambiar de tema

—Ya sabes cómo es, creo que intentaba entrar al equipo de futbol...

—Cada año lo intenta y nunca queda— le dije entre risas

—jaja sí, tienes razón.

Christian era mi otro mejor amigo, simplemente no podía imaginar la vida sin ellos.

Camila y yo continuamos caminando y llegamos a mi casa...

—¿Mamá?— pregunte buscándola por toda la casa, hasta que ella salió de su habitación.

—Nicole hija, por fin llegaste... te tengo una noticia.

—Creí que te quedarías hasta tarde en la escuela.

—No no, ya no mas escuela, nos iremos de vacaciones a New York— dijo mi mamá mientras sostenía los boletos de avión en su mano

—¿¿¿Qué??? ¿A New York? Pero porqué no me lo habías dicho

—Bueno acabo de arreglar todo ayer, quería que fuera una sorpresa...

—Mamá, esto no es necesario, ahora que mi papá ya no vive aquí tendremos más gastos y...

Mi madre me interrumpió.

—¡¡¡hey!!! De eso me ocupo yo, ahora ve a empacar, nos vamos mañana.

Decir que estaba desconcentrada era poco, vaya noticia la de mi mamá, aprovechando que Camila seguí ahí le pedi que me ayudará.

— Cami, ¿me acompañas? creo que hubo un cambio de planes.

Subí a mi habitación con Cami y comencé a empacar... intentaba mostrarme feliz por el viaje pero la verdad era una locura, no entendía porque viajar a New York, no me llamaba en nada la atención...me despedí de Camila y al otro día salimos rumbo al aeropuerto. Kevin estaba tan feliz. Después de un largo viaje habíamos llegado al hotel, desempacamos y salimos a cenar.

Durante la semana habíamos hecho cosas atractivas para Kevin y para mi mamá... yo solo fingía divertirme, Mi padre era el que solía acompañarme a hacer las cosas que yo quería, pero estaba tan enojada por que nos había abandonado que no podía divertirme en lo mas mínimo.

Al tercer día de estar en New York visitamos un centro comercial, por fin encontré algo que llamaba mi atención, era la tienda de libros más grande que había visto

—Mamá... ¿Puedo quedarme aquí, mientras tú compras la ropa de Kevin?

—Claro, hija... vengo por ti en una hora... ¿Te parece?

—Claro... Claro...— afirmé

Entré a la tienda y me perdía entre tantos libros, sin embargo ninguno me llamaba mucho la atención, de pronto voltee hacia la sección de libros donados, por fin ahí estaba el último libro de F. Scott Fitzgerald que me hacía falta para mi colección.... lo había estado buscando por meses, me acerque a tomarlo estaba tan cerca pero una mano lo agarraba antes que yo...

—¡¡¡NOOO!!! –Grite

—Disculpa... ¿Es tuyo?

—No no— conteste un poco apenada por cómo le había gritado— bueno, estaba por tomarlo, pero ahora es tuyo.

Levante la mirada y era un chico, ojos cafés claros, cabello perfecto y una mirada que mataba...