Capítulo 16: No lo he hecho

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—¿Ya podras decirme a donde iremos?— le pregunte a Ian, justo cuando habíamos salido de la escuela

—Aún no, pero ya falta poco

Subimos a su auto, con extrema precaución de que nadie de la escuela nos viera y ya adentro Ian me tomo de la mano mientras que con la otra tomaba el volante.

Durante el trayecto, Ian me miraba y sonreía, pero yo no podía concentrarme, desde que Christian y Camila se habían enterado de lo mío con Ian, yo no podía dejar de preguntarme qué era yo de él. Él nunca me había llamado su novia, o al menos no las suficientes veces para convencerme, quise no pensar en eso por qué después de todo, el título era lo menos importante.

—Bueno llegamos— dijo Ian interrumpiendo mis pensamientos

—¿puedo bajar ahora?— le pregunte

Él asintió, baje y era hermoso, había un lago, una cabaña , estabamos en el muelle.

— ¿Qué es este lugar?— pregunte asombrada

—No eres la única que conoce lugares lindos en California

Entramos a la cabaña y era como de cuento, como las que aparecian en las historias que me encantaban leer, solo que esta vez era real.

Ian saco una cesta repleta de comida, vino, frutas, y algunos chocolates.

—Esto es lo que faltaba para ser perfecto.

Me acerque para besarlo pero una llamada nos interrumpió, era mi mamá, preferí mandarle un mensaje diciéndole que no iba a poder llegar a casa porque estaba con Camila, ella aún no sabía que Camila y yo ya no éramos amigas, y no hacía falta que lo supiera por el momento.

—¿Vamos a nadar?— me pregunto Ian mientras se dirigía al lago

—Creo que el agua está muy fría, no tengo muchas ganas de nadar— le dije, mientras me sentaba en la orilla, solo para mojar mis pies

Cuando gire a ver a Ian, él se estaba quitando la camisa que llevaba, era la primera vez que lo veía con el torso desnudo, y vaya que se le notaba que había estado yendo al gimnasio. Me quede admirándolo por un tiempo hasta que reaccione, para entonces Ian ya se había metido al agua.

—¿Está muy fría?— le pregunte

—Ven a sentirla— dijo antes de jalar mis pies y literalmente arrastrarme al agua

Yo comencé a mover mis brazos y piernas, haciendo reír a Ian y provocando también que me sostuviera aún más cerca de él.
Nadamos un rato y después Ian se adelantó en regresar a al cabaña en busca de una toalla, me la llevo y me acompañó de vuelta a la cabaña.
Nos sentamos en el sofá por un rato, él me rodeo con su brazo y comenzó a besar mi oreja, eso me provocaba cosquillas, después busco mi boca y la beso, sus brazos hicieron que quedáramos recostados en el sofá, Ian no dejaba de tocarme y entonces comprendí a donde quería llegar con eso, y lo detuve. La verdad es que no me sentía del todo cómoda.

—Ian— le dije, mientras me sentaba

—¿Todo bien?— me preguntó

—Sí, sí. Solo quisiera ir a caminar al muelle antes de que se vuelva más tarde

Me levante, tome su mano y nos fuimos a caminar. El paseo se cubría de una total calma que provocó que mis pensamientos sobre el estado de nuestra relación regresaran y entonces hable.

—Ian... ¿Te puedo hacer una pregunta?

—La que quieras— me dijo mientras se llevaba mi mano a su boca para besarla

—¿Qué somos?... Tú y yo ¿Cuál es el estado de nuestra relación?

Ian comenzó a reír, y eso me desconcertó.

—¿Dije algo gracioso?

—No, no es eso, me río porque no puedo creer que no lo he hecho

—¿Hacer qué? —le pregunte

—Hacerlo oficial, hace semanas que quiero hacerlo y por una u otra razón no lo he hecho... Sé mi novia, oficialmente mi novia... Di que sí porque yo me muero por que me llames novio

Y entonces como si no pudiera detener mi voz, le dije:

—te amo Ian

—espere mucho para que un te amo saliera de tu boca, yo tambien te amo mi amor.

Se acercó y lentamente me daba dulces besos, él tenía razón los momentos que pasabamos eran perfectos, aunque eran una locura, era una locura que despues de todo seguía viviendo.

Llegamos al final del recorrido y dimos la vuelta regreso a la cabaña, al llegar yo me senté en el sofá e Ian hizo lo mismo sentándose junto a mi.

Jugaba con mi cabello cuando me preguntó:

—¿Qué hubiera pasado si nunca nos hubiéramos encontrado en New York? si solo nos hubiéramos encontrado en la clase, tu como mi maestro— le dije, tratando de formar una idea en mi mente.

—Bueno, solo serías una estudiante bonita sentada atras del torpe John, a la cual siempre tendría curiosidad por conocer pero sabría que estaría prohibido, y... ¿Yo? ¿yo que hubiera sido para ti?

—Para mi serías el profesor más admirable de toda la escuela, ese del que alguna vez en tu vida de estudiante te enamoras, ese por el cuál haces cosas por llamar su atención, al cuál le haces mas preguntas solo para que te hable, pero sobre todo serías...—me quede callada un momento

—¿Sería?— me preguntó

—El profesor con las corbatas mas feas jamás  vistas— le dije riendo

Él me tomo entre sus brazos y comenzó a hacerme cosquillas en venganza por lo que había dicho, pronto el ya estaba sobre mi, regresando a la posición en la que estábamos antes de que lo interrumpiera para ir al muelle, y entonces mis pensamientos volvieron... Yo nunca lo había hecho... Nunca había estado con algún chico de esa manera y entonces me di cuenta que no estaba lista, a pesar de amar a Ian, ese era un gran paso; así que me moví, haciendo que Ian se separara de mi.

—Ok qué ocurre— me dijo Ian, parecía algo molesto

—Ian, la verdad es que... Yo no lo he hecho.

—¿No has hecho qué?

—Tu sabes... No lo he hecho— enfaticé eso último— nunca he estado con nadie y no sé si querías lograr acostarte conmigo con esto pero definitivamente no pasara, no eres tú, es solo que no estoy lista aún

—Oh Nicole, lo siento, yo no sabía— me dijo tomándome de las manos— por supuesto que no buscaba esto, es decir, sería lindo pero no te voy a presionar.

Ya no quise que siguiera hablando y lo bese, ahora comprendía que tan difícil era decirle a alguien que aún eras virgen.

Continuamos hablando de otras cosas  por varias horas hasta que sin querer me quede dormida en sus brazos frente a la fogata.

Un profesor muy especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora