III - Haven't met you yet

92 0 0
                                    

---Capítulo 3---

I might have to wait, I'll never give up

I guess it's half timing and the other half's luck

Wherever you are, whenever it's right

You'll come out of nowhere and into my life.

Michael Bublé

Habían pasado apenas tres días después de haber despertado en aquella pocilga. El tiempo corría infernalmente lento y, de hecho, de no ser por el reloj de James no habría podido saber cuándo era de día o cuándo era de noche. La poca luz que entraba por la ventana a veces no era suficiente para saberlo. Todo aquello comenzaba a desesperarme; empezando porque los secuestradores nunca nos decían nada, sólo gritaban, y para colmo en árabe. No tenía idea de si se habían comunicado con mi familia y ni siquiera estaba segura de que la policía o el gobierno nos estuvieran buscando.

Ni a mi peor enemigo le podía desear algo así. Estaba sucia, hambrienta, cansada, débil, me dolía todo el cuerpo por dormir sobre una cama de piedra -literalmente- y sentía que me iba a volver loca.

Sólo me quedaba mirar los tatuajes con las iniciales de mis abuelos en mis muñecas y pedirles que me sacaran de ahí. Esperaba que donde sea que estuviesen me escucharan. James también era de ayuda, por lo menos no me sentía tan sola y escuchaba algo más que la voz en mi cabeza y los gritos de los árabes esos.

Los secuestradores pasaban, como me había dicho, dos veces al día: en la “mañana” para despertarnos (no entiendo para qué. Según James, para asegurarse de que estuviéramos vivos); y en la tarde para traernos “comida”.

Con el paso del tiempo James y yo nos fuimos creando una rutina. Cuando alguno de los dos escuchaba que uno de esos sujetos se acercaba, daba dos golpecitos en la pared para prevenir al otro de hacer silencio para que no nos descubrieran. Para llamar al otro, tres toques en la rendija eran suficientes. Incluso, inventamos maneras de mantenernos entretenidos.

-¿Qué prefieres? ¿Estar todo el día encerrada en una pocilga como esta con Taylor Lautner o estar encerrada en una habitación de un hotel cinco estrellas con el presidente de Nicaragua? -me preguntó James una tarde en la que decidimos ponernos a hacer preguntas sin sentido para entretenernos.

-Definitivamente en el hotel cinco estrellas. -le respondí sin dudarlo. -Pero no creas que soy fácil. -Él sólo reía -Además, ¿se supone que Taylor Lautner me tiene que parecer guapo o algo así?

-¿Cómo voy a saberlo? A la mayoría de las chicas les gusta.

-No todas las mujeres pensamos igual, ¿lo sabías?

Y así pasábamos las horas cada día. Incluso llegué a enseñarle algunas palabras en español y él a mí algo de gaélico. Era bastante curioso que un australiano se interesara tanto por la cultura irlandesa al punto de saber el idioma típico (que no era nada fácil para extranjeros, por cierto).

-“Sofía eres la chica más inteligente, graciosa, y hermosa con la que me ha podido tocar compartir un secuestro”. Vamos, ahora dilo.

-Ni en sueños podría decir una oración de más de 3 palabras. -me dijo.

-Ok. Qué tal... “Sofía eres lo máximo” -hacía un gran esfuerzo por aguantar la risa.

-“Soufia eress lo mácsimou” -me reí para mis adentros, sí, pero siempre me ha gustado escuchar como los extranjeros hablan español, por lo que no pude evitar que me pareciera algo tierno.

-Bastante cerca, James, bastante cerca. Eres un buen alumno. -sonreí -Ahora repite “otorrinolaringólogo” “o-to-rri-no-la-rin-gó-lo-go”

-Eres una mala profesora, ¿ok? -casi pude percibir un puchero en el aire. -¿Qué harías si te hago decir “Meallann muilte Dé go mall ach meallann siad go mion”? -touché.

Not every cloud brings rain (One Direction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora