---Capítulo 21---
Was a time when I wasn't sure
But you set my mind at ease
There is no doubt You're in my heart now
Guns n’ Roses
MIRANDA
-Mira, ya esta es la última corbata que te falta. -La doblé como Cat me había enseñado y se la pasé a Niall.
-Gracias, creo que es todo. -Sin embargo, cuando intentó cerrar la maleta se dio cuenta de que iba a ser difícil. Ambos nos sentamos encima y forcejeamos con el cierre hasta que por fin cedió. -Listo. Me hiciste meter demasiada ropa. ¿Por qué las mujeres llevan tantas cosas cuando van de viaje?
-Porque siempre es mejor que te sobre ropa y no que te falte. -Levanté una ceja.
-Claro. -Lo dijo en el tono de “te daré la razón para evitar problemas” que se estaba empezando a acostumbrar a usar. Se le quedó viendo a la maleta por un rato y luego dejó salir una pequeña risa nostálgica. -¿Sabes? Esto es... gracioso. Me recuerda tanto a la razón por la que nos conocimos... la segunda vez, quiero decir.
-Sí. Gracias a eso fue que aprendí que la ropa interior siempre debe ir debajo del resto de las cosas. -Reí, aunque no por mucho. -Es una pena que esa reunión sea justo esta semana... -Ambos sabíamos por qué lo decía: su cumpleaños sería en 3 días y no podríamos estar juntos como estuvimos en el mío.
-Lo sé, amor... -Se acercó para darme un abrazo y un beso en la frente. Como si eso fuese a servir de consuelo... -pero no podemos hacer nada, es una reunión muy importante para la compañía… -Estúpida compañía.
-La compañía debería conseguirse un clon de Niall Horan para que haga esas cosas y dejen al original conmigo. -Hice un pequeño puchero. Él sonrió.
-Sí, debería.
Entre los dos acomodamos el desorden de ganchos y ropa tirada que habíamos hecho mientras lo ayudaba a hacer su maleta. Era una lástima que se fuese al día siguiente y no lo pudiera ni acompañar al aeropuerto porque tenía que trabajar. Luego, como ya eran casi las 5 de la tarde, decidimos sentarnos en la mesa a merendar con una torta que había dejado preparada la señora Rosa. Ella se la había dejado como regalo de cumpleaños porque sabía que ese era el mejor obsequio para él: la comida.
-Me tuve que desaparecer del apartamento toda la tarde porque Harry y Cat estaban ahí... y la... señorita no me avisó. Obviamente no me iba a quedar ahí... -Puse los ojos en blanco.
-A veces no entiendo a Harry, pero allá él. Es su vida. -Comentó sirviéndose otra porción de torta.
-Pero no les debe ir tan mal, empezaron así y ya llevan unos cuantos meses en eso.
-Aún así es... raro. No sé, quizás soy muy convencional. -Se encogió de hombros y se llevó una cucharada a la boca.
-No sé qué decirte. -Dije, apoyando la cabeza en una de mis manos. No entiendo cómo puede ir ya por la tercera porción de torta sin empalagarse. -No creo que hubiese podido empezar así con alguien. Creo que soy demasiado... tonta como para eso.
-Imagina si nosotros hubiésemos empezado al revés, como ellos. Y digo al revés porque no sé de qué otra forma llamarlo. -Me serví un poco más de refresco.-No sé cómo hicieron, seguro el que empezó fue Harry, lo creo capaz.
-Ay mijo, no conoces a Catherine Brousset. -La expresión de confusión que puso fue lo que más risa me dio. Al final, ambos reímos.
-Llámame anticuado o lento si quieres, pero yo pienso que hay que conocer bien a alguien antes de acostarse con esa persona. -empezó a jugar con el pedazo que le quedaba en el plato. Creo que se llenó o se hartó de comer. -No sé, no creo que pueda tener una relación de “solo sexo” con alguien. -Y comió otro bocado. Falsa alarma, no se había llenado.