---Capítulo 8---
"Fasten up
Can you imagine what would happen if I let you close enough to touch?
Step into the fantasy
You’ll never want to leave, baby that's guaranteed… Why?"
Christina Aguilera
CATHERINE
Las tres semanas que faltaban para el congreso se fueron volando. Era la primera vez que organizaba un evento tan grande y tan importante desde que me ascendieron al puesto el año pasado. Tenía que admitir que no era un trabajo sencillo, pero dada la importancia del asunto me exigí lo más que pude; todo tenía que salir perfecto.
Miranda había sido de gran ayuda. Me sorprendía la rapidez con la que trabajaba y aprendía a hacer las cosas. No entendía por qué no la habían traído en condición de fija de una vez, el período de prueba prácticamente le resbaló; no lo necesitaba.
Un día, cuando ella ya tenía cerca de dos semanas de haber llegado, se puso a leer el periódico mientras almorzábamos. Era el segundo día consecutivo que lo hacía. Me dijo que estaba buscando apartamentos para ir a visitarlos cuando termináramos con lo del congreso.
-Esto está algo difícil, Catherine. -dijo mientras pasaba la hoja. -El alquiler de los apartamentos que están relativamente cerca del hotel es demasiado alto. Aquí hay un par que me gusta, pero están del otro lado de la ciudad. Tendré que acostumbrarme a usar el transporte...
-¿Cuánto tiempo te dieron de plazo?
-Tres meses.
-Uhm, son más amables que antes. A mí me dieron dos. -Le dije antes de darle una mordida a mi pizza. -¿Te digo algo? No necesitas pagar tanto por un alquiler.
-¿No?
-Mi apartamento tiene dos habitaciones. Solía compartirlo con una estudiante durante estos años, pero ella se graduó hace unos meses. Estaba pensando en sacar un anuncio en el periódico ofreciendo la habitación para algún universitario, pero creo que ya no tendré que hacerlo. -Piqué otro pedazo de mi pizza sin queso preparada especialmente por Simón.
-Catherine... no me gustaría molestarte, de verdad.
-No es ninguna molestia. Además, llevo dos meses pagando el alquiler completo, y no me gusta. Podríamos pagarlo entre las dos. Ambas ganamos. ¿Qué dices? -La miré un poco dudosa. -La habitación tiene baño.
-Hmm... Está bien. Aparte, puedo ayudar a limpiar y cocinar.
-Por supuesto, ¿creíste que yo iba a limpiar por ti? -Bromeé. -Además, no sé cocinar.
-¡Pero si eres francesa! ¿Cómo es posible que una francesa no sepa cocinar y de paso no le guste el queso? Creo que es lo más raro que he visto en mi vida.
-Tengo una respuesta para eso: estereotipos. -Le dije, apuntándole con el cuchillo de plástico. Miranda se echó para atrás por reflejo, miré el cuchillo, me encogí de hombros y lo usé para picar otro pedazo. -Entonces... ¿cuándo puedes mudarte?
-Espera... Primero deberíamos acordar cuánto tendría que pagarte y eso.
-Cierto. Uhm... con 600 € está bien. Puedes ir a verlo cuando quieras.
-¿Te parece bien el fin de semana?
-Claro.
-Gracias por el ofrecimiento, Catherine. Es muy amable de tu parte.