--- Capítulo 7---
“I’ll spend forever wondering if you knew I was enchanted to meet you”
Taylor Swift
-Encantada... -caramba, de todas las personas que pudieron haber agarrado mi maleta me encuentro con él, pensé. Cuando me di cuenta, Niall estaba mirándome como si esperara una respuesta. ¿Qué tengo que...? ¡Ah! -Yo soy Miranda Araujo.
-Bonito nombre. -Me dijo con una sonrisa, para luego mirar mi café. -¿Llevas mucho tiempo esperando?
-No mucho. Como unos 10 minutos más o menos. Lo que pasa es que me dijeron que tenía que consumir algo para poder sentarme aquí.
-Ah, lo lamento. En verdad no me acordaba de eso, si no te habría dicho otro lugar.
-No te preocupes, de verdad. Entonces, ¿será esa mi maleta? -le pregunté.
-No creo que hubiera otra persona con una maleta igual a las nuestras. -Yo sonreí. -Al final sí me tocó revisar tu maleta y tu... ropa interior.
-Yo... -estaba apenada. Sentí como empezaba a ponerme roja. -Qué pena, en serio. Por lo menos a mí no me tocó nada así, en la tuya sólo había sacos y corbatas.
-Bueno, claro que tenía ropa interior, pero no se ve al abrir la maleta, como en tu caso. -Oh... -Y esa es mi excusa por haber revisado tus cosas; estaba buscando algún tipo de identificación o algo.
-Ajá, seguro te querías quedar con algo. -Se quedó mirándome por unos segundos, en silencio, y bajó la mirada concentrándose en sus manos. ¿Estaba ruborizándose?. -ya sé que para la próxima, tengo que cambiar la forma de empacar las cosas.
-¿Por qué estamos hablando de esto?
-Tú empezaste.
-Cierto.
-Aquí tienes tu maleta -dije mientras le extendía la maleta -creo que voy a seguir tu ejemplo; ponerle una mejor identificación a la mía, por si acaso, y prestar más atención cuando la agarre.
-Gracias. -me dijo, tomándola. -Aquí tienes la tuya. -le agradecí cuando me la entregó.
-Me gustaría seguir conversando, pero me tengo que ir. Mil disculpas por el incidente, de todas formas, dudo mucho que se vuelva a repetir.
-¿Ya te tienes que ir?
-Sí, me están esperando en el trabajo -dejé una propina junto al café y me levanté -un placer. Hasta la próxima, si es que hay una. -Eso último lo dije en voz baja.
-¿Quieres que te lleve? -Bueno, este tipo era algo insistente. Sin embargo...
-No, es aquí cerca. No tienes que molestarte. Gracias por el ofrecimiento, de todas maneras. -La verdad es que si hubiese sido por mí, me habría quedado toda la tarde mirando esos ojos azules, pero no podía.
-De acuerdo. -Me dijo mientras se levantaba y tomaba su maleta. -Fue un placer.. -Sacó las llaves de su auto y, antes de irse, me miró y me dijo: “espero que sí haya una próxima”
Yo también esperaba que hubiese una próxima.
Me di la vuelta y rodé mi maleta hasta el hotel. La dejé en la habitación y fui a la oficina de Catherine.
-Por tu cara se puede decir que no te tocó intercambiar maletas con un orco de Mordor. -Fue el primer comentario que hizo mi compañera de trabajo tan pronto entré a su oficina. Y sí, me hizo bajar la mirada apenada.
-No estaba nada mal, a decir verdad. No me lo esperaba -dije con una sonrisa tímida. La mirada de Catherine decía sólo una cosa: “eres una pilla”. Empezaba a caerme bien, quizás podíamos terminar siendo buenas amigas.