Recordando un Amor [Shadonic]

Capítulo 2

Mientras tanto, en el hogar de la pareja...

Recién había pasado no más de una hora, Sonic miraba televisión, en específico un programa de deportes, era un amante de ellos y en su floreciente adolescencia había sido un gran corredor.

Por ahora sólo era un chico feliz, con un marido grandioso y en su aspecto no podía negarse, era una linda bola de pelaje y púas azules. Lo normal...

Había limpiado la sala y se encontraba en la cocina preparándose uno de sus muchos antojos, escuchando la televisión desde aquel sitio, atento ante cualquier cosa interesante que anunciaran.

Buscó en los estantes algunas escénicas y después fue al refrigerador en busca de más ingredientes, mirando a los pies de este una pequeña cajita de plástico. La lonchera de su esposo. Negó suavemente, tomándola con ambas manos.

— ¿Cuándo se te quitará lo distraído, Shadz? —cuestionó al aire, sonriendo de forma suave, colocó aquel objeto en la barra de la cocina y miró el reloj —, se la llevaré a la hora del almuerzo.

Volvió a sus asuntos, cocinando sus extraños "manjares" culinarios, impaciente por tranquilizar esas ganas de llevarse algo a la boca.

De vuelta en el centro de la ciudad, el erizo rojinegro debatía mentalmente en qué hacer. Sí había pasado algo malo con la construcción del segundo piso, algo de verdad grave.

Una enorme grieta iba de un extremo a otro en el piso, el cual no pasaba de ser ladrillo y concreto. Parecía ser que un golpe fuerte la había causado y como Shadow ya había previsto, pudo haberse tratado de un golpe con la mano de la grúa.

Tomó su radio, comunicándose así con su hermano, el cuál en esos momentos tenía algunas dificultades con aquella máquina, se suponía que la chica la había mandado a reparar, pero parecían sólo ser simples palabras. El de púas verdinegras respondió, encogiéndose un poco al escuchar la voz sería del mayor de ambos.

— ¿Podrías explicarme? —cuestionó, ganándose unos balbuceos del otro.

— Shadow, n-no sé qué decirte, esta cosa falla mucho, ni siquiera la manejé ayer por lo mismo, te lo había dicho —explicó nervioso, recorriendo todas las palancas hacia adelante y atrás, intentando hacer que aquella cosa funcionase, mas no reaccionaba a ninguna de las órdenes del de piel pálida —. Bajen de allí, es muy peligroso —musitó para su hermano, haciendo que este asintiera desde el otro lado de la línea.

El ojicarmín guardó de nuevo aquel objeto, mirando a sus trabajadores y exigiéndoles que bajaran, ya que todos estaban en distintos puntos de aquel piso quebradizo, arriesgándose bastante a una caída.

El moreno suspiró y quedó de último, dando aún —antes de querer hacerlo— una última mirada a la enorme grieta, acercándose a ésta. Las varillas se miraban debajo y entre el concreto, de verdad debió ser un golpe muy fuerte.

Escuchó varios gritos y chillidos de aquella voz rechinante y molestosa, la chica ya se había dado cuenta de la falta de trabajo en aquel sitio, por lo cual gritaba molesta. Shadow se asomó por la orilla, negando al verla reprenderles y maltratarles; volvió a lo suyo, siguiendo el camino de la abertura, topándose en el otro lado un notable desnivel en el suelo.

Escuchó más alboroto, ignorándolo al él estar bastante preocupado en la estructura de aquel edificio. Un rechinar fuerte hizo que sus orejitas se alzaran y girara hacia aquel sonido, topándose con el brazo de la grúa que se acercaba a la zona en donde él estaba. No le dejó reaccionar...

Atinó a cubrir su rostro con sus brazos y dar varios pasos hacia atrás, pero como fue anteriormente dicho, fue demasiado tarde.

Un estruendo fuerte retumbó en toda la zona, provocando que todos dejaran lo que hacían y miraran hacia aquello, corriendo presurosos al darse cuenta de que no solamente escombros y polvo cayó de aquella sección del edificio, sino, también un cuerpo.