Capítulo 18

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(...)

Sólo necesitaba un minuto, no pedía más, solo un poco de tiempo.

Malo que cayó en cuenta de todo demasiado tarde...

Caminaba de un lado a otro en el largo pasillo vestido de blanco radiante, escuchando de nuevo el tono de espera tan característico de los teléfonos, mirando a las enfermeras y enfermos pasar a sus costados mientras ansiaba que dejara de escuchar tal pitido y la voz de Rouge le respondiera, mas ya era la décima vez que lo intentaba y aún no eran escuchadas sus suplicas.

Dejó el celular por la paz al encontrarse ya bastante desesperado, yendo a la silla que había estado ocupando hacía unos minutos y tomó asiento continuando en espera de tener noticias sobre aquel erizo azul.

No pasaron muchas horas después de que el moreno haya ido a dormir cuando el menor comenzó a presentar síntomas nada característicos de una persona saludable, alertando al azabache y haciendo que éste optara por llevarle —con ayuda de una ambulancia— a un hospital a mitad de la madrugada. Además de que Shadow llevaba intentado comunicarse con su amiga albina ya casi un par de horas y ésta no daba señales de vida.

Habían estabilizado al menor lo suficiente para que su médico responsable llegara, dejándole en una de las muchas habitaciones postrado en una cama, mas aún no le tenían permitido al moreno entrar.

Miró su teléfono cuando sintió como éste comenzaba a vibrar entre sus manos, sintiendo su corazón dar un salto al ver el nombre de su amiga en la pantalla del celular; se apresuró a responder y a volver a colocarse de pie para alejarse de la sala tan concurrida y ruidosa en la que estaba.

— ¿Qué ocurre, cariño? Estaba atendiendo un parto y cuando termino me encuentro con que tengo cientos de llamadas perdidas tuyas —dijo con voz cansada, dejando siquiera al moreno mencionar algo en esos segundos.

— Sonic está mal, tuvo varias convulsiones alrededor de la madrugada y le traje al hospital. ¡No me han dejado verlo!, me pidieron que me comunicara contigo al igual que ellos lo harían ya que no está respondiendo adecuadamente. —siseó cuando estuvo en uno de los pasillos más silenciosos, bajando poco a poco sus orejas —. Me dijeron que su estado es crítico, Rouge.

— ¡Lo hubieras dicho antes! —exclamó a través de la línea, siendo observada por su compañera, la coneja, quién le preguntó a base de señas preocupada qué pasaba. La murciélago le hizo varios ademanes y gestos a lo que la mayor se apuró a dejar la bata que recién había usado en un pequeño cesto para tomar sus cosas —. ¿En qué hospital se encuentran?

— Esperanza.

— Vamos para allá —colgó la llamada y se apresuró a ir a donde la coneja quién parecía llevar lo necesario.

Mientras tanto, Shadow guardó su celular en su chaqueta y volvió a ese ambiente frustrante que vivía de solo ver tantos enfermos a su alrededor, esperando ser atendidos y a familiares de pacientes esperando, como él, por noticias de sus seres queridos.

Después de varios minutos fue llamado por una joven que atendía en la recepción, indicándole que un médico pedía su presencia; él asintió ante indicaciones dadas por ella y se introdujo rápido en los múltiples pasillos de tan inmenso lugar. No tardó mucho en llegar a la habitación dada, entrando sin perder tiempo.

Sus ojos se toparon primeramente con la cama de tan clara habitación, en donde el menor parecía estar profundamente dormido, con una máscara de oxígeno en su hocico y varios aparatos alrededor de sus muñecas y estómago.

Sintió un escalofrío recorrer con la mayor saña cada rincón de su cuerpo, dejándole inmóvil por varios segundos antes de reaccionar ante la presencia del doctor al costado contrario de la habitación.

Recordando un Amor [Shadonic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora