Recordando un Amor [Shadonic]

Capítulo 16

Una semana más tarde...

Un puñado de papeles permanecía frente a él con un bolígrafo sobre ellos. La mirada carmín de aquel que en algún momento fue su pareja no se retiraba de su cuerpo, le observaba expectante, esperando a que tomase una decisión lo más rápido posible.

Ambos estaban ya en sus límites, esto era lo último que tenían que hacer, lo necesario para ya sentir sus cuerpos y mentes descansar un poco.

Pero, ¿realmente se trataba de eso? O ¿ellos así querían antes creerlo?

Ninguno encontraba el menor chiste de negarse o decir algo en contra del otro, ya no podrían luchar contra algo que parecía ser imposible.

Muy en el fondo, el azabache quería que Sonic se negara y siguiera insistiendo, que mantuviera su iniciativa de luchar por eso que dijo que era de ambos pero, en cambio, el azul ya estaba agotado de intentarlo una y otra vez, deseaba un momento de tranquilidad para que sus cachorros estuvieran bien. Aunque, también anhelaba que el otro se negase, que le detuviera y rompiera aquellas hojas frente a sus ojos.

No pedía un "te amo" pero, soñaba con un "intentémoslo de nuevo". Mas, dichas palabras ya se había convencido que nunca las escucharía salir de esos labios morenos.

¡Qué va! Quería que todo esto solo fuese una ridícula broma, ¡ambos lo querían! Pero, ahora ninguno se animaba a hablar.

El menor tomó el bolígrafo después de ver aquellas hojas unos minutos, suspiró y lo apretó con fuerza en su mano, mordiendo su labio inferior de la misma manera.

Cerró sus ojos al momento de hacer la primero línea sobre la hoja, dejando así su firma sobre ella. No fue capaz de admirar lo que se atrevió a hacer, lo que se prometió siquiera pensaría.

Dejó caer el bolígrafo y pronto salió casi que huyendo de aquella parte de la casa, yendo al segundo piso; Shadow, por su parte, miró el documento con ambas firmas, provocando cierto vacío al interior de su pecho.

«Ya está, soy libre, ahora ¿qué?»

Pensó mientras recorría una de las sillas del comedor y tomaba asiento en ella sin apartar su mirada de aquella firma. La observó con detenimiento, con tristeza.

Todo de lo que estaba tan confiado parecía darle la espalda ahora, su mente estaba hecha trizas junto a su corazón. Creía que se sentiría bien el saber que nada lo unía a alguien que pretendía no amar. ¡Ya era todo! No se miraba alguna respuesta cerca suyo, si quiera lejos, simplemente el exterior carecía de ella.

Apoyó sus codos sobre la mesa y su cabeza en las palmas de las manos, estrujando sus párpados con insistencia. Sentía impotencia, coraje, desespero... Sentía de todo menos lo que esperaba... Pretendía llorar, no reír. Pretendía enojarse, no festejar.

Su mente pretendía alegrarse y su corazón quebrarse.

Era una lucha entre aquellas dos fuerzas que suelen mantenerle vivo, era un conflicto que aniquilaría su moral.

En ese momento realmente sintió lo que era una pelea de sí y no entre el pensamiento y el corazón.

Pero, si él decía no necesitarlo ¿por qué esa sensación? ¿Qué sabía su cuerpo que su cabeza no? ¿Qué?

¿Qué?...

— ¡¿Qué!? —gruñó exasperado, dando un fuerte golpe contra la mesa de manera feroz, lastimando así sus canillas al haber golpeado en las muñecas. Más no le importó, tenía mucho más de lo cual tenía que pensar.