Una semana después...
~Shadow~
~•°♡°•~
«Y ahora ¿qué? ¿Qué me espera de ahora en adelante?»
Dos días seguidos en los que el mismo sueño se repetía una y otra vez.
Tal vez pueda significar algo...
Un prado con salida a una barranca, la cual tenía vista al mar y un cerezo en la punta más delgada de la barranca, una vista hermosa.
Lo conocía, sí, pero no sabía de dónde o por qué.
— ¿Qué hago aquí?... —cuestioné al viento, como si éste me fuera a dar alguna respuesta. Me dirigí al árbol, posando una de mis manos sobre el tronco, admirando la amplia vista que tenía a mi alcance.
Me mantuve quieto allí, no era como que pudiese hacer mucho... Era un sueño después de todo...
— Si supieras cuanto te amo~...
Alcé mis orejas al percibir tal oración, girándome en busca de quien haya dicho aquello. Era una voz suave, tanto que no alcanzaba a distinguir que tan aguda o grave era.
Miré atento a mi alrededor, intentando encontrar a alguien o algo, mas nada apareció o se mostró frente a mí. Estaba solo, completamente...
— Shadow...
Escuché de nuevo, sólo que esta vez la voz sonaba un tanto más fuerte, haciendo que lograra reconocerla un poco.
Observé dos siluetas al fondo del todo, como si estuviese delimitada la imagen con una línea imaginaría. Una de ellas era completamente oscura, no se alcanzaba a percibir sus rasgos ni figura y la otra, podría jurar que era ese chico azul.
— Shadow... Despierta...
Caminé por la colina, llevando mi mirar al piso en una pequeña zona arenosa, logrando admirar pequeñas huellitas. Manitas y pies muy pequeños, asimilando a los de un bebé.
Me incliné para verlos, percibiendo como la luz de aquel sol imaginario se desvanecía; todo aquello desapareció poco a poco, provocando que aquel sueño terminara...
... Como más de una vez ya había ocurrido...
~°•♡•°~
Abrí los ojos, mostrando que aún me encontraba en aquella alcoba totalmente blanca, esa habitación de hospital. Mis ojos caminaron por cada rincón que tenía alcance mi vista, encontrándome a ese mismo erizo azul que llevaba todos los días viniendo, estando siempre en mi compañía.
Me dedicó una sonrisa, saludándome con una de sus manos.
Siempre venía y conversaba conmigo...
... Siempre me contaba que yo tenía muchos amigos, pero hasta ahora sólo él me había venido a visitar...
...Era agradable... Con una actitud extraña, sí, no puedo negarlo, pero era noble, me había caído bastante bien...
Le miré, devolviendo una sonrisa pequeña en respuesta, enderezándome en la camilla, quedando sentado en ésta.
— Hola.
— Hola —respondí, poniendo atención en aquel chico. Siempre solía comportarse igual, se mostraba orgulloso, pero esa sonrisa nunca se borraba de su rostro.
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Recordando un Amor [Shadonic]
أدب الهواةSuelen decir que no existe nada que pase dos veces de la misma forma... Que por más similar sea un suceso, nunca se asemejará por completo al anterior o al siguiente. Dicen que por más amor que se tenga a ese alguien, dos veces no podrás demostrarl...