Capítulo 24

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Dejaba a Daryl sentado en el suelo, recostado a la pared, mire entre los moretones y la sangre sus ojos por una ultima vez, sintiendo que con eso dejaba también mi corazón y mi alma. La única cosa que hacía que valiera la pena respirar era imaginar que él seguiría con vida.

Todo pasaba lentamente en mi cabeza. Las imágenes de cada cosa vivida junto a él.

Aquella tienda, esas manos tocando las mías, la moto, la pelea con esos hombres, nuestra pelea en el carro, el alud, el rio, Daryl tomándome de la cintura, mirándome desnuda en la cascada, sus celos, nuestras peleas, el lobo, el primer beso, aquel baile, su risa, sus ojos, todo pasó frente a mi como una película resumida en el breve espacio entre sus manos y la puerta de salida de la cabaña.

Sin saber como un sentimiento nuevo me invadió. No era justo, no podía ser, no lo iba a permitir, Jhon no me iba a quitar todo como estaba acostumbrado a hacerlo.

Yo iba caminando delante de Jhon. Dos de sus guardaespaldas subieron a una de las camionetas estacionadas al lado de la cabaña. Iván dio la vuelta para abrir la puerta en la segunda camioneta que supongo era donde nos iríamos Jhon y yo.

Con el borde del ojo alcancé a ver algo fuera de la cabaña. Me detuve.

-No puedes hacer esto Jhon. ¡Mírate! ¿En qué te convertiste? Eres un matón barato, ¡tu no eres así!-

-¡Basta Aria! O caminas o yo mismo te llevo a la fuerza y no te va a gustar, o creo que te va a gustar mas eso que lo que va a pasar cuando lleguemos- Me dijo con tono irónico.

Me tomó del brazo con fuerza y sin pensar, no supe ni como fue, yo le clavé las uñas del brazo suelto de golpe en los ojos. Gritando se llevó las manos a los ojos y cuando se cayó al piso lo patee de nuevo en la cara.

-DARYL!- Grité y él como pudo se levantó. Le lancé la ballesta y corrí hacia él.

Iván llegó a la puerta corriendo, mientras Jhon se revolcaba de dolor. Cuando Iván trato de sacar el revolver, Daryl le disparó una flecha que le dio en el brazo. Antes de que reaccionara le volvió a disparar en la pierna e Iván cayó al suelo, la pistola rodó lejos de él y yo corrí a recogerla, Mientras Iván gritaba y se revolcaba de dolor.

-¡POR ATRÁS, SALGAMOS POR LA PUERTA DE ATRÁS!- Dijó Daryl mientras con un grito seco se arrancaba de golpe la flecha en su pierna.

-¡ATRAPENLOS!- Se escuchaba la voz de Jhon afuera -¡MATENLOS!-

-¡Vamos Aria de prisa!- Me dijo Daryl estirando su mano, tumbamos todos los estantes alrededor y nos dirigimos corriendo a la puerta de atrás.

Dimos la vuelta a la cabaña y vi una de las camionetas con la puerta abierta. Al parecer uno de ellos dejo las llaves pegadas. Halé a Daryl de la camiseta y con él cojeando tratamos de correr. Lo subí y cerró la puerta. Justo cuando yo daba la vuelta par a subir al auto escuche frente a mí un golpe. Un tiro acababa de impactar la camioneta. Me agaché y me cubrí la cara con los brazos.

-¡SUBE ARIA!, ¡SUBE!- Gritaba Daryl. Me agaché y casi gateando subí a la camioneta.

-¡Toma Daryl!- le pasé la pistola de Iván e intenté encender la camioneta.
Daryl disparó un par de veces y los guardaespaldas buscaron refugiarse. Al arrancar vi a Jhon por el retrovisor con sangre en el rostro. Corría y disparaba sin cesar. Una de las balas impactó en el parabrisas de atrás y lo hizo estallar.

-¡CUIDADO! - Grito Daryl -¡Vamos Aria de prisa!-

-Sal a la carretera tenemos que salir del estado, este maldito no va a parar- Me dijo Daryl, mientras revisaba el arma.

Mire hacia el frente. Conduje con fuerza, no me reconocía, una furia se apoderaba de mí. Ya no sentía miedo, ni siquiera pensaba. Había dejado de temblar.

Por uno de los espejos, pude ver que a lo lejos se acercaba la camioneta que dejamos atrás. Le hice señas a Daryl quién también la vió.

-¡Sigue conduciendo Aria!- Ordenó Daryl mirando por el espejo.

Salimos a una carretera despejada. Pisé el acelerador a fondo.

-Debes detener la sangre en tu pierna o te desmayaras. ¡Rápido haz un torniquete!- Le dije a Daryl mientras me quite como pude el sweter. Él lo rompió y amarró la tira de tela a su pierna.

El otro auto se acercaba peligrosamente. Esquive un par de autos tratando de perderlos. Y de pronto sentimos un golpe tremendo atrás. Nos habían chocado.

-¡Maldito ya verás! ¡Abróchate el cinturón Daryl! Él hizo exactamente lo que le dije.

Toda la adrenalina la sentía correr por mi cuerpo, pensaba con claridad, no había sentido eso jamás.
Frené de golpe y se chocaron. En el intento de esquivarnos golpearon otro auto que venía en sentido contrario y la camioneta patinó dando vueltas.

-UHHHH HUUU!!! BIENNN!!!- Gritó Daryl, pensando como yo que los habíamos perdido, yo lo miré sonriendo, pero estábamos equivocados.

Arranqué de nuevo a toda velocidad. Eso nos dio un poco de tiempo, pero no tardaron en recuperarse. Y volvieron, incluso sentí que venían con más velocidad.

-¡Trata de estabilizar el auto!-, Me decía Daryl mientras sacaba el cuerpo por la ventanilla.

Sostenía el revolver con ambas manos para poder mantener el pulso, yo lo agarré de una de las botas de su pantalón, tratando de mantener el auto y evitar que él cayera.

-Bum!- disparó una vez – Bum!, Bum!, Bum!-, sonaba fuerte el revolver y de pronto Bum!!!-

Uno de los disparó dio justo en una de las llantas de la camioneta, zigzagueaba de una lado a otro. Chocó con un auto de frente y terminó volteada de lado en la mitad de la autopista.
Daryl entró al auto. Yo seguía conduciendo y vigilando que ya nadie nos siguiera, desviándome cada vez que podía, pero sin saber donde estábamos. Ya se había hecho de noche.

Él estaba cada vez más pálido. De pronto empezó a toser y a votar sangre. Me miró y sus ojos se fueron cerrando.

-¡Daryl! ¡No te atrevas a hacer esto por favor!- Dije en tono de súplica. Debía buscar donde estacionar.
Llegamos a un estacionamiento un tanto oscuro. El lugar se veía solitario. Entre tantos carros pude dejar un poco oculta la camioneta. No sabía que iba a hacer.

-¡Daryl por favor reacciona!- Todo el temor volvió de golpe, Daryl parecía ido, de pronto me miró abrió los ojos y lentamente acaricio mi rostro, su brazo cayó de golpe, sus ojos se cerraron y su cabeza se deslizó hacia un lado.

Yo empecé a mirarlo con un nudo en la garganta, el corazón a me latía a mil por hora, empecé a temblar y no podía controlarlo, lo sacudí con la esperanza de que reaccionara. La adrenalina, el valor desparecieron ante la perspectiva de perderlo.

-¡Por Dios no!, ¡no! ¡Daryl, Daryl, amor no! ¡Daryl!, ¡Daryl!, ¡REACCIONA MI AMOR NO ME DEJES!, NO!-


Secretos en las sombras »TWD«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora