Capítulo 23

85 7 0
                                    

En la sala, sobre la pared había una ballesta, Daryl la tomó y me dijo que iba a cazar. Practicó un par de tiros sobre un tronco. Me pareció la cosa más sexy. Él no notaba todas las cosas que me hacía sentir.

Como a la hora y media regresó con un conejo. Yo pensaba que podíamos vivir así para siempre.

-Voy a darme un baño, apesto- Me dijo lanzando el conejo sobre la mesa. Yo me horroricé.

-Jajajajaja! Se me olvidaba niña fresa. No te preocupes, aprenderás- Se reía y dejaba la ballesta sobre la mesa, mientras miraba mi cara de susto.

Yo sabía cocinar, pero casi todo venia en una bandeja ya muerto y listo para cocinarse. Al pensarlo me sentí un poco tonta.

Salió de la ducha con una toalla amarrada a la cintura. Las gotas caían desde su cabello sobre su pecho tatuado. Yo estaba recostada con la espalda sobre la pared de la sala. Él en silencio se acercó a mí. Quitando todo el oxígeno a mí alrededor, mi piel se erizaba con cada paso que daba.

-Ojalá tuviera las palabras para decir lo que siento Aria. No me arrepiento de nada, volvería hacerlo todo de la misma forma si tuviese que hacerlo- Me dijo serio, Tomó mi mano y la puso sobre su corazón y cerró los ojos. De uno de ellos, brotó una lágrima.

No se puede amar más, si lo hago, mi alma explota. Su corazón latía con tanta fuerza. Su piel fresca, Me abrazó y me besó con tanta pasión, con tanto amor, que estoy segura que se entregó a mí por completo.

-No sé que es esto, no me puedo alejar de ti, porque siento que me muero. No le temo a nada en la vida, más que a estar sin ti-. Y en sus ojos se dibujó el temor.

-Estoy aquí, soy tuya desde hace tanto Daryl, te esperé toda mi vida, te necesito, y no me voy a ir-

Daryl temblaba, me abrazaba tan fuerte. De pronto ese hombre rudo y valiente era tan vulnerable, tan sensible, tan sincero, tan real. Me di cuenta porque con nadie más había sido realmente feliz. Yo había nacido para amar a Daryl Dixon.

El conejo lo preparó Daryl, que es buen cocinero cabe decir, pero aprendí. Luego de cenar, encendimos la chimenea, nos quedamos conversando, le conté de mi familia y mi historia, la vida con Jhon y el escuchaba atento. Contaba anécdotas sobre el taller y como llegó a tenerlo, habló sobre su hermano y sobre su relación amor-odio.

Me arropó con una manta, me acerqué y viendo la chimenea, entre sus brazos me quede dormida.
A la mañana siguiente me dejó una nota diciéndome que iba a salir a cazar. Me di una ducha, me vestí, y fui a buscar leña en la parte de atrás, primero recogí algunas flores para adornar la casa.

Caminé de nuevo hacia la cabaña y vi la ballesta de Daryl cerca a la puerta. Cuando entré mi corazón dio un vuelco.

Sentado en una de las sillas estaba Daryl sosteniendo su pierna, con una flecha atravesada. Salí corriendo a acercarme. Solté todo lo que tenía en la mano, pero al entrar. Daryl me miró

-Aria ¡CORRE!- Gritó Daryl. Me paré en seco y miré a mí alrededor, sintiendo un jalón fuerte en mi cabello.

-¡Ven acá!-

Jhon me había encontrado.

-¡Zorra! ¿Pensaste que no te hallaría y que vivirías feliz con el muerto de hambre? Ahora es mi turno de jugar!- Me dijo al tiempo que me empujaba sobre el piso de la sala.

-Daryl!- Quería ayudarlo, esta vez Iván me agarró del cabello y me sostuvo de los brazos.

-¡SUELTALA MALDITO! ¡TE JURO QUE SI LA TOCAS, LOS MATO A TODOS!- Gritaba Daryl, pero al intentar ponerse en pie otro de los guardaespaldas lo apuntó en la cabeza.

-¿En serio creyeron que yo perdería? ¡Aria me decepcionas!, creí que sabías que te casaste con un ganador aunque veo que has desarrollado un gusto por lo perdedores- Lo decía mientras me tomaba de la barbilla Yo lo esquivé con rabia.

-¿Qué es lo que te pasa Jhon? Siempre fuiste amante de Claudia, ¿Por qué haces esto? Nunca me amaste, déjame ir como el hombre civilizado y de primer mundo que siempre dijiste que eras, harás con tu vida lo que sea- Lo dije con la esperanza inútil de que reaccionara. Obviamente eso no iba a pasar.

-No voy a perdonar lo que hiciste Aria, nadie deja en ridículo a Jhon Richardson-

-TE VOY A DECIR POR DONDE TE PUEDES METER TU APELLIDO!, ERES UN MARICA, NECESITAS DOS NIÑEROS QUE TE CUIDEN LA CARA BONITA? NO ERES LO SUFICIENTEMENTE HOMBRE PARA MERECER A ARIA TUVISTE TRES AÑOS Y NO PUDISTE HACERLA FELIZ, LA ENGAÑASTE CON LA PERRA DE CLAUDIA Y LUEGO NI LUCHASTE POR ENCONTRALA Y DE REPENTE ¿TIENES EL EGO HERIDO? VOY A DISFRUTAR MUCHO CUANDO TE PATEE TU MIMADO TRASERO MALDIT...- Daryl acababa de recibir un puñetazo en la cara y le caían a patadas.

-¡DÉJALO!, ¡DÉJALO JHON!, ¡HAGO LO QUE TU QUIERAS PERO DÉJALO!, ¡NO! , ¡DARYL!, ¡MALDITOS NO LO GOLPEEN!, ¡DÉJENLO EN PAAAAZ!!!- Gritaba y forcejeaba para que me soltaran, llorando de impotencia, mientras que Daryl recibía una tremenda golpiza.

Daryl sangraba terriblemente, tenia moretones en la cara y se había abierto más la herida de su pierna. Me miraba y no podía hablar, yo quería morirme.
Como pude mordí a Iván y le di un golpe entre las piernas. Iván me soltó, justo cuando Jhon apuntaba a Daryl a la cabeza, listo para disparar, corrí y me agache sobre Daryl, estaba dispuesta a morir por él.

-NOOO!- Cerré los ojos esperando el disparo.

Sentí el sonido, Jhon bajó el arma. Mire a Daryl y susurrando a su oído le dije. Te amo, pasé lo que pasé nunca lo olvides.

Llorando voltee a ver a Jhon. Me puse de pie y lo miré a la cara.

Jamás te voy a amar de nuevo, nunca más te voy a desear y tu solo contacto me producirá nauseas. Pero si lo dejas ir, haré lo que sea que me pidas.

-Aria no-decía Daryl con voz ronca y con casi nada de aliento, sangrando en el piso apunto de perder el conocimiento.

-¿Lo que sea?- Dijo Jhon con rabia. -Bien! Vendrás conmigo, nos vamos a ir del país y nunca más volverás a verlo. Serás la mejor esposa y si digo que saltes, saltaras sin excusas, ¿Te queda claro? Y quiero que mañana mismo empecemos a buscar hijos, necesito un heredero. No me amas, pero me vas a convencer de que lo haces, no me deseas pero te acostaras conmigo y me harás creer que lo disfrutaste. Tu vida será un infierno Aria, pero solo así lo dejaré vivir. Así que... ¿Qué decides?- Sentenció Jhon con su voz más cínica y amenazante, una que hasta entonces me era desconocida.


 Miré a Daryl, me dolía tanto todo, pero no podía dejar que le hicieran daño por mi culpa. Estiro el brazo y alcanzó a decir No.

-Acepto- Dije en un susurro, muriéndome, con terror. -Pero dile a tus hombres que salgan ya de aquí Y si me doy cuenta que le hiciste algo, yo misma te mataré-.

Los hombres salieron a la orden de un gesto hecho por Jhon, él muy desgraciado también salió. Yo me acerqué a Daryl traté de hacerlo sentar, estaba muy mal herido, yo temblaba y no podía parar de llorar, me mataba verlo así y no poder hacer nada.


-Lo mejor que me pasó en la vida fue conocerte y siento tanto que te hayan hecho daño por mi culpa. Te amo, pero por favor no me busques, necesito que estes a salvo, no te preocupes por mi, me enseñaste a ser fuerte, jamás te olvidaré y pensaré en ti cada día de mi vida- Le dije sintiendo que con cada palabra nos mataba a ambos.

-Es suficiente, ¡vamos!- Jhon entró y me tomó con fuerza del brazo y me sacó a empujones de la cabaña y de la vida de Daryl.


Secretos en las sombras »TWD«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora