Capítulo 19

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Mi mente corría más rápido que aquella moto, mientras Daryl se acercaba más. Aunque hubiese querido, no podía alejarme. Ese poder magnético que ejerce sobre mi, su piel, su mirada, su cabello, su voz, todo se amalgama en el cuerpo del hombre mas imperfectamente perfecto que haya conocido nunca.
Colocó su brazo alrededor de mi cintura y me atrajo con fuerza hacia sí, dejando su cuerpo completamente pegado al mío.
Mi fuerza, mi voluntad se desvanecían al punto de hacerse inexistente. Su voz era un susurro grave, que me hechizaba y parecía que era el único sonido existente en la tierra.
-¿Por qué te fuiste niña fresa? No me dejaste explicar, me quede parado ahí por horas, viendo como te ibas sin poderte alcanzar.- Decía Daryl, mientras con su rostro acariciaba el mío y sus manos se enredaban en mi cabello y mi cuello, presionando aún mas nuestros cuerpos, al punto de hacerme sentir que me fundía en él.
-Yo te esperé tanto, me morí esa noche creyendo que mentías- Le dije cerrando los ojos, dejándome llevar por esa corriente de emociones indomables, viendo como mi cuerpo se consumía entre el amor y el deseo que me quemaba.
-Estoy aquí ahora, dime si me quieres, dime si quieres que me detenga Aria-Me dijo, mientras me acariciaba con sus labios.
-Dilo de nuevo por favor- Le dije ya casi sin voz. – Di de nuevo mi nombre- casi rogando, temblando de nuevo en sus brazos.
- Aria - y me besó – Aria - susurraba, mientras mordía mis labios y yo sentía que un hormigueo recorría mi sangre.
-Otra vez- Lo necesitaba, quería consumirme en su piel, su voz era vida, era para mí, como agua en el desierto de su ausencia.
-Aria- seguía Daryl, mientras besaba mi cuello.
Y mis manos acariciaban su espalda, volvió a besarme en la boca, de pronto se detuvo y me miró a los ojos como pidiéndome permiso, mi corazón parecía dejar de latir, y sentí como sus manos, con tanta habilidad, bajaban el cierre de mi vestido. Se acercó a mi oído y dijo:
-Si muero esta noche, gracias por hacer que mi vida valiera la pena-
Y con esa frase perdí la noción de la realidad, me dejé llevar por la furia desenfrenada de la piel.
Daryl besó mi cuello y su lengua era como un boleto directo a la gloria. Yo lo besaba queriendo devorar cada parte de él. Me cargó en sus brazos y me llevó al paraíso escondido en su cama. Sentirlo me devolvió la vida desperdiciada antes. Mi corazón latía con tanta fuerza que comprendí que el amor cuando se une a este ángel o demonio que es Daryl,  hace que dejes de ser mortal, para ser espíritu. Daryl no sabía de palabras o de empresas, pero dejaba de tocarme el cuerpo para tocarme el alma.
 El calor de su piel me hacía querer más. Me miró de nuevo con esa fuerza, esa energía salvaje que emana de este hombre, y besándome de nuevo dejo que sus manos me tocaran sin pudor.

De nuevo estallé en sus brazos. Cada gota de sudor derramado, me devolvió la felicidad que creía perdida. Exhausto de amarnos con tanta fuerza, mas suya que nunca, con mi cabeza en su pecho, me quedé dormida segura de que esa noche toque el cielo.

Mientras miraba por la ventana, la lluvia caía mojando la calle.
Yo trataba de poner mis pensamientos en orden. Cómo podía estar aquí sabiendo que todo esto está tan mal y al mismo tiempo sentirme tan viva.

Estoy triste y estoy feliz. Yo, la que creía en la lealtad y la moral, su voz retumba en mi cabeza. ¡Pero no pude evitarlo! Fue más fuerte que mi voluntad.

-¿En qué piensas?- preguntó Daryl, mientras besaba mi hombro.

Su olor, sus manos, es una adicción completa, me hacen perder el sentido de la realidad. Volteo y me encuentro tan cerca a mi rostro, su cara, con esa barba ruda de hace unos días, su cabello castaño cayendo sobre su frente, sus labios tan finos y cálidos, sus ojos, azules, creo que muero y vuelvo a nacer. Me mira fijamente y no dice nada, mi corazón late rápida y fuertemente, este hombre me quita el aliento.





Secretos en las sombras »TWD«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora