Después de las vacaciones de Navidad, todo volvió a su sitio. Excepto mi vida social y amorosa, claro, que seguía cuesta abajo y sin frenos. La bruja de Brook hizo una fiesta celebrando que se había curado de salmonelosis, o como ella lo llamaba: "los bichitos del sushi". Invitó a todo cuarto y quinto menos, adivinad, a mí. Todos decían que había sido la fiesta del año, y era cierto, ya que era 7 de Enero, y claro, no habían asistido aún a ninguna otra. Por otra parte, Brenton y Kody se habían ido una semana de viaje a un festival donde les pagaban por tocar una hora al día con su banda. No era gran cosa, pero a ellos les hacía mucha ilusión pensar que podrían llegar a algo más grande. A veces hacía FaceTime con mi hermano y se colaba Kody por detrás. Y aprovechando para recaudar crush material, hacía capturas de pantalla y las guardaba en la carpeta "K❤DY". Sigo rezando para que nadie sepa jamás mi contraseña. Mis padres, mientras tanto, ya me habían levantado aquel castigo que supuestamente iba a durar toda mi vida, aunque estaban algo molestos porque había suspendido educación física con un 3. ¡¿Para qué narices me sirve saber cómo hay que subir una cuerda, eh?! Que no soy Tarzán.
Había pasado más de una semana desde aquella nochevieja con Tyler, y por alguna extraña razón que yo no lograba comprender, este chico seguía quedando conmigo sin incluir cuando me daba clases de "Cómo dejar de ser una Samantha". Según él, debía de ser yo pero sin ser yo. Algo así como Samantha por fuera y Brook versión chica sociable por dentro.
En el aparcamiento del instituto vi a Skyler, la cual no me había dirigido la palabra desde que me vio comprando ropa interior con Tyler en el centro comercial. Se dirigía muy sonriente hacia mi dirección. ¿Quizás quisiese volver a dirigirme la palabra?
-¡Hola! -dijo saludando con la mano.
Justo cuando fui a hablarle, siguió andando sin mirarme, y abrazó a Megan, quien se encontraba a un metro de mí.
-¡Tengo algo estupendo que contarte! -escuché decir a Sky.
Al parecer, Samantha Hastings ya no formaba parte de la vida de nadie. Ni si quiera de la de mis padres, que no les importaba dejarme sola en casa en Navidad. Lo único a lo que podía aferrarme era la idea de Tyler ayudando a sentirme mejor con mi aspecto físico.
Espera, ¿acabo de decir que Tyler, Tyler Hooft, es mi única salvación en esta selva de adolescentes? Definitivamente necesito recuperar las riendas de mi vida.Las seis horas en el instituto parecían una eternidad. Todo era monótono y rutinario. Ir a la taquilla, coger el libro para la siguiente clase, y no hablar con nadie durante toda esa hora. Más que nada, porque me había quedado sin amigos en este último mes. Esas tres acciones se repetían una y otra vez. Cuando llegó la hora del almuerzo, evité la cafetería y fui a sentarme a las gradas de la pista de atletismo. Saqué un sandwich de atún de mi mochila y comencé a devorarlo mientras observaba la pista vacía. De pronto, oí un pequeño golpe a unos metros de mí, y puede ver cómo la puerta de los vestuarios se cerraba tras los chicos del equipo, los cuales parecían haber terminado de entrenar hace pocos minutos.
-¡Hastings! - mierda. Me había visto.
Se apresuró hacia mí a paso ligero, mientras dejaba atrás a los futuros dependientes de Hollister que tenía por compañeros de equipo.
-¿Qué quieres, Tyler?
-Vaya, qué humor - dijo cambiando el semblante a uno más serio.
-Carezco de él en estos momentos.
-Yo que venía a darte tu regalo de Navidad. En fin, supongo que no lo quieres - dijo dándose media vuelta dispuesto a marcharse.
¿Regalo de Navidad? ¿Tyler me había comprado un regalo de Navidad? No creía que le importase tanto como para gastarse dinero en mí. Yo ni si quiera le había comprado uno.
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The DUFF • [CANCELADA]
HumorSamantha Hastings es algo así como una especie en extinción. De esas que nunca llegarán a ser populares solo por ser como ella es. Ya sabéis, ahora está de moda eso de ser una zorra falsa. Y por eso Kody Channel, el músico popular de la escuela, nun...