-¿Perdona? -respondí entre un tono entre ofensa y asombro.
¿Qué narices hacía la policía en mi cuarto? ¿Y porqué mis padres estaban llorando? ¿Y porqué...? No, Brent simplemente me miraba con la misma cara de pasmarote de siempre.
-¡Samantha! -corrió hacia mí el antes mencionado. Me abrazó con tanta fuerza que creía que se me iba a salir un pecho de aquella apretada toalla, que por cierto era lo único que me cubría en este instante- Creíamos que habías muerto -dijo soltándome de una vez.
Mi cara de asombro seguía intacta. ¿Qué estaba pasando aquí?
-Lo primero -comencé- ¿Porqué creíais eso? Y lo segundo, ¿qué hacen ustedes aquí? -señalé a los policías.
-Vimos las manchas de sangre en tus sábanas... -comentó mi madre.
-Y la ventana abierta... -agregó mi padre.
-Y pensamos que te habían matado y que se habían llevado tu cuerpo -finalizó Brent.
-¿¡Pero en qué mundo pensáis que vivimos?! ¡¿Y qué clase mente perversa tenéis?! Solo tengo la regla, joder -les regañé asqueada- Sí, Brent. "La prima la pelirroja". "Andrés, el que te viene cada mes" -añadí al ver la mirada de mi hermano.
Fulminé a los policías con la mirada, los cuales se fueron retirando poco a poco, pensando que así no notaría el ir y venir de su presencia.
-Iros todos de mi cuarto. ¡Ahora! -el parecido que tenía ahora mismo con Brook cuando hablaba con alguien que no le caía bien era alucinante.
Aunque, ahora que lo pensaba, gracias a lo que había ocurrido, podía tener una buena excusa para pasarme toda la noche encerrada en mi cuarto. ¡Genial! Ya tenía coartada.
Los policías se habían marchado hace unos minutos, y lo mismo estaban haciendo mis padres y mi hermano, entre resoplidos y refunfuños.
Tacones en mano, estaba lista para saltar. Quizás debería apuntarme a algún concurso estilo "Wipe Out" si resulta que esto se me da bien. ¡¿Pero qué tonterías digo?! En fin, Samantha, prepárate para morir.
Me alisé un poco el vestido y me lo coloqué para que no se me viera nada. Eché todo mi pelo hacia atrás, para que no tapara mi campo de visión. No había escrito "morir" en mi lista de cosas que hacer hoy. De hecho, ni si quiera tenía una lista de cosas que hacer hoy. Apoyé el pie izquierdo en el bordillo que sobresalía de mi ventana, y cuando conseguí mantener el equilibrio, puse el derecho. Vamos, Samantha, tú puedes... O no. Justo cuando iba a saltar hacia el tejado, algo me detuvo.
-¿Te ayudo, Cenicienta? -Tyler. Estaba apoyado en su ventana, de brazos cruzados. Y aunque no lo mostrase, sabía que por dentro estaba riéndose de verme así.
-No necesito tu ayuda.
-Pues no lo parece, Cenicienta -esta vez si que soltó un par de risitas.
-Como vuelvas a llamarme Cenicienta, te tragas el zapato de cristal -alcé los ojos hacia su mirada, desafiante. Pero no pude mantener la vista hacia esos ojos azules por mucho tiempo. Tyler intimidaba, y mucho. Pero yo no iba a reconocer eso ni aunque me dieran todo el dinero del mundo. Bueno, quizás sí, por todo ese dinero... ¡Samantha, concentración!
-¿Has oído hablar de Xana, la princesa guerrera? Pues te pareces a ella. Solo que Xana está buenísima, y tú... Bueno, ¿qué haces?
¡Será gilipollas el muy idiota! Primero me llama gorda, y ahora fea. ¿Qué era lo próximo? ¿Ponerme una etiqueta a la espalda donde ponga "no la miréis a los ojos", como a los monstruos?
-Nada que a ti te incumba -respondí cortante- Además, ¿no se supone que deberías estar en la fiesta de Brook? Se ha roto una uña peleando por ti -añadí con cierto sarcasmo.
-Ah, eso... -soltó un soplido- Me ocurre muchas veces.
¡Será cretino! Ni que fuese el único tío bueno del instituto. Un momento, ¿había dicho yo que Tyler es un tío bueno? Definitivamente, estoy perdiendo facultades.
-En fin... Nos vemos en la fiesta -y sin pensarlo dos veces, salté hacia arriba, agarrándome de los canalones. Me dejé caer, ya que abajo había más tejado, puesto que se repartía en las dos plantas. Fui pisando con el máximo cuidado para que no me oyesen, y justo cuando me posicioné en el borde, salté hacia la hierba sin darle demasiadas vueltas. Creo que debo de ser pariente de Catwoman. Dicen que los gatos siempre caen de pie, y yo hice lo mismo. Miré hacia ambos lados de la calle, y eché a andar hacia donde Megan y Skyler me esperaban.
-¡Ya era hora! -gritó Skyler nada más verme.
-¡Shh! -grité, aunque más bien era un susurro.
-Sam... -dijo Megan mirándome extraña.
-Acabo de saltar de un tejado, no me mires así. Estoy algo despeinada, ¿vale? -respondí algo ofendida al mismo tiempo que recolocaba mi vestido.
-Sam... -continuó.
-No sigas. Además, ¡fuiste tú la que propuso la idea!
-¡Sam! Te falta un tacón.
¡Qué ironía! Primero Tyler me llama Cenicienta, y ahora pierdo un zapato.
-Deja de reírte así, pareces una loca -dijo Skyler- Ah, y toma. Tengo aquí unas zapatillas negras.
Sin más rodeos, me subí al coche. No es que las zapatillas quedasen muy bien con el vestido, pero no se veía tan mal.
-¡Samantha! ¡Eh, Sam! -oí que gritaban mi nombre a lo lejos. Giré la cabeza para averiguar quién era, y si no me equivocaba, ese era Tyler corriendo hacia nosotras, con mi tacón en la mano- ¡Cenicienta! ¡Se te calló el zapato!
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Huolas! Creo que es la primera vez que no saludo diciendo hey... En fin... Hey! Sigo sin creérmelo, ¡TD está en el puesto #309! Me hace taaan feliz saber que os gusta y os reís con mi novela. Y pensar que todo esto salió de una noche que estaba aburrida en casa... ¡Y de repente, todo esto! Mai gash... Os quiero demasiado ♥ Por cierto, como ya dije, el incidente de Sam con su amiga la pelirroja, no es nada inventado, si no que le pasó realmente a una amiga. Lol o.o Bueno, este es el segundo capítulo del maratón, todavía quedan dos más, juas juas juas... Oh! Y he comenzado una nueva novela, "Para mi Julieta, de tu Romeo". Os agradecería mucho si os pasáseis. Además, quien la vote, le dedicaré un cap de TD. Eso es todo por hoy... Tá mañana! ♥
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The DUFF • [CANCELADA]
UmorismoSamantha Hastings es algo así como una especie en extinción. De esas que nunca llegarán a ser populares solo por ser como ella es. Ya sabéis, ahora está de moda eso de ser una zorra falsa. Y por eso Kody Channel, el músico popular de la escuela, nun...