Los hijos de la Tierra: El despertar

La calma antes de la tormenta

Luna, nueva visible 27%

Bosque sur, poblado de Indétoken, residencia Flores Bellas, casa de Ginny.

El cielo se tiñe de naranja claro, los vientos azotan la fachada de la casa, comienza hacer frío dentro de la casa. Se reúnen en la mesa central de la sala.

-Bien, Ginny.- Shane se pone tenso al tocar el tema.-Como has visto, no somos humanos, o tan siquiera no humanos normales. Por lo que esperamos...-

-¿Esperamos?- interrumpe Forrest.

-Sí, los tres, digo, cuatro.- corrigiéndose -¿Comprendes lo que quiero decir?- asiente Ginny. -Tenemos un objetivo, Jake.- dándole la palabra.

-Nuestra madre, la cual, desconocemos su paradero, nos ha dado la vida. Desconocemos sus razones del ¿por qué? ha realizado este acto. Tenemos la teoría de que ella nos ha dado la vida para realizar un trabajo pendiente. ¿Comprendes la situación?-

-No, la verdad apenas puedo cargar con la idea de que son seres mágicos.-

-No somos seres mágicos.- aclarando su duda. -No sabemos quienes somos. Los cuatro somos hermanos, Shane puede sentir el aroma a sangre, él nos ha dicho el hecho, todos nuestros nacimientos concuerdan de cierto modo.-

-¿Eres mi hermano?- pregunta Annabeth con una voz tierna.

-Los tres somos tus hermanos, Annabeth, tienes una peculiar voz.- le contesta Shane.

-Prosigo, ¿ahora entiendes a lo que me refiero? Ginny, corres el mismo riesgo que nosotros, seres oscuros han tratado de matarnos.-

-¿Seres oscuros?- Annabeth preguntándose.

-Jake, tengo hablar contigo rápido, en privado.- le susurra en el oído.

Se levantan pidiendo permiso, van a la cocina.

-Annabeth actúa extraño.-

-He determinado que ella no es de la edad que aparenta, no mentalmente.-

-... En mi sueño yo la encontré como una niña.-

-Es porque es una niña, parecen dos seres en un cuerpo. Permite me.- agarra una muñeca de trapo de las repisas.

La pone frente a Annabeth.

-Puedes jugar con ella.-

Al agarrarla la observa, la comienza a mover, ella juega con la muñeca. En segundos, ella agarra la estatura de una niña de 6 años.

-¿Qué le paso?- dice Ginny exaltada.

-Esto no es normal, ni para nosotros.- contesta Shane mientras la examina.

-Hay que dejarla, quiero ver los resultados. Ginny, espero que esto no afecte tu estilo de vida. Habrá cosas que no podremos contarte.-

-Entiendo.- dudosa de su respuesta.

-Las meditaciones de las que mamá habló, son las malditas pesadillas que tengo cada noche.-

-No creo que sean pesadillas.- lo voltea a ver Shane. -No tienen las características de un sueño; son visiones.-

-Con esto terminamos.- cortando la conversación.

. . .

La noche llega, el ambiente retoma sus fríos vientos. Se preparan para dormir.

-Annabeth, ven.- Shane le extiende la mano siendo ella todavía una niña.

Le agarra la mano, la lleva al cuarto de arriba, Ginny la vuelve a vestir debido a que sus prendas ya no le quedan. Le fue difícil, revisa sus antiguas prendas de cuando ella era niña.