Capítulo 6.

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Nos encontrábamos en la misma posición de él otro día, ella sentada en mi cama y yo frente a ella.

—Me ha dicho Briana que querías verme. ¿Qué pasa? —me dijo Samira con esa sonrisa tan bonita.

—¿Dónde están las cartas que te escribí? —Le pregunte sin rodeos.
Pareció pensar, o más bien, recordar algo. Juraría que vi un rastro de pena en su cara, lo que hizo sentirme mal.
Según Briana ella lo pasó mal, y por mi culpa, no sabia que clase de niñato fui, pero lo que si sé es que ella no lo merecía.

No me merecía.

—Las tengo todas guardadas.

—¿Por qué te engañé?

—No lo sé, Jared, te gustaba mucho beber y te fuiste de copas. No quiero hablar de ello, eso ha sido una cosa por lo que lo pasé muy mal y no me apetece recordarlo.

Parecí escuchar un sollozo y vi como agachó la cabeza dejando caer su pelo negro cómo el tizón en la cara.

—Lo.. Siento... —Pensé que diciéndole esto, la consolaría.

Pero me equivoqué, ella me gritó diciéndome yo te quería.
Y se fue corriendo por la escalera.
Mamá y papá no estaban en casa, solo Briana abajo viendo su novela.
Casi se tropezó con las escaleras, pero se levantó y siguió corriendo.

Jared, idiota, ve por ella. me dijo mi subconsciente.

Ella ya había llegado a la planta de abajo, donde Briana veía la tele mientras se comía una fuente de palomitas.

—¿Qué pasa Sam? —le preguntó Briana preocupada al verla correr.

Pero Samira solo la miró sin decirle nada, y Briana asintió, como si la hubiese entendido. Es más, la entendió, pues me miró como si fuese a matarme. Samira seguía corriendo mientras lloraba, pero no recordó que la puerta del jardín se abría con las llaves. Una llaves que yo tenía en el bolsillo. Ella se giró y pude ver su cara mojada a causa de las lágrimas.

Flashback

Querida Samira.
Aún recuerdo la última vez que te vi, corrias y yo te negué abrirte la puerta de mi jardín. Te diste la vuelta y vi que llorabas, el mundo se me cayó encima. Llorabas y la razón era yo, me sentí un completo gilipollas.
No pretendo que me contestes, nunca lo haces. Pero si que me recuerdes, que recuerdes que te sigo amando, que me duele no verte sentada en el banco de mi jardín criticandome con Briana.
Samira, que te lo diré mil veces, que te hecho de menos, que te necesito. Que has sido siempre la única en mi vida y lo seguirás siendo siempre, siempre seras mía pequeña.

Atentamente, Jared.

Fin del Flashback.


—No llores anda... Ven. —la llevé a la parte de atrás del jardín, donde había una mecedora de esas donde se sientan las personas mayores a descansar.

Y cuando quise darme cuenta, sus labios estaban sobre los míos.

Atentamente, Jared. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora