Atentamente, Jared. [EDITANDO]

Capítulo 9.

—Vamos a ver señorita White, sé cuál es la raíz cuadrada de 4. No soy gilipollas. —le dije a mi maestra, vale que perdiese la memoria, pero no soy retrasado.

—Jared no repliques y haz las actividades.

—Okeeeeey.

—Bueno antes... Hablame de ti. ¿Que recuerdas?

—Puta manía. No recuerdo nada. Por enésima vez.

—¿Nada de nada? ¿Ni a tu familia?

—Si, a mi familia si.

—¿Y quienes son?

—Mi madre Taira, mi padre Manuel y mi hermana Briana.

—Por poco tiempo... —susurró.

—¿Has dicho algo?

—No, nada, termina las actividades.

Que raro todo.

#Sofia pDv'

Por fin algo me había salido bien. Después de diez putos años en la cárcel iba a ganar yo.
Maldita Taira, esta me las iba a pagar.
Y no le disparé en la cabeza para no matarlo, al final le cogí cariño al puto niño.
Tuve que darle una cantidad de dinero muy grande al director para que me contratara y poder ser la profesora de Jared para poder salirme con la mía.
La cosa era no llamar mucho la atención, que nadie se diese cuenta esta vez y no podrían cogerme cómo la última vez.
Todo fue culpa del niño, si no fuese por su bocaza, yo seguiría con Jared tan tranquila. Pero no, tuvo que meterse Taira otra vez en mi camino, y arruinarme los planes.
Y Manuel... Ese creía haberse olvidado de mi... Pero tendrá que pagar por haber pasado de mi y por hacerme añicos el corazón.

***
#Jared pDv'

Volví a casa y me encontré con una Briana esperándome en la puerta de mi habitación. Parecía furiosa.

—Me he enterado de que estuviste hablando con Rosalie el otro día.

—¿La rubia de las tetas operadas?

—Si, esa.

—ah, si. Samira te lo contó.

—Cómo vuelvas a hablar con la chica de plástico le voy a tener que dar una buena paliza.

—No seas estúpida.

Se fue abajo y yo entré en mi habitación. La cama estaba hecha y olía a limón.

Taira, y su fregasuelos de limón.

Tan poco tiempo, y ya conocía a mi familia mejor que nadie. Quizás porque le puse empeño y fui curioso.
De nuevo entró Briana, esta vez más simpática.

—Esta tarde mamá trabaja. —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

—Cómo siempre ¿Y?

—Toma, es para ti. —me tendió su móvil y contesté.

—¿Si? —Dije.

—¿Jared? Soy Samira. ¿Esta tarde estarás en tu casa?

—Claro.

—Pues en una hora me paso.

Le devolví el móvil a Briana sin contestar nada a Samira, y volvió a dondequiera que estaba.
¿Para qué querría Samira venir?
En realidad, no me importaba.
Me tumbe boca arriba en la cama y el sueño me inundó.

Me removi al sentir un cuerpo pegado al mío, me desperté y era Samira la que estaba a mi lado.

—No quise despertarte... —susurró.

—No importa.

—Veo que sigues despertandote con los ojos chinos.

Solo reí, pero la risa en su cara se borró.

—Vengo a pedirte perdón por lo del otro día. —me dijo mirando al suelo. —no quería hacerte sentir mal.

—No importa, ya me dijeron sobre Rosalie.

—No hablo de eso. —Levantó la cabeza, nerviosa. —Hablo del beso.

—No importa...

—En serio... Yo no quería besarte.

—Creo que hace pocos meses estaría deseando que me lo dieras.

Me acerqué a ella para abrazarla, pero me quedé mirándole los ojos, esos ojos verdes, que fueron lo primero en lo que me fijé al verla.
Unos ojos que enamorarían a cualquiera, incluso me enamoraron a mí.
Se acercó más todavía a mi y me acarició la mejilla, tenia las manos muy frías, pero suaves.
En algún momento hubiese deseado que me tocara con esas manos, pero ahora no sentía lo mismo.
Me miró los labios de una manera muy descarada, como si quisiera lanzarse encima de mi a recuperar el tiempo perdido.

Pero no.

Yo no quería esto.

No quería volver a hacerle daño a nadie.

Porque si no iba a quererla, no iba a estar con ella.

Se acercó más a mi efectivamente para besarme, pero la aparté suavemente.

—Creo que debes irte. —le dije.

—Si... Adiós Jared.

Salió de mi habitación y se fue cerrando la puerta.

Cogí el teléfono y llame a Ethan, necesitaba desconectar.